10 estadios del mundial de fútbol 2026 tienen alto riesgo de calor extremo; preocupan Monterrey y Houston
La Copa Mundial de Fútbol masculino de la FIFA ocurrirá en 2026 con un esquema de estadios compartidos entre Canadá, Estados Unidos y México. Estos países han instalado comités para asegurarse de contar con todo lo necesario para recibir a millones de visitantes de todo el mundo. Los científicos también están revisando las condiciones del mundial, y tienen malas noticias: 10 de los 16 estadios presentan un riesgo “muy elevado” de calor extremo, y dos de ellos podrían afectar a los participantes especialmente.
Según el reporte, los estadios que se encuentran en los primeros lugares de alto riesgo de generar estrés térmico extremo son el de Arlington y el de Houston, ambos en Estados Unidos; así como el BBVA de Monterrey, México. El estudio, basado en datos recientes del Servicio de Cambio Climático de Copernicus y publicado en Scientific Reports, advierte que la FIFA debe considerar las condiciones de los estadios para optimizar la programación de los horarios de los partidos y modificar sus pausas de refrigeración e hidratación.
Dos formas de medir el estrés térmico
Actualmente, la FIFA usa el índice de temperatura de globo y bulbo húmedo (WBGT) para determinar el impacto combinado de la temperatura, la humedad, la velocidad del viento y la radiación sobre el cuerpo humano. Si el índice es muy alto, el comité organizador implementa acciones para evitar poner en riesgo a los jugadores. Por ejemplo, gracias al índice WBGT, se consideró aplazar el Mundial de Catar 2022 de junio a diciembre, justo en invierno.
Sin embargo, los investigadores del estudio creen que el índice WBGT puede subestimar el riesgo de experimentar condiciones de estrés térmico extremo. Este índice solo toma en cuenta las condiciones ambientales de un sitio y mide su agresividad. En cambio, proponen utilizar el Índice de Clima Térmico Universal (UTCI) y ajustarlo a la justa deportiva. El UTCI se usa en estudios climáticos y para evaluar el confort térmico en contextos de planificación urbana y salud pública.
“Los autores tuvieron en cuenta no solo las condiciones ambientales, sino también el nivel de actividad de los jugadores (el calor metabólico), su velocidad de movimiento (el potencial de pérdida de calor a través del flujo de aire) y la ropa que usarán”, explicó Julien Périard, coautor del estudio y director adjunto del Instituto de Investigación del Deporte y el Ejercicio de la Universidad de Canberra, Australia.
Pérdidas de sudor importantes
El estudio también consideró la densidad de flujo de radiación que llega a una superficie por unidad de área. No es usual considerar esta magnitud para medir el impacto en los jugadores de fútbol porque la tasa más alta de trabajo del Índice UTCI es de 285 W/m². Un deportista profesional puede soportar casi el doble durante un partido de competición normal. Sin embargo, el estudio predice que los jugadores experimentarían una pérdida de sudor de al menos 1.5 kg/h en los estadios de Arlington, Houston y Monterrey. Este desgaste podría ser mayor si, de pronto, las condiciones ambientales se vuelven más severas.
Entre otras recomendaciones, el equipo de Julien Périard ha sugerido a la FIFA establecer pausas específicas para calmar el estrés térmico durante los partidos en diferentes partes del mundo, según el entorno, la vestimenta de los jugadores y la duración del partido