Continúa cisma en la masonería cubana por intromisiones de la Seguridad del Estado Cubanet
LA HABANA, Cuba. – En 2024, la masonería cubana vivió algunos de sus momentos más tensos. El robo de 19.000 dólares de la oficina del entonces Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba (GLC), Mario A. Urquía Carreño, desencadenó una serie de sucesos: su expulsión de la Orden, la intromisión de las autoridades para restituirlo en el cargo, una masiva protesta frente a su oficina en el Gran Templo Nacional Masónico, su posterior renuncia, detención y acusación ante las autoridades por “estafa” de más de 2.000 USD y más de 4 millones de pesos (CUP), en lo que estuviera involucrado igualmente el Gran Tesorero, Airam Cervera Reigosa.
En septiembre del pasado año, poco después de que Urquía se viera obligado a renunciar, trascendió que él y Airam Cervera pretendían salir del país. Fue entonces que los nuevos funcionarios de la GLC comunicaron el desfalco y lo notificaron a las autoridades. Sin embargo, tanto Urquía Carreño como Cervera Reigosa continúan sin ser procesados ni por lo civil ni por las leyes masónicas.
Quien hoy funge como Gran Maestro, Mayker Filema Duarte, fue designado como Diputado Gran Maestro por el propio Mario Urquía antes de dimitir finalmente, en agosto del pasado año. Hasta entonces, era un masón sin una trayectoria reconocida dentro de la institución. En la Sesión de Alta Cámara de la GLC de septiembre se acordó que este continuaría en el cargo hasta la convocatoria a elecciones en el mes de marzo del año en curso. También se mantienen en altos puestos de la GLC masones que respaldaron o respondieron a Urquía, como el actual Gran Secretario, Juliannis Galano, y el Gran Tesorero, Juan Carlos Yero.
Los tres “respondieron a los intereses de Mario Urquía” pues fueron sus funcionarios en momentos en que “lo repudiaba más de media masonería cubana, y hoy están en el poder; pero muchos dirán que no, que todo pasó, querrán limpiarle el camino a unos y sacarse del medio a otros”, sostuvo un masón entrevistado bajo condición de anonimato.
Por otro lado, el “asesor administrativo” de la GLC que ha estado operando en los últimos meses cercano a Urquía tanto como a Filema, ha “alardeado” con varios masones de responder o trabajar para la Seguridad del Estado, llegando incluso a amenazar a masones con encarcelarlos o hacer daño a su familia si se interponen en sus planes, según constató este medio por diversas fuentes.
“Mena es quien actualmente dicta, a nombre del Gobierno y del Ministerio del Interior, el rumbo de la GLC”, aseguró una de las fuentes consultadas.
Por otro lado, como Diputado Gran Maestro (alto cargo que ocupa el posible próximo Gram Maestro) se designó a Juan Alberto Kessel Linares, el mismo en el mes de marzo pasado había sido elegido para sustituir a Urquía y quien, ante la intervención del Ministerio de Justicia (MINJUS) invalidando su expulsión, entregó la GLC en manos de Urquía nuevamente.
Persecuciones
Los masones consultados han señalado que Filema y su directiva han operado de manera similar a Urquía: suspendiendo derechos masónicos y enviando a ser juzgados en la Corte Suprema de Justicia Masónica por “delitos” que ni siquiera existen a todos aquellos que le hacen oposición o están mejor capacitados para asumir altos cargos, así como a aquellos que se han manifestado en contra de las intromisiones de las autoridades.
Es “la dictadura en el poder”, aseguró un masón.
Por ejemplo, se han continuado y/o exacerbado acusaciones contra el Soberano Gran Comendador, José Ramón Viñas Alonso, quien emitiera una carta a Miguel Díaz-Canel rechazando la represión a los manifestantes del 11 de julio de 2021. También se mantienen suspendidos ―por estar acusados ante la Corte―, el escritor y exprisionero político Ángel Santiesteban Prats, y uno de los principales masones que hizo frente a Urquía y que, por ley, debería ocupar actualmente el cargo de Gran Maestro, Gerardo Cepero.
Tanto Santiesteban como Cepero fueron detenidos e interrogados por la Seguridad del Estado el pasado año. En el caso de Viñas Alonso, su carta al gobernante cubano en 2021 le ha valido varios interrogatorios y lo ha puesto en la mira de la Seguridad del Estado. En enero de 2023, el entonces Gran Maestro, Francisco Javier Alfonso Vidal, se exilió en Estados Unidos debido a las presiones de la policía política para controlar la Orden. En declaraciones a este diario, Alfonso Vidal sostuvo que uno de los principales objetivos de la Seguridad del Estado, según le adviertieron, era deshacerse de Viñas Alonso.
Para llevar a cabo estos planes, el Gran Maestro actual ha designado una Corte Suprema de Justicia Masónica “de su conveniencia y de manera arbitraria” y, al frente de la misma a Rancel Montero, quien “responde a sus intereses y es quien ha liderado con encono la persecución judicial contra todo aquel que se oponga a sus ideas o esté relacionado con Viñas Alonso y el Supremo Consejo. De esta manera, reproducen el esquema de la Seguridad del Estado pues algunos de los que hoy están siendo procesados, primero fueron citados y amenazados por la policía política”, señaló una fuente.
“Todo ha sido una total falta de respeto a nuestra integridad democrática” y “demuestra que han reproducido la estructura y manejos de instituciones como el Partido Comunista de Cuba y otras organizaciones políticas y de masas. Cualquiera puede percatarse de que es la Seguridad del Estado la que está dando las órdenes, algo totalmente inconcebible”, añadió el masón.
Apropiación de inmuebles por parte del Estado
Otro asunto que ha causado indignación entre la comunidad masónica ha sido la reciente apropiación, por parte del régimen cubano, de alrededor del 40% del edificio de la GLC.
Gran parte de los pisos del edificio (alrededor de la mitad de ellos), fueron embargados en 1960 a raíz de la Reforma Urbana implementada por Fidel Castro.
El 8 de febrero del presente año, el Gran Maestro, Mayker Filema, dio a conocer, mediante un comunicado oficial, que el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, había firmado un documento en el que acordaba “reconocer la propiedad del edificio a favor de la GLC con excepción de los locales que utiliza ETECSA”. Esto significa que el Estado cubano se apropiará de alrededor de las dos quintas partes de la totalidad del edificio.
De esta manera, el régimen cubano daría por cerrado un asunto que ha generado tensiones entre los masones y las autoridades durante décadas.
Intento de perpetuarse en el poder
En el mes de marzo próximo tendrá lugar la Sesión Semestral de la Alta Cámara Masónica (Poder Legislativo), en la cual se deberán desarrollar elecciones para los altos cargos de la GLC y, de tal forma, renovarse la actual directiva. Sin embargo, algunos masones alertan sobre las intensiones de Filema y su directiva de perpetuarse en el poder aunque, para ello, tengan que violar la legislación masónica.
“Ya Rolando Mena ha amenazado con que, si Filema no se queda de Gran Maestro, Caridad Diego [jefa de la Oficina de Atención a Asuntos Fraternales y Religiosos del Comité Central del PCC] y Miriam García (quien atiende a las asociaciones fraternales por el MINJUS) cerrarán la Masonería y meterán preso a Gerardo Cepero, que es a quien le correspondería asumir”, afirmó un entrevistado.
“La intención de mantenerse como Gran Maestro ilegalmente solo está esperando por el visto bueno del MINJUS, al cual se le ha solicitado apoyo, al igual que hizo Urquía”, añadió.
Otro de los masones consultados expresó que mantiene las esperanzas de que eso no suceda porque, “de concretarse, sería el fin de lo poco bueno que viene quedando y la anulación de una posible alborada fraternal en la masonería cubana”.