Cubano con I220-A es detenido y podría ser deportado
MIAMI.- Una reciente detención de un inmigrante cubano con estatus I-220A ha generado alarma en la comunidad residente en Estados Unidos. Se trata de Álvaro Fernando Medina Melo, un cubano de 38 años residente en Florida, quien fue detenido por oficiales de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras acudir a su cuarta cita de rutina en las oficinas de Miramar, condado de Broward.
Medina, quien se encontraba en libertad bajo palabra con un formulario I-220A, ahora enfrenta un proceso de deportación que ha preocupado a su familia y a otros cubanos con el mismo estatus. En entrevista con Univisión, su abogada calificó la detención como un “abuso de discreción” por parte de ICE, argumentando que el cubano no posee antecedentes penales, tiene un historial laboral intachable y es el principal sustento de su familia, incluyendo a su hija, diagnosticada con autismo severo.
Glenny Stack, esposa del detenido, ha solicitado a las autoridades que no procedan con la deportación, destacando la dependencia económica, física y emocional de la menor hacia su padre.
La abogada defensora explicó que la situación de Medina se complica debido a una orden de deportación antigua derivada de su primer intento fallido de ingreso a Estados Unidos en 2019. En un segundo intento, Medina fue liberado bajo el estatus I-220A y ha cumplido con todas sus citas rutinarias; sin embargo, ICE determinó su detención, dejando a su familia en incertidumbre.
Ante esta situación, su familia teme una posible deportación a Cuba o su traslado a una prisión en Guantánamo.
Este caso ha puesto en alerta a otros inmigrantes con estatus I-220A, quienes hasta ahora se consideraban exentos de las deportaciones intensificadas durante la administración de Donald Trump. No obstante, abogados de inmigración han subrayado que cada caso es único y que no deben ocurrir deportaciones masivas para personas con este estatus.
El estatus I-220A es una forma de libertad bajo supervisión otorgada a ciertos inmigrantes que no han sido formalmente admitidos en Estados Unidos, permitiéndoles residir en el país mientras cumplen con requisitos establecidos por las autoridades de inmigración. Durante la administración de Donald Trump, se han endurecido las políticas migratorias.