sábado, junio 21, 2025
Ciencia y Salud

Detectan bacterias en la piel que nos protegen de la luz solar


A estas alturas, no debe ser sorpresa escuchar que la piel humana alberge un amplio ecosistema de microorganismos que consiste de bacterias, hongos, virus y demás parásitos. Nos lavamos las manos con jabón antes de consumir alimentos para que estos gérmenes no lleguen a nuestro interior y nos provoquen alguna enfermedad infecciosa. Sin embargo, así como hay bacterias patógenas, también hay bacterias que nos benefician enormemente. La flora intestinal es prueba de esto. Y sí, también en la piel.

La microbiota de la piel sirve para muchas cosas: ayuda a cicatrizar heridas, evita la colonización de patógenos invasores, colabora en la síntesis de nutrientes para mantener una piel saludable, etc. También puede modular la respuesta inmunitaria de la piel, incluso cuando el cuerpo reacciona a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (UV).

Este fue el hallazgo de una investigación, publicada en la revista académica Journal of Investigative Dermatology, la cual destaca cómo ciertos microorganismos metabolizan compuestos derivados de la radiación UV para modular la respuesta inmune de la piel, lo que arroja nuevas posibilidades en los campos del cuidado de la piel y la prevención del cáncer cutáneo.


Prueba de adn

Un equipo de médicos exploró la forma de usar el “sexoma”, el microbioma particular en los genitales de cada persona, para encontrar huellas alternativas de un agresor sexual.


Una bacteria devoradora de moléculas

VijayKumar Patra, investigador del Centro Internacional de Investigación de Enfermedades Infecciosas (en Lyon, Francia) y autor principal del estudio, indica que hay numerosos factores internos y externos que influyen en la composición del microbioma cutáneo. “Estos incluyen diversos parámetros individuales como la raza, el sexo, la edad, los niveles hormonales, la dieta y la higiene, pero los factores ambientales y los efectos de la ocupación, la contaminación y el clima también tienen una influencia importante”.

Añadió que es bien sabido que la radiación UV modula las respuestas inmunitarias dirigidas contra antígenos ambientales en la piel, así como el rol que juega el microbioma cutáneo en la regulación de estas respuestas. “Nos intrigó la idea de que ciertos microbios pudieran participar activamente en los efectos de la radiación UV o incluso interferir con ellos. La superposición entre el metabolismo microbiano y la inmunidad del huésped se convirtió en el foco de nuestra investigación”, dijo el también investigador de la Universidad Médica de Graz (en Austria).

Su estudio con ratones y bacterias in vitro identificó que ciertas bacterias comunes de la piel, como Staphylococcus epidermidis, utilizan una enzima llamada urocanasa para metabolizar el ácido cis-urocanico, una molécula que producen las células de la piel en respuesta a la radiación UVB (la misma que provoca quemaduras solares). Este proceso convierte el ácido cis-urocanico, conocido por sus propiedades inmunosupresoras, en una forma menos activa, permitiendo que el sistema inmunológico de la piel responda de manera más efectiva a posibles amenazas.


Red de bacterias marinas.

Se han descubierto redes conectadas mediante nanotubos entre las bacterias fotosintéticas más abundantes del océano. El mundo puede estar más interconectado de lo que pensábamos.


Nuevas estrategias de protección solar

Estos hallazgos sugieren que el microbioma de la piel no solo actúa como una barrera física contra patógenos, sino que también desempeña un papel activo en la regulación de la respuesta inmune frente a la radiación UV. “Esta es la primera vez que demostramos un vínculo metabólico directo entre la radiación UV, una molécula derivada del huésped, y el comportamiento bacteriano que afecta la función inmunológica”, subrayó Marc Vocanson, coautor del estudio.

Los investigadores ya están pensando en el potencial de este nuevo conocimiento para revolucionar las estrategias de protección solar y diseñar nuevos tratamientos dermatológicos. “A medida que crece el interés en la investigación del microbioma y la medicina personalizada, comprender estas interacciones entre microbios y huéspedes podría cambiar la forma en que pensamos sobre la protección solar, las enfermedades inmunes, el cáncer de piel o incluso tratamientos como la fototerapia”, dijo Vocanson.

Esto no quiere decir que ya puedes tirar tu bloqueador solar a la basura para dejar que las bacterias se encarguen de todo el trabajo. El microbioma ayuda, pero no es suficiente para prevenir el desarrollo de cáncer o de otros efectos en la piel provocados por los rayos del sol. Lo que estos resultados arrojan, más bien, es una nueva dinámica de protección solar que tenga en cuenta el microbioma como parte integral del cuidado de la piel. Pero para llegar a este punto, con cremas o aerosoles protectores con un enfoque “probiótico”, aún hay un largo camino por recorrer.



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