miércoles, octubre 16, 2024
Economía

El secreto de dos minúsculos países del euro para crecer más que nadie en toda Europa


El tamaño no importa… al menos esta es la conclusión que se puede extraer de las previsiones de crecimiento para este y el próximo en dos de los países que utilizan el euro como divisa de pago. Estas dos diminutas economías van a crecer más que Alemania o Francia, que es cierto que no pasan por su mejor momento, pero también van a rebasar a España, Grecia o Portugal. Estos dos países, que cabrían de sobra dentro de la provincia de Toledo, tienen algo que muchos desean: unas playas paradisiacas y un patrimonio cultural inmenso.

Este atractivo está propulsando la economía de Malta y Montenegro (las dos emes), que en 2024 van a recibir un número de turistas que multiplicará por cuatro al de su población… sería el equivalente a que España recibiese en un año 160 millones de turistas, un 60% más que los datos oficiales. El turismo se ha convertido en la nueva ‘gallina de los huevos de oro’, en el sector que está impulsando la economía en los países que pueden ofrecer algo al viajero.

A falta de industria, bueno es el turismo, pensarán en Malta y Montenegro. Estos dos países que apenas suman un millón de habitantes (entre los dos) van a crecer por encima del 3% este 2024. El caso de Malta, país de la eurozona, el PIB crecerá un 4,6% este año. Montenegro, por su parte, crecerá un 3,4% (tras haber crecido un 6% en 2023). Además, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional prevén que, en 2025, ambos países sigan creciente por encima del 3%.

La crisis del covid sigue impactando en los patrones de consumo de los ciudadanos que siguen anteponiendo el gasto en servicios tras el ‘atracón’ de gasto en bienes que se produjo durante el covid. Cuando no se podía viajar o salir a la calle, los ciudadanos dispararon el gasto en bienes de consumo electrónicos. Ahora aunque la pandemia parece quedar ya lejos, los consumidores siguen ‘obsesionados’ con el ocio y el disfrute, lo que está permitiendo que los países que presentan unas economías más intensas en turismo (donde el turismo pesa más en el PIB) disfruten de un boom que parece no tener fin.

El boom del turismo en Malta

En 2023, el crecimiento del PIB real alcanzó de la isla fue del 5,6%, 1,6 puntos porcentuales más que lo previsto en otoño por la Comisión Europea. El organismo admite que «tanto el consumo privado como las exportaciones fueron mucho más fuertes de lo esperado, como resultado de flujos de inmigración y turismo significativamente mayores».

El turismo alcanzó los niveles previos a la pandemia en 2023. No solo eso, el número de llegadas de turistas aumentó más del 26% en los primeros meses de 2024. Además del boom del turismo, la Comisión Europea explica que también se prevé un fuerte crecimiento de las exportaciones de productos electrónicos y de ocio, servicios profesionales y financieros.

Con todo, «se espera que la inversión en construcción se estabilice y se recupere moderadamente después de una fuerte caída en 2023, creciendo un 2,5% en 2024 y un 3,9% en 2025. Se espera que el aumento del consumo privado y de la actividad en el sector servicios dé lugar a mayores importaciones de bienes y servicios. En general, la previsión de crecimiento del PIB se revisó al alza hasta el 4,6% en 2024 y el 4,3% en 2025», sentencia el informe.

El caso de Montenegro es algo menos vistoso, pero también merece la pena comentarlo. Cada vez resulta más habitual escuchar a amigos, familiares, compañeros de trabajo… que van a pasar sus vacaciones en Kotor o hacer una ruta por las montañas montenegrinas. Hace unos años nadie habría sabido qué era Kotor o si Montenegro existía.

Montenegro sufrió una contracción de su PIB del 15,3% en 2020, por culpa del covid. No obstante, la economía se recuperó rápidamente en 2021-22, con un crecimiento medio del 9,7% anual. El crecimiento se mantuvo sólido en 2023, en un 6% estimado, impulsado por el auge del turismo y el consumo privado, y también respaldado por una afluencia de inmigrantes extranjeros con recursos, principalmente ciudadanos rusos y ucranianos.

Con todo, Montenegro logró reducir su deuda pública del 103,5% del PIB en 2020 al 60,7% en 2023, gracias en gran medida al elevado crecimiento del PIB nominal. Sin embargo, se espera que el crecimiento se modere a medio plazo, mientras que las necesidades de financiación son elevadas debido a los grandes reembolsos de la deuda en un entorno de condiciones mundiales inciertas. «Si bien los ingresos extraordinarios dieron lugar a un superávit fiscal en 2023, se espera un retorno a los déficits fiscales a medio plazo. El Parlamento aprobó el presupuesto para 2024 con un déficit fiscal del 3,2% del PIB», señalan desde el Banco Mundial.

Debilidades a vigilar

Más allá del optimismo inicial, estos dos países presentan todavía serías debilidades que deben tenerse en cuenta. Pese a la fuerza de la economía, el déficit público sigue muy por encima del 3% del PIB y en el caso de Montenegro también existe un déficit por cuenta corriente que supera el 11% del PIB (el país solo ‘exporta turismo’) que necesita ser cubierto cada año con entrada de inversión extranjera directa. Aunque el país balcánico lleva años lidiando con grandes déficits por cuenta corriente, esto genera una dependencia del exterior (dependencia de esa inversión) que deja a esta economía en una situación vulnerable ante posibles shocks externos.

Los expertos del Banco Mundial insisten también en esto: «La economía de Montenegro, pequeña, abierta y basada en los servicios, es vulnerable a los shocks externos, y las estrategias y políticas del país no siempre han sido propicias para mejorar la resiliencia», aseguran».

«Las perspectivas de crecimiento son positivas, aunque se ven amenazadas por un entorno mundial desfavorable. Partiendo de una base muy elevada, se espera que el crecimiento se modere hasta el 3,4% en 2024, impulsado aún por el consumo privado y las exportaciones de servicios, con una ligera influencia positiva de la inversión en los sectores del turismo y la energía. También se espera que la inversión pública contribuya positivamente al crecimiento», sentencian desde el Banco Mundial.

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