El viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia: “Las sanciones han creado una dificultad muy grande a los venezolanos” | Internacional
Jorge Rojas (65 años, Santa Rosa de Cabal) no es solamente el viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia. Es también uno de los hombres más cercanos a Gustavo Petro, a quien ha acompañado como un fiel escudero. En los tiempos malos, como cuando el hoy presidente de la República fue destituido de su cargo como alcalde de Bogotá, o en los tiempos buenos, como su embajador ante Bélgica, Luxemburgo y jefe de la Misión ante la Unión Europea y la OTAN.
Rojas aceptó una entrevista con EL PAÍS en la residencia del embajador de Colombia en España. A primera hora de la mañana, llegó sonriente y puntual para hablar, entre otros temas, del papel que Colombia juega frente a la crisis política en Venezuela, la política de “paz total” del Gobierno Nacional y la relación de la Unión Europea con América Latina y el Caribe.
Pregunta. María Corina Machado, en una entrevista con EL PAÍS, dijo que no sentía la mediación de Colombia, Brasil y México en la situación de Venezuela. ¿Qué considera usted de esas afirmaciones?
Respuesta. Para que haya una mediación se requiere que las partes involucradas acepten esa mediación, y hasta ahora no se ha solicitado. Colombia no va a ir más allá de su posición de ser facilitador del diálogo para la paz política en Venezuela.
P. En un principio, las cancillerías de estos tres países habían sacado comunicados conjuntos y habían tenido una posición unificada en relación con la cuestión venezolana. Pero luego México se separó. ¿A qué se debe esa división?
R. Porque en México hay una transición de gobierno y el presidente López Obrador va a esperar a que se posesione el 1 de octubre la nueva presidenta [Claudia Sheinbaum] para que se retome el llamado Grupo de los Tres.
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P. El presidente de México, cuando que le preguntaron sobre la posición de Colombia respecto de Venezuela, aseguró que el presidente Petro está sujeto a “grandes presiones” internas. ¿Esas presiones se proyectan en la posición de Colombia?
R. Colombia tiene que ser muy prudente porque [Venezuela] es un gran vecino, en el sentido de que compartimos no solo historia, sino también una extensa frontera que supera los 2.200 kilómetros. Es una frontera viva que tiene alrededor de 13 millones de personas. Colombia ya probó romper relaciones y cerrar la frontera. Es evidente que los resultados [del cierre] no fueron los que se anunciaron. El desafío es demostrar que el diálogo, la apertura de frontera y la reapertura de relaciones conducen a la estabilidad política en la región.
P. ¿Cuál es el balance de su reunión en Caracas con el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yván Gil, la semana pasada?
R. Nuestra visita a Venezuela es propia de las relaciones internacionales. Nosotros tenemos relaciones con el actual Gobierno de Venezuela y eso indica que, por lo menos hasta el 10 de enero, vamos a mantener una buena relación. Colombia tiene una política de buena vecindad. Queremos tener buenas relaciones con todos los vecinos, independientemente de los asuntos propios de la coyuntura política. Lo mejor que le puede pasar a América Latina es que esto se resuelva por una vía pacífica, democrática e institucional.
P. Muchas de las críticas han apuntado al Consejo Nacional Electoral (CNE) o al Tribunal Supremo de Justicia venezolano. Entiendo la relación diplomática que se tiene con el Ejecutivo, pero ¿el Gobierno de Colombia reconoce la existencia de institucionalidad en Venezuela?
R. Obviamente hay una institucionalidad. Reconocemos la existencia de unos poderes, hay un poder electoral. Pero al mismo tiempo exigimos que funcionen las reglas. El CNE tenía que presentar el 28 de agosto la gaceta electoral con los resultados. No se ha producido. Le hemos solicitado al Gobierno y al Estado venezolano que publique esa gaceta. Eso no ocurrió. Queremos mirar todo el proceso electoral desde un enfoque de transparencia. Incluso les sugerimos la veeduría, pero tenemos que entender que Venezuela es un país autónomo, tiene sus instituciones, ejerce su soberanía, su autodeterminación. La primera pregunta suya se refería a la mediación: depende de lo que nos pidan. Colombia está lista, así como Venezuela siempre ha estado lista a apoyarnos en el proceso de paz. Nosotros nos acercamos con respeto, pero queremos buscar soluciones. Que haya garantías para todos, para quienes ejercen el Gobierno y quienes ejercen la oposición. Pero, además, que ese ejercicio se haga sin sanciones [económicas]. Las sanciones tampoco han servido y han creado una dificultad muy grande al pueblo venezolano. Entonces, sin sanciones, con derechos, con garantías: una propuesta de paz política que consolide la democracia en Venezuela.
P. Con la suspensión de la mesa de paz con el ELN, ¿estamos ante el fracaso de la paz total?
R. Todos los procesos de paz tienen altibajos. Nos ocurrió también en el que terminó con la firma del acuerdo con las FARC. Esperamos que se retomen las negociaciones. El presidente suspende porque no se puede soportar un proceso en medio de las bombas, y nos duele profundamente esa ofensiva que ha lanzado el ELN. Pero también el presidente ha dicho: “den las muestras que el país requiere”. Ellos tendrán que tomar una decisión y esperamos que la comunidad internacional acompañe este esfuerzo del Gobierno. En el tema de paz, tenemos una palabra siempre: persistencia. La persistencia no es ingenuidad, no es paciencia con las acciones armadas, es una actitud que responde a la exigencia del pueblo colombiano de que haya una salida de paz en Colombia.
P. El presidente de la República insistido en la existencia de un golpe de Estado en marcha. ¿Qué opinión le merece? ¿Qué esperan ustedes de la comunidad internacional en relación con esas afirmaciones?
R. En Colombia hay una democracia. La hemos preservado en medio de todas las dificultades y del conflicto armado. Burlar las normas internas que le dan un fuero constitucional al presidente empieza a resquebrajar la institucionalidad. Y si hay un órgano electoral que tiene un origen político que está tratando de romper esa norma, para investigar al presidente y eventualmente sancionarlo, empieza a generarse un ambiente que no es bueno para el país. Pretender violar las normas constitucionales para que el presidente salga del Gobierno no solo es algo que sería grave para la democracia, sino que no tiene antecedentes. Colombia tiene una estabilidad democrática importante, así que el presidente ha advertido sobre esos intentos de lo que llamaríamos “golpe blando”. Pero también el Gobierno ha advertido, por información de gobiernos amigos, que hay una intención incluso de la eliminación física del presidente.
En el tema de paz, nosotros tenemos una palabra siempre: persistencia. Y la persistencia no es ingenuidad, no es paciencia con las acciones armadas
Jorge Rojas, viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia
P. ¿Qué balance hace de la movilización del jueves en favor de la reforma pensional? ¿Por qué el Gobierno pone tanto énfasis en la movilización en las calles?
R. La movilización fue convocada por las centrales obreras. Hace muchísimos años no se veía que los sindicatos salieran a apoyar un Gobierno, era al revés. Y en general hay una participación de jóvenes, de sectores sociales que no han estado tradicionalmente en el ejercicio de gobierno. Para el presidente, la movilización es parte de una democracia vital, como ocurre en Europa y en América Latina. Esa una buena expresión de la democracia. Pero, finalmente, si no hay apoyo popular a un Gobierno que se debe relegitimar en medio de tantas presiones, pues al Gobierno lo tumban. Entonces aquí lo que hay es una lucha real por el poder, pero en términos de democracia y de acción política.
P. Colombia asumirá el próximo año la presidencia de la CELAC y en diciembre del año pasado se anunció el retorno a la UNASUR. ¿Qué expectativa tiene la Cancillería en relación con el proceso de integración latinoamericana?
R. La integración es un mandato de la Constitución colombiana. Y en buena hora el liderazgo de Colombia se traduce en la presidencia de por lo menos 12 mecanismos internacionales, uno de ellos CELAC. Pero también acabamos de asumir la Comunidad Andina, el Consenso de Brasilia, la Alianza del Pacífico y la Asociación de Estados del Caribe. Es decir, Colombia está en un liderazgo importante que reafirma la capacidad que tiene para integrar la región.
P. ¿Qué expectativas tienen de la cumbre CELAC-Unión Europea? ¿Cuál es la importancia, el rol de la Unión Europea en relación con América Latina?
R. Primero, que nos reafirma en una alianza estratégica de dos continentes que tienen una gran proyección hacia el futuro y que compartimos valores y principios de democracia, de derechos humanos y de paz. Para nosotros es un momento importante que 60 jefes de Estado y de Gobierno vayan a Bogotá en octubre del próximo año y que reafirmen nuestra relación entre los dos continentes. La visión de Colombia está puesta en la integración de América Latina y el Caribe.