viernes, enero 17, 2025
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Gunilla von Bismarck: «He recibido mucha ayuda de mi familia. Me conocen bien y saben que sufro»


Juanra López

Aún está la pérdida de su pareja muy reciente, pero
Gunilla von Bismarck accede a esta entrevista telefónica, en la que establecemos dos líneas principales. La primera,
que ya publicamos hace un par de semanas
, un repaso por su árbol genealógico y su periplo personal desde la infancia hasta que se convirtió en una estrella de la jet-set de Marbella en sus años de gloria, donde se codeó con leyendas como Jaime de Mora y Aragón y
Alfonso de Hohenlohe
, fundador del mítico
Marbella Club
. La segunda, que ve hoy la luz, sobre su momento actual tras
la muerte de Luis Ortiz
, el gran amor de su vida, el pasado 14 de septiembre.

Gunilla von Bismarck nos atiende después de haber pasado unos días
en Alemania con su familia y se muestra cercana desde el principio. Enseguida aflora su sentido del humor y, sobre todo, lo que prevalece es la vitalidad que le caracteriza. Si tuviéramos que resumir el contenido de esta conversación nos podríamos quedar con la siguiente frase: «Hay que sobrevivir bien».

Bisnieta del canciller Bismarck, que propició la unificación alemana, tiene una imagen pública muy ligada a las fiestas de Marbella, pero nos deja claro que nunca ha perdido de vista dónde quería poner los límites: «Una cosa es tener mi vida aquí más bien pública y la otra tener mi vida privada», dice en alusión a cómo ha gestionado sus relaciones familiares, de las que apenas ha trascendido nada.

Gunilla estuvo
casada con Luis Ortiz entre 1978 y 1989, pero siempre prevaleció un sentido de la lealtad y la amistad, por lo que el público en general no tenía la sensación de que estuvieran divorciados. «El cariño y el amor nunca se fueron», nos dice. Se les vio juntos hasta el final. En la actualidad se encuentra elaborando su duelo y nos confiesa: «Hay días que lo paso fatal, la verdad. Otros son un poco mejores, pero hay que tener en cuenta que esto ha sido hace muy poco», manifesta a propósito de
Ortiz, uno de los emblemas de Marbella
en su época más divertida.

La vida familiar de su hijo Francisco en Estados Unidos

No ha estado sola en estas semanas Gunilla von Bismarck, porque ha contado con el apoyo incondicional de
su hijo Francisco
, su nuera,
la abogada oscense Elísabet Verónica Dutú Muzás, sus dos nietos, familiares cercanos y amigos de toda la vida. «He recibido mucha ayuda de mi familia, me conocen muy bien y saben que sufro. Ellos también, lógicamente. Por suerte tengo una gran familia alemana, también la sueca. Están todos conmigo de una manera u otra y me llaman mucho», nos comenta.

Una y otra vez nuestra conversación regresa a su exmarido, con quien habla con enorme respeto: «Luis ha hecho feliz a la gente, hacía reír a todo el mundo… No hay mucha gente como él, por eso le echamos tanto de menos». Sin embargo, Gunilla no hace un retrato idílico de él. Ni mucho menos. «Cuando me separé en 1989 lo hice por mí misma. Él vivía su vida, fumaba mucho, bebía mucho y era demasiado para mí.
Yo llevaba un ritmo de vida distinto, nunca he fumado, nunca he tomado drogas. Fue entonces cuando decidimos separarnos. Aun así, nos veíamos cada día, hemos viajado juntos, venía a Alemania, a Suecia…»

Gunilla von Bismarck y Luis Ortiz, el día de su boda. /

GTRES

Habla con particular admiración de su único hijo y cuando le decimos que visto desde fuera da la sensación que de carácter se parece más a ella que a su difunto padre, nos responde divertida: «Gracias a Dios, porque
dos como Luis hubiera sido demasiado. Francisco es muy serio, trabaja muchísimo, si dice una cosa lo hace. Es muy responsable. Es un padre buenísimo como también lo fue Luis, que fue estupendo. Jugaban al fútbol y al golf, pasaban mucho tiempo juntos. Luis fue un ejemplo para él en este sentido. Por el contrario, Francisco no ha bebido ni fumado nunca».

Y añade: «Mi hijo vive en Estados Unidos y va y viene a España. Los dos últimos meses los pasó aquí para apoyar y estar con su padre. No esperábamos que esto sucediera tan rápido. Fue un shock. Hemos estado con Luis todo el tiempo.
Murió con nosotros al lado, tocándole. Toda su familia se ha ocupado de él y se ha portado muy bien».

Gunilla von Bismarck, con Luis Ortiz, el gran amor de su vida. /

GTRES

Se emociona Gunilla
al hablar de sus nietos: «Son divinos, son dos pequeños gitanos con el pelo y los ojos oscuros, no se parecen a mí en nada. Se parecen a Luis y a Francisco».

Aunque hacemos con Gunilla von Bismarck el ejercicio de mirar atrás, no se muestra particularmente nostálgica. Diríamos que
es una mujer pragmática que sabe adaptarse a las circunstancias: «Cuando veo mis álbumes de fotos a veces sí tengo un poco de nostalgia, pero la vida va por fases. Con la muerte de Luis ha terminado un capítulo de mi vida y ahora voy a hacer otras cosas. No sé qué será», asegura.

«La situación internacional es tan rara y tan complicada que ahora
me voy a mi apartamento en Suiza a descansar y ya veremos qué pasa… Es un país precioso, pero divertido no es -comenta, entre risas-. Lo bueno es que desde Ginebra puedes coger un avión a Málaga o a cualquier otro sitio… Me encanta viajar. El mundo era más divertido hace unos años», concluye
Gunilla, una figura irreemplazable
en Marbella.





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