¿Hay paz en la familia Thyssen? Lo que significa el reencuentro de Carmen Cervera con su hijo y su nuera.
Si hay una saga en España que ha hecho correr ríos de tinta, esa ha sido la de la familia Thyssen.
Tita Cervera,
su hijo,
Borja Thyssen y su nuera, Blanca Cuesta han acaparado multitud de titulares y portadas a lo largo de los últimos años. Y, aunque no siempre ha habido cordialidad entre ellos (de hecho, apenas se han dejado ver en público juntos), parece que últimamente las posturas se están acercando.
¿Hay brotes verdes en su relación? Todo parece indicar que, al menos de cara a la galería, mantienen una postura cordial. Eso es lo que ha trascendido de la velada que disfrutaron juntos en el Teatro Real de Madrid, donde se dio cita la alta sociedad con motivo de
los premios BMW de Pintura y Arte Digital, presididos por
la reina Sofía
, muy elegante, como siempre.
Una de las personas invitadas a este evento que ha alcanzado este año la edición trigésima novena es
el periodista Nacho Fresno, quien telefónicamente nos cuenta como testigo ocular cómo fue este encuentro que ocupa ahora grandes espacios en la crónica social. El periodista estuvo departiendo unos minutos con la baronesa Thyssen y, además, tuvo acceso a esos momentos que tanta trascendencia pública tienen.
«Estuvieron muy armoniosos todo el tiempo. Había un cóctel con todos los invitados y una sala más pequeña en la que se encontraban la reina Sofía,
Cayetano Martínez de Irujo, y otros invitados. Carmen, Borja y Blanca estuvieron charlando todo el tiempo entre ellos y también con Antonio López. Su lenguaje corporal así lo demostraba, se agarraban, se reían, se gastaban bromas… Se les vio muy cómplices en todo momento. Después Carmen se fue en un coche y Borja y Blanca en otro», nos cuenta Fresno.
Otras fuentes que prefieren permanecer en el anonimato nos aseguran que ha habido un acercamiento privado entre Borja Thyssen y Carmen Cervera, estrictamente relacionados con
las cuestiones financieras por las que están condenados a entenderse. Sea como fuere, Borja se ha abstenido de hacer declaraciones y las que ha hecho Tita Cervera han sido, especialmente, para poner énfasis en el gran cariño que tiene por él y por sus nietos.
Nunca ha profundizado en sus diferencias más allá de lo que era público y notorio.
Quizás las afirmaciones más significativas son las que realizó en el programa de televisión de Risto Mejide Viajando con Chester en el que
verbalizó un deseo que tal vez en estos últimos meses se esté haciendo realidad: «He sufrido mucho y me ha sabido muy mal. Las madres siempre esperamos que haya un cambio. Soy una persona positiva y habrá un cambio un día». La baronesa aseguraba que lo había pasado mal por la distancia emocional y física de su hijo, pero se mostraba en todo momento conciliadora.
Otro asunto importante era
la sucesión de Carmen Cervera. Aunque en la entrevista que concedió a Antena 3 no lo dijo explícitamente, todo el mundo sacó a la conclusión de que su hija Carmen será su sucesora, no en vano es de las dos la que más presencia mediática tiene.
Carmen va a ser una estrella de la jet
y, sobre todo, se prepara para un cometido exigente como este.
Por su parte, su hermana
Sabina tiene inquietudes artísticas
y menos inclinadas a la gestión. Se dijo que a Borja
no le habrían gustado estas afirmaciones, que le dejarían fuera de la ecuación, pero parece ser que se recondujo la situación a tenor de los acontecimientos.
La relación entre Carmen Cervera y Francesca Thyssen
Es llamativo que apenas unos días les hayamos visto juntos a la baronesa Thyssen y a su hijo en dos ocasiones. La primera el pasado mes de octubre en la presentación de
la retrospectiva del pintor Peter Halley en el Museo Thyssen de Madrid y ahora en el Teatro Real, donde, por cierto, no posaron para los fotógrafos de prensa, sino para los invitados que accedieron a la mencionada sala.
En cuanto al encuentro en el museo Thyssen, tenemos que subrayar la presencia de
Francesca Thyssen, hija del barón Thyssen, con quien también se han limado asperezas. Entre ellas han mostrado una mayor cordialidad y entendimiento que en el pasado, cuando la baronesa y su hijastra
tuvieron una sonada rivalidad
. Ya en 2019 Francesca manifestaba en Vanity Fair: «Intento ser más comprensiva con Tita y acercar posturas con Borja».
Más adelante, esas palabras
se volvieron cálidas y afectuosas. En una entrevista de ese mismo año publicada por El País aseguró: «Llevo años viendo a
Tita pelear en las reuniones. Y, sabes qué, cada maldita vez, Tita tenía razón. Ella es imposible, las reuniones eran tremendas, pero siempre se mantuvo firme, y somos lo que somos porque Tita lo peleó». Ahora son dos grandes aliadas.