jueves, diciembre 12, 2024
Fashion

La conexión de la infanta Cristina con el impresionante broche subastado en Christie’s


Jorge C. Parcero

Las dos casas de subastas más conocidas del mundo,
Christie’s y Sotheby’s, acaban de protagonizar en la ciudad suiza de Ginebra sendas subastas de valiosas joyas, donde han destacado especialmente dos piezas únicas: un broche de diamantes y esmeraldas montado en 1960 para
el Aga Khan, el jefe de la infanta Cristina
, y un histórico collar de diamantes que podría estar vinculado a
la reina María Antonieta
. Dos joyas excepcionales con lazos a la realeza que alcanzaron cifras millonarias tras las guerras de pujas llegadas de todos los rincones del planeta.

La primera de ellas se producía en el marco de la subasta Magnificent Jewels de Christie’s. El broche que salía a subasta estaba compuesto por una excepcional
esmeralda cuadrada de 37 quilates engastada con 20 diamantes talla marquesa. Esta peculiar joya fue encargada a Cartier en 1960 por el príncipe ismaelita Sadruddin Aga Khan, uno de los hijos del príncipe Aga Khan III y tío de Aga Khan IV. Fue un regalo para
Nina Dyer, la escandalosa modelo
que también estuvo casada con el barón Thyssen.

Amigo personal del rey Juan Carlos, Aga Khan IV es uno de los principales apoyos de
la infanta Cristina en Ginebra
. Empezó trabajando para él, además de para la obra Social La Caixa, a media jornada, coordinando
la agenda cultural de la Fundación Aga Khan. Desde que abandonó La Caixa, en enero de 2020, después de casi 26 años, en la actualidad trabaja ya solo para él.

El broche de esmeralda regalo del Aga Khan IV a Nina Dyer. /

christie’s

Esta pieza única, que también puede llevarse como colgante, alcanzó la suma principesca de 7.765.000 francos suizos (
8.343.866 euros), partiendo de este modo el récord establecido previamente por una joya de esmeraldas, que ostentaba desde 2011 el broche que Richard Burton dio como
regalo de compromiso a Liz Taylor
. Vendido anteriormente por Christie’s en 1969 con motivo del reparto de la colección de Nina Dyer, el broche fue adquirido por la firma Van Cleef & Arpels, antes de pasar unos años más tarde
a manos de Harry Winston
, el joyero apodado ‘el rey de los diamantes’.

Unos diamantes implicados en una legendaria estafa real

Saltamos ahora a la subasta Royal & Noble Jewels de Sotheby’s, celebrada también en Ginebra, donde salió al mejor postor
el enigmático Collar Anglesey de diamantes del siglo XVIII. La pieza alcanzó la muy respetable suma de 3,55 millones de francos suizos (3,79 millones de euros), una cifra muy superior a lo esperado, ya que se contaba con alcanzar como máximo los dos millones y medio de euros.

El collar de diamantes Anglesey. /

sotheby’s

La joya, que pesa unos 300 quilates y en manos hasta ahora de una colección privada asiática tras haber pertenecido durante mucho tiempo a
la familia británica de los marqueses de Anglesey, presenta tres ríos de diamantes talla brillante, cada uno de los cuales termina en una borla de diamantes. La afortunada compradora, que deseaba permanecer en el anonimato, hizo su oferta por teléfono.

Además de su belleza, la pieza tiene un innegable interés histórico. Entre los cerca de 500 diamantes que contiene, probablemente procedentes de las legendarias minas indias de Golconde, podría haber alguno del collar que se hizo famoso en Francia por
un escándalo relacionado con la reina María Antonieta.

El asunto en cuestión fue
una célebre estafa, urdida por Madame de La Motte y el conde de Cagliostro para embaucar al cardenal de Rohan, entonces Gran Capellán de Francia, que quería recuperar los favores perdidos de la esposa de Luis XVI. Aunque no había tenido absolutamente nada que ver con la compra del collar, cuyo pago exigía el joyero, y Madame de La Motte y sus cómplices fueron juzgados. María Antonieta, que ya era muy impopular entre sus súbditos, fue considerada culpable de haber querido causar la caída del cardenal.

Las joyas más caras jamás subastadas

En la última década, el precio de los diamantes y demás piedras preciosas poco comunes se ha disparado. Los compradores han desembolsado
decenas de millones de euros en joyas
y la competencia se intensifica en las subastas más rutilantes. Parece que no hay límite para lo que alguien está dispuesto a pagar por poseer el mayor diamante sin defectos o un fascinante rubí birmano. Pero son tres piezas, en concreto las que pueden presumir de ser las más valiosas jamás subastadas.

La Estrella Rosa, una joya de récord. /

sotheby’s

A la cabeza,
la Estrella Rosa, subastada en Hong Kong por Sotheby’s en 2017 por nada menos que 67,5 millones de euros. Esta joya pulverizó todos los récords. Con 59,60 quilates, este diamante de color rosa vivo impecable es la joya más cara del mundo vendida al mejor postor. Del tamaño de una fresa, los expertos dicen que nunca habrá otra igual.

Completan el podio
el Azul Oppenheimer, con un valor de 54,5 millones de euros. Con sus 14,62 quilates, puede parecer relativamente pequeño en comparación con la Estrella Rosa, pero los diamantes azules son aún más raros que los rosas, y debe su nombre a sir Philip Oppenheimer, antiguo presidente de la empresa de diamantes De Beers, propietaria de la piedra.

La medalla de bronce es para una joya bautizada como
Memoria de las Hojas de Otoño, subastada por 54,2 millones de euros. Este conjunto de diamantes en forma de pera de color fantasía son una pareja exquisita. Similares en tamaño y forma, uno es un diamante azul intenso de 14,54 quilates y el otro es un rosa intenso de 16 quilates. Es el sueño de cualquier coleccionista conseguir dos diamantes de colores excepcionales en una misma venta.





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