La lucha de 23andMe por sobrevivir tras su filtración masiva de datos biométricos
Kteily explica que, cuando la empresa lanzó estos servicios, ya era demasiado tarde. Creo que dieron con algo viral, que era el concepto de «de dónde vienes». La gente lo encontraba fascinante. Pero una vez que conoces esa información, no vas a volver cinco años después a pagar una suscripción», opina.
Sumit Nagpal, emprendedor en serie del sector de las tecnologías sanitarias y uno de los primeros usuarios de 23andMe, comenta que estuvo suscrito a la empresa, pero que dejó de entrar en la plataforma en línea. Manifiesta que los informes no proporcionaban muchos consejos de salud «prácticos» y que «nunca tuvieron ningún valor para cambiar la vida».
La última empresa de Nagpal, Cherish, que fundó en 2020, está desarrollando plataformas de sensores basadas en radares y equipadas con IA para la monitorización de la salud y la seguridad. Cree que 23andMe podría haber ofrecido más cosas antes, por ejemplo, asesoramiento personalizado sobre dieta, ejercicio y otros factores del estilo de vida de forma continuada para mantener el interés de los clientes.
En muchos sentidos, el problema de 23andMe es similar al de “Instant Pot”. Su producto inicial tuvo tanto éxito que la gente nunca necesitó volver a comprar otro.
Buscan por otros lares
23andMe ha tratado de diversificar sus fuentes de ingresos, llegando a acuerdos para que las empresas farmacéuticas puedan explotar su amplia base de datos genéticos en busca de medicamentos. Se asoció con Genentech en 2015, y cuando eso terminó, llegó a un acuerdo exclusivo con GlaxoSmithKline en 2018. La farmacéutica invirtió 300 millones de dólares en 23andMe, pero ese acuerdo expiró en 2023, sin que ningún gran socio ocupara el lugar de Glaxo. Y aunque 23andMe cerró recientemente su unidad de descubrimiento de fármacos, sigue avanzando en los candidatos a fármacos que ya tiene en ensayos clínicos.
Ahora, la empresa se ha volcado en el crecimiento de su negocio de telesalud. En 2021, adquirió el servicio de telesalud Lemonaid. Aprovechando la moda del Ozempic, Lemonaid empezó a ofrecer Ozempic, Wegovy y semaglutida compuesta en agosto a través de un programa de pérdida de peso. Tras una consulta inicial con un clínico, la suscripción cuesta 49 dólares al mes, y el medicamento para adelgazar cuesta a partir de 299 dólares al mes para la semaglutida compuesta. «La incorporación de la gestión de la pérdida de peso para nuestros clientes encaja directamente en nuestra estrategia de prestación de servicios para aprobar la salud de las personas a través de acciones preventivas», declaró Wojcicki en una llamada de resultados en agosto.
Pero puede que no sea suficiente. Estelle Giraud, CEO y fundadora de Trellis Health, que está creando una aplicación de salud para embarazadas, indica que el espacio contra la obesidad ya está saturado. 23andMe tendrá que demostrar que ofrece algo único en comparación con otros proveedores de telesalud: «Si soy un cliente que busca una solución de telesalud, todo se reduce a la marca y la confianza», sostiene.
¿Quién confía en 23andMe?
Establecer la confianza puede ser el mayor reto de 23andMe después de que la filtración de datos del año pasado expusiera información personal de los perfiles de casi 7 millones de clientes. No ayuda que siempre haya habido confusión entre los usuarios sobre las prácticas de datos de la empresa. Los clientes deben dar su consentimiento expreso para compartir sus datos genéticos desidentificados con fines de investigación, pero una encuesta realizada en 2017 y 2018 por investigadores universitarios encontró que más del 40% de los clientes encuestados no sabían que usar y compartir los datos de los clientes era parte del modelo de negocio de 23andMe. Cuando los usuarios optaron por compartir sus datos para la investigación, probablemente muchos de ellos no se dieron cuenta de que la «investigación» incluía ayudar a Big Pharma a desarrollar nuevos medicamentos.
«Para las empresas sanitarias, sus datos están íntimamente ligados a su modelo de negocio, y con la genética, es tan personal. Hay que ser muy transparente y tener muy claro cuál es el modelo de negocio», apunta Giraud.