La lucha de bofetadas ahora es un deporte popular, pero no es buena para tu cerebro
Las luchas de bofetadas comenzaron como un fenómeno viral en Rusia y ahora son un deporte promovido por la UFC transmitido por plataformas de streaming. En estos eventos, dos contrincantes se golpean la cabeza con la mano abierta sin posibilidad de defensa hasta que uno de los dos caiga por nocaut.
Como cualquier deporte de contacto, la lucha de bofetadas supone un riesgo para sus participantes y se desaconseja su imitación. Por consenso general, se considera perjudicial para el cuerpo. Sin embargo, desde que comenzaron las transmisiones del evento en 2023, no existía una cuantificación pública sobre las repercusiones cerebrales de los participantes.
Siete neurólogos de la Universidad de Pittsburgh revisaron decenas de horas de luchas de bofetadas para determinar cuántos de los participantes registraron una conmoción cerebral en los segundos inmediatos a la bofetada. Aunque las lesiones cerebrales por trauma leve son “invisibles”, hay señales que las evidencian, como los ojos en blanco, pérdida instantánea del equilibrio, lentitud para recuperar la verticalidad del cuerpo, vómitos o espasmos.
Analizaron a profundidad 333 bofetadas durante la primera temporada de lucha promocionada por Power Slap y revisaron las repercusiones que quedaron registrada en videos públicos. De 56 concursantes que aparecieron en las transmisiones, 44 mostraron al menos una señal de conmoción cerebral. La cifra alarmó a los neurólogos pues implica que el 78.57% de los atletas enfrenta un golpe tan violento como para comprometer su sistema nervioso. Los resultados fueron publicados en la revista médica JAMA Surgery.
El artículo recalca la necesidad de monitorear la salud de los participantes con revisiones médicas adecuadas a largo plazo. Hasta que se hagan públicas las afectaciones de las luchas de bofetadas, las revisiones oculares en las transmisiones serán el mejor método para medir el riesgo de los atletas. La técnica y sus principios también se emplean para medir las conmociones cerebrales de los jugadores de fútbol americano.
«Las peleas de bofetadas pueden ser entretenidas para un espectador, pero como profesionales de la medicina, encontramos que algunos aspectos de las competencias son bastante preocupantes. Nuestro objetivo es hacer que todos los deportes profesionales sean más seguros para la salud neurológica de los atletas. Es muy difícil prohibir cualquier deporte, pero es posible crear conciencia sobre los daños asociados», dijo el neurólogo Raj Swaroop Lavadi, autor principal del estudio.
Los deportistas de boxeo y fútbol americano que han sufrido repetidos golpes en la cabeza a lo largo de sus carreras pueden experimentar efectos a largo plazo significativos, como problemas cognitivos (pérdida de memoria, dificultad para pensar y concentrarse), problemas emocionales y conductuales (depresión, ansiedad, cambios de humor, comportamiento impulsivo) y problemas físicos (dolores de cabeza persistentes, problemas de equilibrio y coordinación).