La ‘traición’ a Kate Middleton de su diseñadora favorita: Sarah Burton se pasa al Equipo Sussex
Apenas unas horas después de que
Kate Middleton publicase el emotivo vídeo en el que anunciaba
el final de su tratamiento contra el cáncer
, Netflix emitía el anuncio del nuevo proyecto de
Harry y Meghan centrado en el polo. Algo que no pasó desde luego desapercibido para los fans de los príncipes de Gales, que criticaron en las redes con dureza el momento elegido. Ahora,
una nueva ‘traición’ golpea a la princesa, con los Sussex también como telón de fondo.
Sarah Burton, la diseñadora del
vestido de novia de Kate Middleton
, se acaba de convertir en
la nueva directora creativa de Givenchy
, la firma francesa responsable precisamente del
look nupcial de Meghan Markle. Burton afirmó que confeccionar el vestido de la royal para su boda con el príncipe Guillermo en 2011 fue
«la mejor experiencia de mi vida».
La británica de 50 años
había trabajado para Alexander McQueen
durante los últimos 26 años, ocupando el puesto de mayor responsabilidad desde 2010, tras la muerte de su fundador. Fuentes de la industria de la moda aseguran que Burton ayudó a aumentar las ventas de la marca hasta
unos 830 millones de euros en 2022.
Su última colección para la casa británica fue la de primavera-verano de 2024 y tras su marcha de McQueen, se esperaba con impaciencia su próximo paso. El pasado mes de diciembre se supo que
Matthew Williams dejaría su puesto
de director creativo de Givenchy, sin que se hubiera nombrado sucesor.
Ahora se ha anunciado que Sarah Burton, que describió la legendaria casa de moda francesa como «una joya», tomará el relevo y será responsable de todas las colecciones femeninas y masculinas, algo que ha definido como «un gran honor», añadiendo que «estoy muy emocionada de poder
escribir el siguiente capítulo de la historia de esta emblemática firma y de aportar a Givenchy mi propia visión, sensibilidad y convicciones».
Los secretos del vestido de novia de Kate Middleton
Se cree que la princesa de Gales eligió a Sarah Burton para crear uno de los
vestidos de novia más comentados de la historia
tras quedar impresionada por el diseño de Alexander McQueen que la periodista
Sara Buys lució en su boda con el hijo de la reina Camilla,
Tom Parker-Bowles, en 2005.
«La señora Middleton eligió la marca británica Alexander McQueen por
la belleza de su artesanía», se limitó a asegurar el Palacio de Buckingham en un comunicado en el momento de su boda con el príncipe Guillermo. Según la nueva directora creativa de Givenchy, el vestido fue una colaboración al 50% entre ella y la royal, que se cree que se inspiró en
el vestido que Grace Kelly
lució en su enlace de 1956 con el príncipe Rainiero de Mónaco. Kate visitó la exposición ‘Grace Kelly, icono de estilo’ sobre la estrella de Hollywood en el Victoria & Albert Museum, un año antes de su boda en 2011, y los expertos en moda observaron paralelismos entre los dos diseños.
El vestido, que llevaba un corsé de estilo victoriano, estrechado en la cintura y acolchado en las caderas, bajo un corpiño de encaje, era un secreto muy bien guardado:
la diseñadora ni siquiera se lo contó a su propia madre. «Incluso mi madre me llamó y me preguntó: ‘me lo contarías, ¿verdad?’», reveló un tiempo después Sarah Burton.
La bordadora Amanda Ewing, que formó parte del equipo que confeccionó el vestido, dijo: «
Sabíamos para quién era, pero era muy secreto. Teníamos cortinas, no se permitía la entrada de personal de limpieza y se cambió el código de la puerta de entrada«.
Givenchy, la marca fetiche de la duquesa de Sussex
Como segunda mujer al frente del diseño de la firma francesa, Sarah Burton, que presentará su primera colección para Givenchy en marzo de 2025, sucede a
Clare Waight Keller, que fue su directora creativa entre 2017 y 2020. También fue la diseñadora del v
estido de novia que lució Meghan Markle
durante su boda con el príncipe Harry en 2018.
Clare Waight Keller habló sobre el famoso vestido durante
la docuserie de Netflix
de 2022 de la pareja, ‘Harry & Meghan’, apareciendo en el episodio cuatro. Entonces comentó que el diseño minimalista en seda, sin encaje ni ningún otro adorno, tenía que ser «impecable».
«Al mirar el diseño del vestido, hubo muchas conversaciones sobre cómo quieres presentarte al mundo. La mayoría de nosotros celebramos una boda con setenta o cien personas, pero ahora miles de millones de personas nos observaban.
Tiene que ser impecable, tiene que ser perfecto«.