La triste historia del delfín que habla solo para hacerse compañía
Una voz acompaña las profundidades del mar Báltico: son los silbidos provenientes de un solitario delfín. Al escucharlo, investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca se preguntaron si el cetáceo hablaba solo o emitía sonidos con la esperanza de atraer a sus compañeros. Son los hallazgos publicados en la revista Bioacoustics.
¿Qué dice el estudio?
Los delfines mulares o nariz de botella (Tursiops truncatus) son cetáceos sociales que suelen vivir en manadas. En septiembre de 2019, el delfín examinado en el nuevo estudio, apodado «Delle» por los lugareños, llegó hasta el canal de Svendborgsund, al sur de la isla de Funen, en Dinamarca. Esta zona está fuera del área de distribución habitual de los delfines mulares, por lo que nunca se habían observado otros ejemplares en las inmediaciones antes de su llegada.
Para analizar el extraño comportamiento del delfín, los investigadores instalaron dispositivos subacuáticos. A partir de las grabaciones descubrieron que el animal emitía sonidos muy frecuentes. «Pensé que captaríamos silbidos lejanos. No anticipé que seríamos capaces de grabar miles de sonidos diferentes», comentó al medio Live Science Olga Filatova, bióloga y primera autora del informe. Entre el 8 de diciembre de 2022 y el 14 de febrero de 2023, los especialistas detectaron más de 10 mil sonidos, algunos de ellos relacionados con la comunicación, como silbidos, series rápidas de «chasquidos», sonidos de baja frecuencia y de percusión.
El equipo observó que Delle emitía tres silbidos distintos: «Los delfines mulares producen sonidos que conocemos como ‘silbidos distintivos’, estos pueden ser exclusivos de cada individuo, como un nombre. Si no hubiéramos sabido que el delfín estaba solo, hubiéramos pensado que un grupo de al menos tres delfines participaba en las interacciones sociales», comentó Filatova. Oír estas vocalizaciones fue una sorpresa para los investigadores, quienes no esperaban que estos sonidos estuvieran relacionados con la comunicación.
Según su hipótesis, el cetáceo hablaba consigo mismo o emitía sonidos involuntarios provocados por alguna emoción, «como cuando nos reímos de algo gracioso, aunque nadie nos esté escuchando», refiere la autora principal. Otra hipótesis es que Delle emitía sonidos con la esperanza de atraer la atención de otros de su especie que estuvieran cerca. «Aunque esto parece poco probable. Llevaba ya tres años en la zona y probablemente ya sabía que no había otros delfines presentes».
Los delfines parlanchines no son una novedad
Para otros expertos, los resultados del estudio no son tan sorprendentes: «Los delfines son animales muy vocales, por lo que no me sorprende demasiado que este Tursiops truncatus emitiera sonidos a pesar de estar solo», menciona Thea Taylor, de la iniciativa local de Reino Unido Sussex Dolphin Project, quien no participó en el estudio. También añadió que estos animales dependen de vocalizaciones para muchas otras actividades como la caza, la detección del entorno circundante y la comunicación a grandes distancias.
En cuanto a la hipótesis de que los sonidos emitidos por los delfines podrían ser señales emocionales involuntarias, Taylor añadió que «esto abre muchas preguntas sobre si las comunicaciones de los delfines pueden usarse para comprender mejor su comportamiento y sus emociones en la naturaleza».
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.