sábado, marzo 22, 2025
Ciencia y Salud

Las bacterias genitales podrían delatar agresores sexuales gracias a un nuevo método


En el futuro, las bacterias genitales podrían funcionar como prueba forense para identificar agresores sexuales esquivos. Un reciente estudio, liderado por médicos de la Universidad Murdoch, en Australia, logró secuenciar el ADN de la flora bacteriana proveniente de muestras genitales de parejas estables. Los expertos encontraron que, durante el coito, el microbioma que se transfiere entre las parejas es único. Con la secuenciación y la localización de la firma bacteriana de una persona, fue posible identificarla en los genitales de otra.

Al igual que la microbiota intestinal permite procesos naturales en el cuerpo, los genitales también cuentan con su propia colonia de microorganismos. En las mujeres, predominan los lactobacilos, que contribuyen a mantener un pH ácido en la vagina y prevenir infecciones. En los hombres, la microbiota en el pene y el tracto urogenital es más diversa. En el ámbito forense, al microbioma genital de cada persona también se le conoce como sexoma.

Los médicos forenses de Murdoch encontraron una forma de reconocer el sexoma de un hombre a través de una muestra reciente de cultivos vaginales. El microbioma se transfiere de manera efectiva, incluso con barreras físicas como los condones. Según el estudio, otras prácticas sexuales o características corporales no afectan la transferencia del sexoma. La firma bacteriana puede permanecer en los genitales de la pareja hasta por cinco días, aunque la ventana ideal es de 48 horas.


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Para lograr la hazaña, reclutaron a 12 parejas estables y monógamas. Establecieron un periodo de 14 días sin sexo, durante el cual tomaron muestras tanto del pene como de la vagina. Después del coito, realizaron una segunda muestra y utilizaron una secuenciación robusta para lecturas largas de ADN. Los resultados fueron publicados en la revista iScience, del grupo Cell.

El estudio pretende consolidar métodos genéticos alternativos para establecer pruebas de contacto genital. En este primer acercamiento, los investigadores se centraron en la detección del sexoma masculino en los genitales femeninos. De acuerdo con el estudio, en Australia, una de cada seis mujeres de 15 años o más ha sufrido alguna clase de agresión sexual por parte de un hombre.


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“El concepto del sexoma como herramienta forense es fascinante, pero aún queda camino por recorrer antes de que pueda utilizarse en la práctica judicial», explicó Nerea Molina, investigadora del departamento de Filosofía I en la Universidad de Granada, en España. “La identificación precisa de microorganismos a nivel de cepa y su estabilidad en el tiempo son desafíos clave”.

“Además, el microbioma no es estático, factores como el tiempo transcurrido desde el contacto o la presencia de otros fluidos biológicos pueden influir en los resultados”, añadió Molina, en una declaración realizada al medio, Science Media Centre España. sobre la posibilidad de presentar muestras de bacterias genitales como evidencia en casos de agresión sexual.

Señaló que «este estudio representa un avance interesante en la comprensión de la transferencia bacteriana entre parejas, pero su viabilidad en investigaciones forenses aún requiere validación en estudios más amplios y en escenarios reales”.



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