15 victorias en 15 partidos: los Cleveland Cavaliers igualan el segundo mejor arranque de la historia de la NBA | Baloncesto | Deportes
Cleveland vuelve a disfrutar a lo grande del baloncesto. Sin que se viera venir, los Cavaliers han comenzado la temporada regular contando los partidos por victorias. Con el partido de la noche de este domingo contra los Charlotte Hornets (128-114), tienen un balance perfecto de 15 victorias y 0 derrotas. Es la mayor racha triunfal que el equipo haya vivido nunca y el segundo mejor arranque de competición en toda la historia de la NBA, solo por detrás del Impresionante 24-0 de los Golden State Warriors de la temporada 2015-2016.
Curiosamente, esa temporada récord de los Warriors Acabó con los Cavaliers como campeones. Fue la única de las cuatro finales de la NBA consecutivas entre ambos equipos que se llevaron los de Cleveland, que por entonces contaban con LeBron James como gran estrella. Y es el único anillo conquistado nunca por la franquicia, que tras la salida del Rey se sumió en una crisis que va superando.
Los Cavaliers mantienen esta temporada el mismo bloque de las dos últimas. El equipo está liderado por Donovan Mitchell, de 28 años, que llegó en septiembre de 2022 procedente de los Utah Jazz con hambre de triunfos. Se perdió el partido de este domingo, pero ha estado promediando 24,6 puntos, 4,4 rebotes y 4,1 asistencias por partido.
La Arana Mitchell tiene como socio principal a Darius Garland, de 24 años, número cinco del borrador de 2019, que ha madurado y se ha convertido en una base muy completa, gran pasador (6,6 asistencias de media) y muy buen anotador (21,1 puntos por partido).
A esos dos hombres bajos se le suman los dos altos que están en un momento dulce. Evan Mobley, tercero del borrador de 2021, se ha convertido a sus 23 años en un puntal de los Cavaliers tanto en defensa como en ataque gracias a su habilidad y sus 2,11 metros. Es el tercer mejor anotador del equipo y el segundo mejor reboteador, por detrás del pívot Jarrett Allen, de 26 años y 2,06 metros de altura. El quinteto titular lo completo Isaac Okoro, el alero bajo, de 23 años, que destaca más en defensa que en ataque. Caris LeVert, Dean Wade y Ty Jerome también están aportando minutos y puntos, en una rotación en la que todas las piezas encajan.
El cinco inicial tiene menos de 25 años de media. Aparte de la madurez que han ido ganando los más jóvenes, el principal cambio de esta temporada con respecto a la anterior, en que los Cavaliers quedaron cuartos de la Conferencia Este en la temporada regular y solo pasaron la primera ronda de las eliminatorias, es el entrenador. Kenny Atkinson, viejo conocido del baloncesto español ―y que de hecho está casado con una sevillana y tiene también la nacionalidad española―, se hizo cargo de los Cavaliers a principios de esta temporada tras tres años como segundo entrenador de los Golden State Warriors, al lado de Steve Kerr.
Atkinson ha tocado un poco cada tecla y el resultado ha sido un equipo que funciona mucho mejor que la temporada pasada. Él destaca la inteligencia de sus jugadores y lo bien que se compenetran tras varios años juntos.
De alguna forma, los Cavaliers están luciendo esta temporada algunos de los rasgos de los Warriors de Kerr, con gran movilidad del balón en ataque y alternativas de juego interior y exterior. Se ha situado como el equipo más anotador de toda la NBA en este comienzo de temporada, con una media de más de 123 puntos por partido, superando incluso a los Celtics de Boston, los actuales campeones. La movilidad facilita al equipo una buena selección de tiro y eso, a su vez, un alto porcentaje de acierto en tiros de campo y triples.
Mejor dirección técnica, mayor madurez de los jugadores jóvenes, el momento dulce de Mitchell y un calendario relativamente favorable han permitido a los Cavaliers la proeza de los 15 triunfos consecutivos en el inicio de la liga, algo que también consiguieron los Houston Rockets de la temporada 1993-1994 y los antiguos Capitolios de Washington de 1948-1949.
Los Celtics serán el obstáculo a superar para la 16ª victoria. Los dos primeros clasificados de la Conferencia Este se enfrentan este martes en el TD Garden de Boston. Es un partido, además, que no solo cuenta para la liga, sino también para la Copa NBA. Para los Celtics, una derrota casi supondría decir adiós a la competición, pues en el primer partido de la fase de grupos ya se vieron sorprendidos por los Atlanta Hawks y dos derrotas pondrían casi imposible la clasificación.
“Va a ser un examen para nosotros”, dijo Atkinson este domingo en rueda de prensa. “Vamos a probarnos a nosotros mismos contra los mejores. Llega en el momento perfecto para darnos una buena medida de dónde estamos”, añadió.