Charlène de Mónaco no soporta Dmitri Rybolovlev, el oligarca ruso amigo de Alberto de Mónaco
Para describir al
oligarca ruso Dmitri Rybolovlev, una de las personas más ricas del planeta, baste decir que
el mismísimo Vladimir Putin
le considera como «una persona despreciable». No es de extrañar que
la princesa Charlène
no simpatice especialmente con el amigo y socio de su marido, el príncipe Alberto. Por eso no suele aparecer junto a él en el palco del club de fútbol del AS Mónaco, del que el ruso es
actual propietario tras inyectarle cientos de millones para salvarle del descenso y hacerle después campeón de la liga francesa.
Pese a que en 2017 el royal
le declarara ‘persona non grata’ tras orquestar una trama de corrupción y escapar a Los Ángeles antes de entrar en prisión, ambos parecen haberse reconciliado de nuevo. Recientemente, pudimos ver a Alberto de Mónaco junto a Rybolovlev disfrutar de la victoria del equipo local en la Champions League frente al Fútbol Club Barcelona.
Sin su esposa, pero habitualmente disfrutando de la compañía de sus sobrinos
Louis Ducruet o Alexandra de Hannover
, el royal comparte noches futboleras a menudo con el polémico millonario. No en vano, la familia Grimaldi es accionista del club y el príncipe también es un gran aficionado al deporte. Le viene de familia:
su abuelo materno ganó varias medallas
olímpicas en remo y él mismo es miembro del COI desde 1985 y representó a su país cinco veces en los JJOO de Invierno.
Junto a ellos dos es habitual también ver a
una atractiva joven rubia que ha despertado especulaciones en medio de la siempre
rumoreada crisis en el matrimonio
de Alberto y Charlène. Se trata de
Sofya Medvedeva, una estudiante de la universidad de Nueva Jersey que ya ha hecho sus pinitos como modelo y a las que le gusta conducir coches caros en su tiempo libre. De momento no se sabe nada más de su relación con el controvertido oligarca.
Una carrera conflictiva y un divorcio escandaloso
Como era de esperar, este hombre de 57 años y con nacionalidad chipriota desde 2012, procura mantenerse apartado de los medios. Pero no ha podido evitar ser objetivo de titulares muy poco halagüeños. Contactos notorios con la mafia de su país de origen, un juicio por asesinato, acusaciones de provocar
el mayor desastre ecológico de la historia de Rusia con una de sus minas…
Dmitri Rybolovlev, el amigo millonario de Alberto de Mónaco. /
Otro escándalo en el que se vio involucrado fue cuando un juez le condenó a pagar a Elena, la que era su esposa,
la friolera de 3.295 millones de euros cuando quiso divorciarse de ella. Después de intentar en vano que acabara en prisión, Rybolovlev logró finalmente convencerla de aceptar tan solo 564 millones.
En 2011, el empresario, que había amasado una fortuna con los fertilizantes tras el colapso de la Unión Soviética, volvía a convertirse en el centro de la atención porque regaló a su hija Ekaterina un pisito de estudiantes un tanto llamativo: nada menos que
la propiedad más cara de toda Nueva York en aquel momento con vistas a Central Park, que incluía diez habitaciones amuebladas con todo lujo en una superficie de 626 m2, con una terraza en la azotea de 190 m2. ¿Su precio? 88 millones de dólares. Ahora
Ekaterina es la vicepresidenta del AS Mónaco, es madre de tres hijos y está casada con un político uruguayo.
Una carrera delictiva y un divorcio escandaloso
Además de poseer el equipo de fútbol emblema del Principado de Mónaco, en cuya gestión se le acusa de haber cometido numerosos fraudes, otros activos de Rybolovlev incluyen
docenas de casas en Florida, Hawái, Nueva York, Saint-Tropez y Suiza. También posee la isla griega de Skorpios, que fue propiedad en su día del
armador Aristóteles Onassis
, y una mansión que compró a Donald Trump.
Poseedor de una enorme colección de obras de arte, también fue noticia por demandar hace unos años a
la casa de subastas Sotheby’s de Nueva York
por, supuestamente, haber subido de forma ilegal los precios de las obras maestras que quería adquirir. Cuando Rybolovlev empezó a amasar su colección, invirtió unos 2.000 millones de euros en 38 cuadros de
Leonardo da Vinci o Pablo Picasso.
Dmitri Rybolovlev en el palco del AS Mónaco. /
Entonces confió en
Yves Bouvier, un marchante de arte suizo, para que le ayudara en las negociaciones, pero al parecer este le terminó estafando varios cientos de millones con la reventa de cuadros tan famosos como
el ‘Salvator Mundi’ de da Vinci
, una de las más famosas representaciones de Cristo. En este caso, el propio Bouvier compró la obra maestra a Sotheby’s por 83 millones de euros y un día después, la revendió a Rybolovlev por 127,5 millones.
Finalmente, Rybolovlev se tomó
cumplida venganza por partida doble. Primero acabó vendiendo el famoso cuadro a un príncipe saudí en 2017 por 450 millones de euros a través de Christie’s, otra casa de subastas con sede en Gran Bretaña. La venta batió el récord del cuadro más caro jamás subastado. Y posteriormente logró que Bouvier acabara en una prisión de Mónaco.