martes, marzo 4, 2025
Deportes

El Real Madrid se empieza a gustar


Se nota jugar en casa. Más que por hacerlo al calor de tu público, por tener más tiempo para entrenar. Tercer partido seguido en el WiZink Center y tercera victoria para un Real Madrid muy mejorado, con los conceptos más asimilados y los mecanismos más cogidos. Con las piezas más encajadas, en definitiva. Todas cuadraron para derrotar cómodamente al Estrella Roja (95-72), que llegaba como líder de la Euroliga y se fue hecho unos zorros. Los blancos confirman las sensaciones de los últimos encuentros y hasta se empiezan a gustar.

Los blancos se aplicaron en defensa, compartieron el balón con generosidad (26 asistencias para 30 canastas) y tuvieron a muchos efectivos a un gran nivel. Destacó, una vez más, Campazzo, que se fue a 30 de valoración con sólo dos tiros de campo. Añadió tres rebotes, seis asistencias, y ocho faltas recibidas. Hizo tres caños, que no cuentan en la estadística, pero lucen.

La energía la puso Ndiaye, omnipresente, llegando a todas partes e includo pasándose de frenada en algún momento. Batió su tope anotador en la Euroliga (12 puntos), jugó de ‘4’, de ‘5’, defendió a Teodosic… Chico para todo. Acabó el partido en pista junto a Hugo González y Sidi Gueye, que debutó en competición continental y se estrenó con dos tiros libres. Un homenaje a la cantera.

Salieron los tres en los últimos minutos porque hacía tiempo que el partido estaba decidido (81-57, min 34). El Madrid lo dominó siempre y el Estrella Roja, con la baja de Bolomboy, tampoco exigió demasiado. Bastó que Campazzo se pusiera en marcha para que los blancos se despegaran. Hezonja (seis asistencias)alimentaba a Tavares (12 puntos sin fallo) y la defensa, liderada por Ndiaye, funcionaba.

El 13-4 inicial ya decía mucho. Los serbios reaccionaron al inicio del segundo cuarto con un parcial de 0-8. Tras un tiempo muerto de Mateo respondió el Madrid con un 15-2 que evitó apreturas. Al descanso, 46-29 y 15 asistencias blancas para 16 canastas.

A mitad del tercer cuarto, Campazzo decidió cerra el partido. Comandó otro parcial de 0-9 para poner un 67-43 que era casi definitivo. El Estrella Roja aprovechó un descanso del base para acercarse, pero fue insuficiente. En el accidentado último cuarto, con Ibaka sangrando en un codo y después recibiendo un golpe en tráquea, el Madrid se volvió a disparar aprovechano el postrero acierto de Musa:81-57 y los chavales a pista, que el equipo ya carbura. La doble jornada de la próxima semana, con Olympiacos y Maccabi, es una prueba para confirmarlo.





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