«Las mujeres necesitan la ciencia y la ciencia necesita más mujeres»: las investigadoras que lideran la innovación en México
Cuando la doctora María Cristina Rodríguez Padilla entró por primera vez a su laboratorio en la Universidad Autónoma de Nuevo León, observó un panorama desolador. Lo encontró casi vacío, apenas con una mesa y un congelador de temperatura ultrabaja (-80 C). Con su esposo empezó a montar una práctica de experimentación. Hoy, encabeza investigaciones pioneras en el mundo para curar el cáncer a través de la inmunoterapia. “Empezamos con prácticamente nada.” Nos explica Rodríguez. “Ahora tenemos un departamento con 10 laboratorios de investigación, 20 doctores en ciencias, un pequeño laboratorio de bioseguridad nivel 3 y un área de atención a pacientes. Hemos publicado estudios en revistas de alto impacto internacional, además de colaboraciones de investigación con otras instituciones, como con el Instituto Pasteur, la Sorbona, Harvard, MD Anderson, la Universidad de Texas, el Instituto Nacional de Cancerología en México, el Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Politécnico Nacional y hospitales privados y públicos”.
La doctora Rodríguez trabaja con péptidos (cadenas cortas de aminoácidos conectados por uniones químicas) que produce en su laboratorio. Ha estudiado su efectividad para eliminar el cáncer de mama (el más frecuente y mortífero en México) y también el denominado de mama triple negativo, de gran agresividad. En sus investigaciones, encontró que estos péptidos no solo destruyen las células cancerígenas, sino que pueden también enseñar al cuerpo a combatirlas.
“Los pedacitos de las células que quedan una vez que los péptidos hicieron su trabajo, pueden servir para que el sistema inmunológico reconozca ese tumor como extraño y pueda destruirlo con sus propios mecanismos (como los linfocitos T del tipo CD8).” Nos explica la doctora Rodríguez. “Queremos activar estos mecanismos de forma específica para eliminar el tumor a través de una forma de muerte de la célula (o apoptosis) que se llama muerte inmunogénica. Encontramos el péptido que causa este tipo de muerte, que provoca que el organismo del paciente nos dé una respuesta inmune y pueda destruir el resto del tumor.”
El laboratorio de la doctora Rodríguez comprobó con ratones la eficacia de este péptido. Les inyectaron células tumorales y, una vez desarrollado el tumor a un nivel palpable, aplicaron el sobrenadante de células cancerígenas muertas in vitro. El tumor se redujo y se frenó el crecimiento tumoral. La investigación también tiene aplicaciones preventivas para que el sistema inmune no desarrolle tumores. Al inyectar a ratones sanos ese sobrenadante de células cancerígenas muertas y luego inyectar las células cancerígenas, comprobaron que no se desarrollaban tumores. Con este tratamiento, entonces, no nada más se puede combatir un tumor existente, sino prevenir el crecimiento futuro de un tumor.
“Estos trabajos”, continúa la doctora Rodríguez, “los hicimos con péptidos nuestros y con unos que se están sintetizando ahora, un derivado de la protrombina, una proteína producida por el hígado, con el doctor Jerzy Trojan de la Sorbona de París. En el mundo de la ciencia ya estamos muy cerca de encontrar un tratamiento que no conlleve tantos efectos colaterales, logrando una respuesta inmune para protección del propio paciente frente a eventos que pudiera tener en el futuro.” Lo más impresionante de esta investigación es que estos péptidos se pueden aplicar a muchos tipos de tumores. Los resultados varían, claro, entre distintos tipos de cáncer. Pero es una oportunidad única para desarrollar el tratamiento inmunológico. “Con resultados competitivos a nivel de otros países más desarrollados que nosotros”, termina, “México tiene el potencial para hacer ciencia al nivel de las primeras potencias del mundo.”