Pedimos medidas de emergencia como las de La Palma y con infraestructuras
El tsunami de agua y lodo con que la última DANA ha golpeado a Valencia ha provocado una destrucción sin precedentes en décadas en una región acostumbrada a vivir las inclemencias meteorológicas. El tejido empresarial valenciano se enfrenta ahora a un horizonte muy complicado para el que el presidente de la patronal CEV, Salvador Navarro, ha exigido todo el apoyo público posible en una reunión ayer con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
¿Cuáles han sido las medidas que han planteado a la ministra?
Un punto clave ha sido el tema de los Ertes, que han funcionado en la pandemia del Covid. Aunque también hemos dejado claro que esta es una situación distinta, que aquí sí que puede haber Eres por el golpe que supone a muchas empresas. Hemos pedido que para esos Ertes de fuerza mayor se cubra el cien por cien de la cotización con complementos tanto por parte de la Administración central como por la autonómica. También hemos pedido que se incluya a todos los afectados por la DANA, tanto si se es un comercio de municipios como Paiporta o una empresa de Chiva como si se trata de un transportista de Barcelona al que le pilló aquí.
¿Han sido bien recibidas esas propuestas?
La ministra venía con los planteamientos hechos y en ese sentido el encuentro ha ido bastante bien, aunque en el caso de los Ertes el compromiso de no despedir a los trabajadores en tres años va a estar en la normativa.
Además de esa medida laboral, ¿qué consideran más urgente los empresarios valencianos?
Hemos pedido que haya un decreto ley especifico como el de La Palma por el volcán con cuestiones financieras, económicas y que incluya cuestiones específicas, sobre todo de infraestructuras porque van a ser necesarios muchos millones.
Ha insistido estos días que aún no éramos conscientes de la magnitud de la catástrofe, ¿se puede dimensionar ya?
No, es algo todavía imposible. Hoy hemos estado hablando con empresarios y las empresas están centradas en limpiar y todavía no se plantean fabricar. Aún es pronto, todavía hay mucha maquinaria y producto perdido que queda por conocer y a lo largo de esta semana podremos valorar mejor la situación. La red terrestre está averiadísima y por los datos que me han transmitido hay más de 80.000 vehículos privados y 10.000 de transporte pesado destrozados.
¿Qué necesitan las empresas valencianas para garantizar la supervivencia ante una crisis de estas dimensiones?
Para la recuperación lo que necesitamos es que que haya créditos blandos, que por parte de las entidades financieras todos los vencimientos de créditos se prorroguen, no que se aplacen. El comercio y los autónomos van a ser unos de los elementos que más van a sufrir. El miércoles vamos a tener una reunión con bancos para plantear esas necesidades inmediatas.
¿Qué inversiones en infraestructuras quieren que contemple ese decreto-ley?
Esta comunidad no ha tenido el apoyo de inversión e infraestructuras adecuadas en muchas ocasiones, en muchos años y por distintos gobiernos. Creo que tenemos que aprovechar para replantear, por ejemplo, si hace falta un segundo bypass (ronda de circunvalación) de Valencia. Para evitar precisamente problemas serios como los que supone que se haya cortado. O inversiones en vías férreas o las que tenía que haber hecho la Confederación Hidrográfica del Júcar hace muchos años, que eran inversiones hídricas como el el caso del trágico barranco del Poyo. Hay que que aprovechar para configurar unos nuevos accesos para Valencia.
¿Han puesto plazos a las administraciones para la vuelta a cierta normalidad y la reconstrucción?
No, porque aún estamos concentrados en lo fundamental, que es salvar vidas y encontrar a los desaparecidos. Es difícil viendo las imágenes apocalípticas y atreverse a hablar de plazos.
¿El empresariado comparte la indignación que está aflorando en los afectados por la DANA?
Claramente ha habido una descoordinación. Indudablemente hay que revisar los protocolos porque han fallado todas las medidas de coordinación y toda la información. Yo estuve el sábado en Sedaví en un instituto llevando agua, comida y ropa. Por supuesto entiendo la situación crítica que los vecinos han vivido y están viviendo, claro.