El Gobierno salva el tributo a las multinacionales con pactos cruzados sobre el impuesto energético
El Gobierno ha salvado en la Comisión de Hacienda del Congreso la ley que regula el tipo mínimo de las multinacionales y parte del paquete fiscal que viene anunciando desde hace semanas tras una jornada caótica que acabó en la madrugada del martes gracias a un acuerdo in extremis con ERC, Bildu y BNG para prorrogar un año más el gravamen a las grandes energéticas a través de un decreto ley, aunque este punto tiene matices.
El acuerdo parece contradecir el pacto que el Gobierno mantenía con Junts y PNV para dejara decaer el impuesto energético a partir del 31 de diciembre, pero los independentistas catalanes apoyaron finalmente el texto. El propio Ministerio de Hacienda aclaraba en un comunicado poco después de conocerse el pacto con ERC, Bildu y BNG que «mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización«. Es decir, el impuesto no se hará automáticamente extensible a todas las compañías sino que se eliminará para quienes cumplan con esa condición.
Tras ocho horas de sesión en las que la Comisión de Hacienda se vio interrumpida con varios recesos ante la falta de acuerdos del Gobierno que sacaran adelante el nuevo tributo mínimo global del 15% para empresas multinacionales que obliga Europa -España ya está fuera de plazo y se juega la sanción y el quinto desembolso de los fondos europeos- la jornada culminó con relativo éxito para el Ejecutivo tras atar los apoyos de ERC, Bildu y BNG, que se se negaban a apoyarlo si no incluía el impuesto energético.
Los acuerdos de anoche son el primer paso. La ley pasa ahora al Pleno del jueves, donde son necesarios los votos tanto de Junts como de Podemos, que ya ha avisado en boca de su secretaria general, Ione Belarra, que sólo apoyará la reforma fiscal si el impuesto energético realmente se mantiene.
El impuesto a la banca y las medidas fiscales, a examen el jueves
El éxito del Gobierno en la jornada maratoniana del lunes es relativo. Del centenar de enmiendas registradas, sólo se han aprobado algunas, como la subida de dos puntos porcentuales el tipo del IRPF para la rentas del ahorro superiores a 300.000 euros (del 28% al 30%), cambios normativos para reforzar la lucha contra el fraude fiscal en el sector de los hidrocarburos o medidas para paliar los efectos de la anulación por parte del Tribunal Constitucional de las reformas del impuesto de sociedades del PP (limitación de la compensación de las bases imponibles negativas o de las deducciones por doble imposición).
También se ha acordado gravar los vapeadores, subir la fiscalidad del tabaco, promover una modificación de la directiva europea del IVA que permita aplicar el impuesto a los alquileres turísticos o impulsar la factura electrónica, mejoras en la tributación de las cooperativas, bajada del impuesto de sociedades a las cooperativas y empresas que facturan menos de un millón de euros o una mejora de la tributación de las actividades artísticas y una bonificación de las cuotas a la Seguridad Social para los clubes y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro.
Lo que ocurra con otras medidas fiscales que plantea el Gobierno, como la subida de la fiscalidad del diésel, eliminar el régimen especial de las socimis o fijar un IVA del 21% para los pisos de alquiler turístico, dependerán del impuesto a la banca, que se votará el jueves en el Congreso. De momento, el pacto del Gobierno con ERC, Bildu y BNG también incluye el acuerdo para aprobar -y endurecerlo con una subida del tramo más alto- el jueves el tributo a las entidades financieras que ha sido rechazado en la Comisión de Hacienda del lunes.