La herencia maldita de Bahamontes: la guerra entre las hijas y la mujer a la que adoptó
Nada hacía presagiar lo que está sucediendo en estos días. Una tormenta mediática, sin duda, inesperada. Cuando
Federico Martín Bahamontes murió
el 8 de agosto de 2023 a los 95 años, muchos de los obituarios incluían algunos de los hechos menos edificantes de la que había parecido una idílica vida sentimental con
su mujer de toda la vida, Fermina Aguilar, fallecida a los 91 años en 2018 tras una larga enfermedad.
Sin embargo, apenas un año y medio más tarde, los admiradores del mítico ciclista que ganó el Tour en 1959, y los que se están acercando ahora a su figura deportiva, han descubierto que tenía
una hija adoptiva, Victoria Sahagún, de 45 años, a la que había reconocido legalmente cuatro años antes de su fallecimiento.
Para comprender la magnitud de la situación, tenemos que reseñar que Federico Martín Bahamontes había tenido a María Angélica y María Victoria,
dos hijas extramatrimoniales en 1987 a las que había reconocido legalmente. Una situación que, al parecer, no había sido nada fácil para su mujer, Fermina Aguilar, pero que finalmente terminó asumiendo.
El conflicto llega ahora cuando hay que repartir la herencia. Se daba por hecho que estas dos hijas extramatrimoniales serían las herederas, pero hay una tercera persona en discordia. Nos referimos a la mencionada Victoria Sahagún, una mujer de 45 años,
a la que el ciclista había adoptado, pero ella no lo habría ratificado ni se habría cambiado los apellidos. Un situación un tanto inusual, sin duda.
Según ha publicado Relevo, que ha tenido acceso a una serie de documentos judiciales, el litigio por la herencia se está llevando a cabo en Toledo, donde residió la mayor parte de su vida el deportista.
Son siete los testamentos que firmó el ciclista, el último fechado el 6 de abril de 2022. En él nombra heredera universal a Victoria Sahagún.
En cuanto a la adopción, Bahamontes y Victoria Sahagún tenían cita en los juzgados para ratificarla el 16 de mayo de 2019, pero no hicieron acto de presencia. Sin embargo, sí existe
un ofrecimiento de adopción, un documento firmado por el ciclista en el que se puede leer lo siguiente: «Tengo una relación paterno filial con la adoptanda, que data del año 1996 hasta la actualidad«. Aunque no se ratificó ante un juez, pasó a ser hija a efectos legales en junio de 2019. Ahora el quid de la cuestión es determinar si esta adopción es válida.
Bahamontes, apartado de sus hijas en los últimos años
Según parece, el emblemático ciclista conoció a Victoria Sahagún en 1996, cuando era azafata de la peña Bahamontes. Ella asegura que desde entonces mantuvieron esa relación paterno filial y que incluso vivió en el domicilio del deportista, algo a lo que muchos no dan credibilidad pues
entonces vivía la mujer de Bahamontes y consideran que este extremo es poco plausible.
Los últimos tres años de su vida, Federico Martín Bahamontes los pasó en
un hotel rural en Villanueva de San Mancio, en Valladolid, propiedad de Victoria Sahagún y su madre. Según el relato de las hijas biológicas el acceso a su padre nonagenario se tornó muy complicado durante esa época y fue en una visita al hospital en Valladolid cuando tuvieron constancia de la adopción. Tenía ya una salud muy maltrecha y se pone en cuestión también si estaba en condiciones idóneas para dar el paso de la adopción y la redacción de ese último testamento.
Se desconoce el patrimonio exacto que ha dejado Bahamontes, pero se ha podido cotejar que
tenía cuentas en el Banco de Santander, fondos en Bankia y BBVA, un seguro de vida, dos plazas de garaje, un dibujo que le hizo Dalí y su colección de bicicletas. El proceso, sin duda, es complejo, e incierto.