lunes, diciembre 23, 2024
Cuba

Director del grupo Bamboleo explica las razones por las que se quedó a vivir en Miami


El director de la reconocida orquesta Bamboleo, Lazarito Valdés, ha roto su silencio para compartir las razones que lo llevaron a establecerse en Estados Unidos, dejando atrás su carrera en Cuba, un país que describe como un terreno cada vez más hostil para los músicos.

En una entrevista con María Karla Rivero en el programa La Casa de Maka, Valdés reflexionó sobre la crisis que atraviesa la Isla y el difícil entorno que enfrentan los artistas bajo el control del régimen cubano.

Valdés describió al régimen como «una maquinaria destructiva de familia y hogar». Según el músico, las autoridades ejercen un control absoluto sobre los artistas, comprometiendo sus carreras y su vida personal a través de chantajes y restricciones.

“El sistema te compromete; si no estás dentro, perjudican a tu familia, tus oportunidades de trabajo y hasta tu posibilidad de comer. Si no te alineas, no participas en actividades donde podrías ganar dinero”, explicó.

Este entorno, afirmó, obliga a muchos músicos a callar. “Mucha gente no tiene doble moral, simplemente tienen miedo. Es un monstruo que te dice: ‘Si no haces lo que yo quiero, no accedes a beneficios básicos’”, agregó.

La migración masiva de músicos es otra arista de la crisis que vive la música cubana. Valdés señaló que constantemente las orquestas deben buscar nuevos integrantes porque los artistas, especialmente los jóvenes, ven en la emigración una salida a la precariedad.

“Después de invertir tiempo ensayando y componiendo, se van. Es inevitable porque quieren mejores condiciones de vida y aquí no las encuentran”, lamentó.

El músico también destacó las dificultades económicas de mantener una agrupación en Cuba. Desde el transporte hasta los equipos de sonido, cada detalle supone un gasto exorbitante que, sumado a la falta de apoyo estatal, convierte cualquier presentación en un desafío monumental.

“Un camión para transportar instrumentos cuesta 10,000 pesos, y el sonido puede llegar a los 20,000. ¿Cómo sostienes eso cuando además tienes que lidiar con un sistema que se lleva una parte significativa de tus ingresos?”, cuestionó.

Valdés dice que para realizar presentaciones, desde los altos costos del transporte hasta la falta de infraestructura adecuada, la vida del artista en la Isla es un continuo reto.

“Un músico que vive en Guanabacoa, por ejemplo, puede gastar 1,000 pesos solo en transporte para llegar a la Casa de la Música de Miramar. Eso sin contar otros costos adicionales”, explicó.

Incluso en lugares emblemáticos como la Casa de la Música de Galiano, las dificultades son abrumadoras. “Si no tienes sonido, el concierto no sirve, y debes pagarlo tú mismo. Todo recae sobre el músico”, agregó.

A pesar de los obstáculos, Lazarito Valdés ha mantenido su amor por la música bailable, un género que ha defendido con pasión a lo largo de su carrera. Sin embargo, reconoce que el panorama dentro de la Isla es desalentador.

“La música cubana está agonizando. Los músicos quieren trabajar, pero el sistema no les permite crecer. Mientras el control estatal siga siendo tan opresivo, no habrá espacio para el desarrollo”, afirmó.

En Miami, Valdés encuentra músicos talentosos que comparten su visión y pasión por la música. “Aquí hay muchísimo talento. Es un lugar donde puedes trabajar y vivir, algo que ya no es posible en Cuba”, expresó.

Lazarito Valdés concluyó la entrevista con una reflexión personal sobre su decisión de emigrar. “Estoy aquí por amor a mi música, a mi familia y a la vida. Porque en Cuba no hay vida”, declaró.



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