La NASA apostará por la energía de fisión para alimentar las misiones sobre el terreno de Marte
La misma clase de energía liberada por las bombas atómicas será la que ayude a la humanidad durante la colonización de Marte y la Luna. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) publicó recientemente una serie de documentos técnicos prospectivos en materia de exploración espacial. En ellos se confirma que la fisión nuclear será la fuente principal de energía sobre el suelo del planeta rojo.
Cuando un átomo se divide en dos o más núcleos por el impacto de una partícula subatómica, libera una gran cantidad de energía. A este proceso se le denomina fisión nuclear. El concepto se utilizó para crear las primeras bombas atómicas. También es una de las principales formas de producir energía libre de gases contaminantes.
De acuerdo con la plantilla de expertos de la NASA, la tecnología en Marte debería ser impulsada por fisión nuclear. Otras alternativas energéticas más convencionales como la solar y la eólica también fueron consideradas, pero la opción de fisión es la que tiene más probabilidades de éxito al considerar el entorno hostil marciano y el tiempo de transporte de suministros. “La energía nuclear ofrece la combinación ideal de producción de energía, resiliencia ambiental, costo y reducción general del riesgo”, afirma la NASA.
Cada viaje a Marte debe planearse hasta el extremo. A una nave contemporánea le tomaría entre seis y nueve meses llegar, siempre que aproveche la ventana de tiempo en la que la Tierra y el planeta vecino están más cerca. Los primeros viajes con tripulación humana deberán ser esencialmente autónomos, y las soluciones energéticas también han de serlo.
La superioridad de la energía nuclear marciana
El documento técnico de la agencia espacial sobre las decisiones tecnológicas para Marte explica que un panel solar fotovoltaico podría ser afectado o directamente eliminado por las tormentas de polvo del planeta rojo. La opción nuclear, en cambio, seguirá produciendo energía durante estos eventos y por las 24.6 horas del día marciano. Además, el planeta rojo recibe menos Sol que la Tierra y las demandas energéticas serán mayores en cuanto lleguen los primeros astronautas.
La NASA ya tiene calculados los valores mínimos energéticos para una misión marciana. Dos astronautas en un despliegue científico de exploración de menos de 30 días, viviendo en un rover presurizado, requerirían al menos 10 kilovatios de potencia. Mientras más personas lleguen y más complejas se vuelvan las misiones, la potencia se disparará hasta los cientos de kilovatios. La tecnología solar no tiene oportunidad en la realidad de la exploración marciana. La nuclear, en cambio, tiene todo para triunfar, si se desarrolla en los próximos años.
La hoja de ruta hacia Marte establece a las misiones Artemis hacia la Luna como la oportunidad ideal para probar el comportamiento de reactores nucleares espaciales. El desarrollo de la tecnología requerirá una gran inversión, pero a largo plazo representará una reducción de costos operativos. Los expertos tampoco descartan más fuentes de energía como la biogenerada por microorganismos o la que se obtendría de la perforación de cámaras magmáticas en Marte. Sin embargo, estas opciones no están lo suficientemente avanzadas.