miércoles, febrero 5, 2025
Ciencia y Salud

Omega 3, vitamina D y ejercicio, la combinación para retrasar el envejecimiento biológico


El consumo de Omega 3 y vitamina D, combinado con rutinas regulares de ejercicio, podría retrasar el envejecimiento biológico y reducir en más del 60% el riesgo de desarrollar cáncer invasivo en personas de la tercera edad, según un estudio publicado en la revista Nature Aging.

La investigación, liderada por científicos de la Universidad de Zúrich, es una de las más amplias hasta la fecha sobre los efectos positivos del Omega 3 en la salud geriátrica. Durante tres años, analizó el desempeño de 777 pacientes mayores de 70 años, saludables y con altos niveles de actividad física, para determinar la influencia de esta grasa poliinsaturada en sus organismos.


Pareja de adultos mayores bailando en festival

Más de 240,000 millones de datos moleculares revelan dos picos de deterioro del organismo en edades concretas, acelerando repentinamente cambios en el metabolismo y el riesgo de diversas enfermedades.


Los especialistas encontraron que la ingesta diaria de un gramo de Omega 3 demostró ser efectiva para retrasar el deterioro celular entre tres y cuatro meses. El hallazgo sugiere que este ácido graso podría actuar como un modulador de los procesos inflamatorios y oxidativos en el organismo, factores ampliamente relacionados con el envejecimiento. El efecto se observó en todos los participantes sin distinción de género, edad al inicio del ensayo o índice de masa corporal, lo que indica que los beneficios podrían aplicarse a grupos similares de individuos.

El equipo dirigido por Heike Bischoff-Ferrari, científica del Departamento de Geriatría e Investigación sobre el Envejecimiento de la Universidad de Zúrich, empleó una técnica conocida como “reloj epigenético” para analizar y cuantificar los cambios moleculares en el ADN y su relación con el envejecimiento fisiológico. Las pruebas se centraron en evaluar la eficacia de ocho tratamientos DO-HEALTH, que combinan el consumo de Omega 3 y vitamina D con rutinas de ejercicio periódicas para prevenir enfermedades asociadas con la edad. Estas terapias han demostrado reducir el riesgo de padecer ciertas afecciones, incluidos el cáncer y la fragilidad prematura.

Las bondades del Omega 3 en la vejez

Los investigadores explicaron que en el ensayo “se probaron ocho combinaciones de tratamientos: los sujetos tomaron 2,000 unidades internacionales (UI) de vitamina D y/o 1 gramo de ácidos grasos Omega 3 de origen vegetal a diario, y/o realizaron 30 minutos de entrenamiento de fuerza en casa tres veces por semana”.

El estudio concluyó que la combinación de las tres intervenciones generó un beneficio aditivo significativo, al reducir la prefragilidad en un 39% y el riesgo de padecer cáncer invasivo en un 61%. El consumo de Omega 3 por sí solo disminuyó la tasa de infecciones en un 13%. Estos resultados subrayan la relevancia de adoptar enfoques combinados para fomentar una longevidad saludable en la población mayor.

“El descubrimiento refuerza nuestros resultados previos de los tratamientos DO-HEALTH, donde la combinación de estos tres factores mostró el mayor impacto en la reducción del riesgo de cáncer y la prevención de la fragilidad prematura en un periodo de tres años, además de contribuir a la ralentización del envejecimiento biológico”, señala Bischoff-Ferrari. La autora principal destaca que cada una de estas medidas actúa mediante mecanismos distintos que se complementan, generando un efecto global potenciado cuando se mezclan.



Los investigadores reconocen ciertas limitaciones en su análisis. Los relojes epigenéticos aún carecen de un estándar universal que permita medir el deterioro celular con total precisión. Agregan que el estudio se realizó exclusivamente en personas de nacionalidad suiza, por lo que los resultados podrían no ser representativos para individuos con distintos niveles de estrés, hábitos alimenticios y condiciones de salud.

Pese a ello, consideran que sus resultados abren una ventana a futuras investigaciones de mayor escala. El estudio concluye que incluso modificaciones sutiles en el envejecimiento biológico pueden tener un impacto significativo en la salud de la población, si se mantienen a lo largo del tiempo.



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