Las ratas seguirán aumentando en las ciudades del mundo
El cambio climático está poniendo en peligro de extinción a muchas especies, aunque algunas parecen estar beneficiándose de él. La población de ratas está aumentando exponencialmente en las grandes ciudades. Un reciente estudio coordinado por la Universidad de Richmond, en Virginia, mostró cómo varios factores, entre ellos el cambio climático, la urbanización y el crecimiento demográfico, están contribuyendo al aumento de estos roedores. La investigación se publicó en la revista Science Advances.
Las nuevas «inquilinas» de las grandes ciudades
Para entender las razones del aumento de ratas (Rattus norvegicus y Rattus rattus) en las ciudades, los investigadores analizaron los datos sobre las poblaciones de estos roedores de 16 ciudades mundiales, principalmente norteamericanas y canadienses, entre ellas Washington DC, San Francisco, Nueva York, Chicago y Toronto. En el estudio se registró que el mayor número de ratas lo tuvo la capital de EE UU, pasando de 1,448 en 2010 a 12,209 en 2021.
El análisis posterior mostró que en casi el 70% de estas metrópolis, el número de ratas aumentó significativamente en los últimos 12 años. A continuación, los investigadores compararon estos resultados con el aumento de las temperaturas de urbanización y la densidad de población, revelando vínculos entre estos factores dependientes del hombre y el crecimiento de las poblaciones de ratas.
El vínculo más fuerte que se desprende del estudio es el existente entre el aumento de la temperatura global y el aumento del número de ratas. De acuerdo con los autores, la razón es que el cambio climático está alterando la duración de las estaciones, con veranos cada vez más largos que dan a los roedores el tiempo adecuado para aparearse. La urbanización y el aumento de la densidad de población también proporcionan fuentes de alimento en forma de residuos. «Son organismos fascinantes porque están muy bien adaptados para vivir con la gente», explica a la revista LiveScience, el autor principal del estudio, Jonathan Richardson.
Sin embargo, aunque son animales inteligentes, cooperativos, resistentes y han perfeccionado su habilidad para aprovechar la basura, aguas residuales y escombros, su crecimiento en las grandes ciudades es un problema, ya que pueden transportar patógenos y parásitos peligrosos para el ser humano o para los animales domésticos, además de los daños en infraestructuras, escarbar bajo las aceras y roer las paredes.
Envenenarlas no es la solución
La investigación también demuestra que algunas ciudades, como Tokio, Louisville y Nueva Orleans, han demostrado la tendencia contraria: un descenso en el número de roedores. Esto se debe probablemente a que se han aplicado con éxito medidas de control, como campañas de concientización y educación de la población. De igual forma, los autores sugieren que la forma de evitar un aumento exponencial no es centrarse en la eliminación mediante venenos; químicos que también pueden ser negativos para el medio ambiente, sino más bien hacer del entorno urbano un sitio menos favorable para la propagación de la especie. «Por ejemplo, limitando la cantidad de residuos alimentarios que se tiran a los cubos de basura exteriores», concluye en estudio.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.