El planeta acaba de atravesar el enero más caluroso jamás registrado
El de 2025 fue el mes de enero más caluroso jamás registrado a nivel mundial, de acuerdo con los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S). La temperatura media global alcanzó los 13.23°C, lo que representa un aumento de 1.75°C en comparación con la era preindustrial. Cualquier aumento de la temperatura global promedio por encima de los 1.5 °C es considerado digno de emergencia.
El servicio de vigilancia climática de la Unión Europea destaca que este fue el decimoctavo de 19 meses consecutivos en los que la temperatura superó en 1.5°C el promedio estimado entre 1850 y 1900. El registro térmico global superó los valores de referencia en 1.61°C entre febrero de 2024 y enero de 2025. «Este período se situó a solo 0.03°C del récord de temperatura media global de 0.76°C, alcanzado en los intervalos de 12 meses que terminaron en junio, julio y agosto del año pasado», señala el informe del C3S.
Los expertos alertan sobre el preocupante ritmo al que el planeta se está calentando. Sugieren que los procesos naturales de enfriamiento no son suficientes para contrarrestar el aumento de las temperaturas. Samantha Burgess, directora estratégica para el clima en el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio, expone que «enero de 2025 es otro mes sorprendente, que continúa con las temperaturas récord observadas durante los últimos dos años, a pesar del desarrollo de las condiciones de La Niña en el Pacífico tropical».
Esta tendencia ha alterado los patrones climáticos en prácticamente todas las regiones del mundo, lo que incrementa el riesgo de eventos meteorológicos extremos. El mes pasado se registraron condiciones inusualmente húmedas en Alaska, Canadá, Escandinavia, Europa Occidental, el centro y este de Rusia, el este de Australia, el sureste de África y el sur de Brasil, así como en algunas zonas de Italia y los países bálticos. Esto provocó fuertes precipitaciones e inundaciones.
En contraste, en el suroeste de los Estados Unidos, el norte de México, Reino Unido, Irlanda y el Mar Negro, el este de China, el sur de África, Sudamérica y Australia y el este de España se registraron condiciones más secas de lo habitual. La tendencia agravó la escasez de agua y provocó múltiples incendios forestales.
El C3S calcula que la temperatura superficial media del mar fue de 20.78 °C, el segundo valor más alto registrado para cualquier enero. Kevin Trenberth, científico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos, ha advertido que el calentamiento de los mares favorecen la acumulación de gases de efecto invernadero. Por cada grado adicional de calentamiento, el vapor de agua en la atmósfera aumenta aproximadamente un 7%, amplificando aún más el impacto climático. Este gas de efecto invernadero alcanzó niveles sin precedentes en 2024, superando en más de un 1% los registros de 2016 y 2023, según Copernicus. En consecuencia, el 44% del planeta experimentó condiciones de estrés térmico intenso o extremo.
“El clima severo y el calor extremo, impulsados por el cambio climático, desatan estragos en todo el mundo. Generan graves impactos en ecosistemas, animales y comunidades humanas”, subraya Trenberth.
Menos recursos para frenar el aumento de las temperaturas
Los especialistas insisten en la urgencia de aumentar las inversiones en medidas de adaptación climática. Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que el déficit financiero en este ámbito oscila entre 194,000 y 366,000 millones de dólares anuales. La cifra podría incrementarse debido a las decisiones de algunas naciones desarrolladas.
Las economías más avanzadas de la Organización Mundial de las Naciones Unidas, en virtud del Acuerdo de París, se comprometieron a movilizar 100,000 millones de dólares anuales para apoyar a las regiones más vulnerables en su adaptación al cambio climático. Pese a ello, el Gobierno de Donald Trump dio la orden de separar a Estados Unidos del convenio internacional. Alega que el tratado otorga fondos a «países que no necesitan o merecen la ayuda financiera del pueblo estadounidense».