lunes, marzo 3, 2025
Ciencia y Salud

Hito en la arqueología: hallan el cerebro de un hombre que quedó cristalizado tras la explosión del Vesubio


Pompeya no fue la única ciudad destruida por la violenta erupción del Vesubio en el año 79 d. C. Herculano también cayó, junto con todos sus habitantes. De entre los escombros de esta última, todavía surgen asombrosos descubrimientos forenses. El más reciente fue un cráneo humano que contenía un extraño material negro y cristalino. Un análisis reveló que se trataba de una porción de cerebro cristalizado debido a los efectos de los flujos piroclásticos que acabaron con la población hace casi dos mil años.

No hay un registro similar en la historia de la arqueología. Los órganos de una persona pueden cristalizarse bajo un principio conocido como transición vítrea, pero esto requiere de un enfriamiento muy rápido. Un cerebro, por ejemplo, puede ser criopreservado en las condiciones adecuadas. Sin embargo, el descubrimiento en Herculano sugiere que también existe otra vía para la cristalización, en la que las altas temperaturas contribuyen a la preservación del tejido, dándole propiedades como de un “vidrio”.

Los exploradores hallaron el cráneo, aparentemente de un varón, sepultado en depósitos de flujo piroclástico caliente. Este es el nombre científico que se usa para referirse a la mezcla de cenizas, rocas y gases que llega como ola tras una erupción. El hombre estaba en su cama, en el edificio público Collegium Augustalium, cuando el Vesubio explotó y la onda lo alcanzó.

X content

This content can also be viewed on the site it originates from.

Cerebros de vidrio y dónde encontrarlos

Un análisis liderado por el vulcanólogo italiano Guido Giordano mostró que el cerebro se transformó en vidrio a una temperatura no menor a 510 °C. Con la información del escenario y la temperatura aproximada a la que estuvo expuesto el órgano, su equipo pudo estimar el motivo de la vitrificación. El cuerpo enfrentó un cambio drástico de temperatura porque el flujo piroclástico llegó en oleadas. En otras palabras, el cerebro hirvió cuando llegó una primera nube caliente y, tras disiparse, el órgano se enfrió en tiempo récord.

“El cuerpo estuvo expuesto al paso y desaparición de un flujo piroclástico de corta duración, diluido y mucho más caliente, lo que explica su rápido calentamiento temprano y el posterior enfriamiento muy rápido. El vidrio que se formó como resultado de un proceso tan único alcanzó un perfecto estado de conservación del cerebro y sus microestructuras”, explica el reporte publicado en Scientific Reports.

Pero el cambio de temperatura no fue suficiente para cristalizar su cerebro. El artículo científico explica que los huesos del cráneo y la columna vertebral del hombre funcionaron como una barrera térmica. Este escudo impidió la desintegración del órgano en el momento de la erupción y durante los siguientes miles de años.


Un molde de yeso de los cuerpos extraídos tras la erupción de un volcán en Pompeya.

Un nuevo análisis de ADN contradice la narrativa dominante sobre las personas que habitaron Pompeya durante la erupción del Vesubio.


La erupción del Vesubio en el año 79 d. C. fue causada por la actividad tectónica en la región. El volcán se encuentra en una zona de subducción, donde la placa tectónica africana se está hundiendo debajo de la placa euroasiática. Durante cientos de años, el magma se acumuló en una cámara bajo el Vesubio. Cuando la presión se volvió insostenible, todo ese material salió violentamente en una columna que alcanzó una altura estimada de 33 kilómetros.

Pompeya quedó enterrada por ceniza y piedra, lo que contribuyó a formar las figuras intactas de sus habitantes. Herculano, al estar más cerca del Vesubio, vio a sus habitantes y construcciones erradicados rápidamente por los flujos piroclásticos.





Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *