El vínculo entre supernovas y eventos de extinción masiva en la Tierra acaba de ganar evidencia
A lo largo de los 4,500 millones de años de existencia, la Tierra ha registrado al menos cinco eventos de extinción masiva. Algunos de esos momentos, en los que desaparecieron millones de especies, podrían estar relacionados con violentas explosiones de estrellas a años luz de nuestro planeta. La hipótesis ha estado en la imaginación de los científicos por algún tiempo, y conforme descubren más sobre la dinámica del espacio, los astros y la Tierra, se acumula más evidencia al respecto.
Cómo puede una supernova afectar a un planeta
Cuando una estrella masiva agota finalmente todo su combustible de hidrógeno y helio, su núcleo colapsa. En respuesta, el astro no puede conservar su forma y explota. A la onda de choque compuesta de energía y plasma se le conoce como supernova. Por supuesto, cualquier planeta que orbite una estrella a punto de convertirse en una supernova experimentará daños devastadores y es probable que quede destruido.
La radiación liberada en todas direcciones por la explosión de una estrella continuará viajando por el espacio hasta que pierda velocidad y se vuelva imperceptible. El viaje de la radiación puede extenderse hasta por 1,000 años luz. Mientras tanto, cualquier planeta que coincida con el radio de la onda de choque podría verse afectado a niveles críticos.
Los científicos han estudiado las consecuencias de una supernova para un planeta como la Tierra. Coinciden en que lo más peligroso es la radiación gamma liberada. La onda no impacta con la suficiente fuerza como para destruir o calcinar la superficie, pero la energía sí tiene el potencial de destruir las moléculas de ozono de la atmósfera. Con ello, se rompe la principal barrera contra la radiación ultravioleta del Sol. Si los rayos solares impactan directamente a los seres vivos, desencadenan mutaciones de ADN, aumentan la mortalidad y la cadena alimentaria se desequilibra hasta niveles críticos.
Estas investigaciones se realizaron con miras hacia el futuro. Después de todo, el sistema solar está rodeado por, al menos, 12 estrellas cercanas con potencial de convertirse en supernova. La más conocida es Betelgeuse, que ya presenta un extraño brillo atribuible a su fin. Cuando los científicos examinan los registros pasados de la vida en la Tierra, se dan cuenta de que sus mayores miedos probablemente ya hayan ocurrido. Existen cinco eventos de extinción masiva cuyos orígenes no están del todo claros.
¿Qué tan probables son las supernovas en la Vía Láctea?
El último estudio que vincula las supernovas con las extinciones terrestres llega a través de la investigación del Dr. Alexis Quintana, de la Universidad de Alicante, España. En su trabajo, en espera de publicarse, encontró que la tasa de explosiones de estrellas es consistente con los eventos de extinción del Devónico tardío (cuarto período de la era Paleozoica) y el Ordovícico (segundo periodo), hace 372 y 445 millones de años, respectivamente.
Quintana y su equipo llevaron a cabo un “censo” de estrellas masivas a menos de 3,260 años luz (un kiloparsec) del Sol. El conteo les permitió calcular la velocidad a la que ocurren las supernovas dentro de la Vía Láctea. Luego redujeron los datos para revelar cuál es la frecuencia de explosiones de estrellas cercanas a la Tierra. Cada mil millones de años, hay 2.5 supernovas de colapso de núcleo alrededor del sistema solar. “Esto apoya la opinión de que las explosiones de supernovas cercanas podrían haber causado uno o más de los eventos de extinción masiva registrados en la Tierra”, concluye el estudio.
El período Devónico también es conocido como la “edad de los peces” debido a la explosión de vida marina, con los primeros tiburones, peces con mandíbula y peces acorazados. Además, por primera vez las plantas comenzaron a colonizar la superficie y aparecieron los primeros bosques (muy diferentes a los de ahora). El 70% de las especies se extinguieron, y las hipótesis sugieren cambios climáticos y pérdida de oxígeno en los océanos.
Mientras tanto, en el Ordovícico, vivieron las especies más antiguas, como los trilobites y los braquiópodos. El clima era cálido y casi toda la tierra firme estaba reunida en supercontinentes como Gondwana. El 85% de los seres que habitaron en esta época desaparecieron, presumiblemente debido a una glaciación abrupta.
Una supernova pudo ser la responsable directa de que la Tierra experimentara cambios tan extremos en su química. La posibilidad sigue siendo una hipótesis, pero ahora hay más evidencia.