Sudáfrica cancela proyecto con el régimen cubano tras malversación millonaria
MIAMI, Estados Unidos. – El Parlamento de Sudáfrica reveló esta semana que el Proyecto Thusano, un acuerdo de cooperación con el régimen cubano destinado a la capacitación militar, mantenimiento de vehículos de defensa y formación médica, resultó en un gasto irregular de 1.700 millones de rands (más de 90 millones de USD) debido a incumplimientos en los procedimientos de contratación.
Ante este escándalo, reportado en el portal sudafricano Defence Web, el Departamento de Defensa (DoD) propuso el Proyecto Kgala como una alternativa supuestamente más eficiente y económica.
El Auditor General de Sudáfrica (AGSA) presentó un informe demoledor sobre el Proyecto Thusano, en el cual destacó que “los acuerdos bajo este proyecto no cumplieron con la Ley de Gestión de Finanzas Públicas (PFMA) ni con las regulaciones del Tesoro”. Según el informe, la contratación de servicios cubanos evitó los procesos competitivos habituales, y no se realizó un análisis de costo-beneficio antes de incurrir en los gastos.
Uno de los hallazgos más alarmantes fue que “el costo de utilizar mano de obra cubana fue hasta 3,8 veces más alto que si se hubieran empleado técnicos sudafricanos”. Además, los costos de capacitación en Cuba resultaron ser excesivos, con gastos por estudiante de medicina un 136% más altos que los de formación local.
Otra controversia clave fue la compra del medicamento Heberon, fabricado en Cuba, por un valor de 33,5 millones de rands sin la aprobación de los organismos regulatorios sudafricanos. “Afortunadamente, la devolución de este medicamento a Cuba evitó una pérdida potencial de 226 millones de rands”, según el AGSA, pero el incidente evidenció fallos estructurales en la supervisión de compras del Departamento de Defensa.
Ante las críticas, el Departamento de Defensa intentó interceder por la participación del régimen cubano en el mantenimiento de vehículos militares y la capacitación de personal. “El acuerdo con Cuba permitió al SANDF reparar miles de vehículos, muchos de los cuales habían sido considerados irreparables por contratistas locales”, afirmó el brigadier general BG Mtsweni, jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica (SANDF). Según datos del DoD, 10.779 vehículos militares fueron restaurados en un período de siete años.
El Proyecto Kgala, que busca reemplazar a Thusano, fue presentado como una alternativa más eficiente, con una reducción proyectada del 82,3% en gastos durante los próximos cinco años. A diferencia de su predecesor, no incluirá formación vocacional, ya que este aspecto será integrado en el Marco de Oportunidades de Aprendizaje en el Extranjero de Sudáfrica.
Pese a las promesas de eficiencia del Proyecto Kgala, los parlamentarios expresaron escepticismo sobre si realmente corregirá las fallas del Proyecto Thusano. Se señalaron preocupaciones sobre la falta de acreditación profesional de los ingenieros y médicos formados en Cuba, ya que muchos de ellos no pudieron registrarse en los organismos profesionales sudafricanos.
El parlamentario Chris Hattingh, del partido opositor Alianza Democrática (DA), rechazó la continuación de los acuerdos con La Habana y calificó al Proyecto Kgala como “una versión rebautizada del fracasado y derrochador Proyecto Thusano”. Hattingh denunció que la colaboración con el régimen cubano no ha brindado beneficios concretos a Sudáfrica y sostuvo que “se han canalizado miles de millones de rands a Cuba sin resultados tangibles para las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica o su personal”.
Hattingh también criticó el costo desproporcionado del mantenimiento de vehículos militares con proveedores cubanos y afirmó que la industria de defensa sudafricana es plenamente capaz de realizar estas tareas a un costo menor. Además, acusó al Gobierno de mantener estos acuerdos con La Habana por razones políticas: “El involucramiento de Cuba en la capacitación militar y la transferencia de habilidades no tiene justificación técnica; es una decisión política para saldar viejas deudas entre el ANC y Cuba”.
El legislador también señaló que la capacitación médica en Cuba, además de ser más costosa que las opciones locales, tuvo una tasa de aprobación de solo el 28%. “No hay análisis de costo-beneficio ni evaluación de necesidades antes de firmar estos acuerdos”, concluyó, instando a que el Proyecto Kgala sea cancelado inmediatamente y que el Departamento de Defensa ponga fin a sus tratos con Cuba.