trabajo infantil al desnudo en Cuba
AREQUIPA, Perú – La prensa oficial del régimen castrista reconoció este fin de semana el aumento del trabajo infantil en la Isla, una realidad que “aunque no se quiera pronunciar mucho en voz alta, existe”.
Un reporte del estatal Periódico26, en la provincia Las Tunas, achaca el trabajo infantil al “azote desmedido de la situación económica actual, la escasez de productos de primera necesidad y la inflación, que condena a un número considerable de familias tuneras a hacer maromas para garantizar lo básico”.
En ese sentido, el reporte expone la historia de Pablo, un adolescente de 16 años quien labora el carbón y es el principal sustento de su hogar.
“Desde que abrió los ojos aprendió el oficio. Su abuelo era carbonero hasta las entrañas. Al calor de los hornos, entendió que las Matemáticas no le entraban y que la única manera “de tener ‘3 quilos’ era rompiéndose el lomo bajo el sol”, señala el diario.
“Se ha vuelto el hombre de la casa. Arma los hornos; es el vigía ‘cuando la plaga parece que se come vivo a cualquiera’. Nunca aparenta estar cansado. No quiere comprar zapatos ni teléfonos. ‘Se acuesta con las gallinas’ y siempre está muy serio. Dice su tío que tiene la mirada de un anciano”.
La existencia de este fenómeno en la sociedad cubana no es algo nuevo, aunque en los últimos años ha alcanzado mayor visibilidad y auge. De hecho, la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, alertó sobre el tema en el resumen de la visita integral del primer ministro, Manuel Marrero Cruz, a Las Tunas, en diciembre del 2024.
Ante la problemática, la respuesta del régimen cubano ha sido crear “una comisión multisectorial” cuyos objetivos, actividades o planes no han sido detallados. A la espera de resultados, lo cierto es que el Código vigente en Cuba establece los 17 años como la edad de iniciación laboral, según alerta Miguel González Velázquez, director de Trabajo y Seguridad Social en la provincia.
El Periódico26 relata la historia otro menor de 16 años a quien llama Cristian, quien corta yerba en los potreros para la venta, una actividad que realiza, incluso, con el uniforme escolar.
“Los ingresos que acopia en la billetera de camuflaje son para un equipito de música. Por esa vía logró comprarse zapatos, chaquetas…, y comparte con su papá el botín diario”, apunta el texto.
Según testimonios recogidos por maestras de Primaria, existen niños que se dedican a vender confituras en los salones de clases, y alguno que otro confesó que después de salir de la escuela vende pan en su barrio.
Por su parte, Juan Migüel Barrios, subdirector general de la Dirección de Educación en la provincia, afirma que el hecho de abordar este tema “no significa que en Las Tunas hay una crisis al respecto”.
“Si me preguntaran si en Las Tunas se han identificado casos de niños asociados a este flagelo, respondería afirmativamente (…) Hemos identificado algunos menores inmiscuidos en el corte de pasto en ciertos lugares para que alguien se encargue de venderlo luego y así obtener ingresos. También detectamos otros vinculados con actores que venden productos, especialmente agrícolas, en la calle”, explica el directivo.
El trabajo infantil, sin embargo, no solo se reduce a un sector específico. Así lo demuestra el caso de Dany, un tercer niño presentado en el reporte quien vende productos adquiridos en el extranjero por una vecina.
“Tiene encargos de cables, cargadores, micas, covers… Su teléfono no para de sonar. Antes solo mercaba en la escuela o por domicilio, pero hace unas semanas decidió irse para el Bulevar. Allí la competencia es grande, aunque con suerte vuelve a casa con buen dinero. Debe tener mucho cuidado, ‘la gente ahora mismo es mala y se ven tantas cosas’”.
Daisy Torres Álvarez, fiscal jefa del Departamento de Protección Familiar y Asuntos Jurisdiccionales, advirtió que en caso como el de Dany, los padres deben entender que sus hijos se están exponiendo a ser estafados, agredidos, a tratar con personas inescrupulosas.
“Los adolescentes no están aptos para estas situaciones, ni física ni mentalmente. Después lamentan los incidentes desagradables, pero hay que empezar por la prevención”, dijo.
La Constitución en la Isla, en su Artículo 66, prohíbe el trabajo de niñas, niños y adolescentes. Y en el supuesto caso de que un cuentapropista contrate informalmente a un menor está cometiendo un delito, explica la experta.
“Esto no debería ocurrir, aunque sabemos que hay quienes se someten a emplear a adolescentes, aprovechándose de las circunstancias y de su misma situación económica, para vincularlos. Pero ni siquiera firman un documento oficial, porque saben conscientemente que en Cuba el trabajo infantil está prohibido”, agrega la experta.
En la actualidad cubana, los niños y adolescentes son víctimas de la necesidad que se impone, cambiando a temprana edad los juegos infantiles por los instrumentos de trabajo. A pesar de que Cuba profesa ser una nación en donde no existe el trabajo infantil, hay males arraigados que la “Revolución” no logra controlar.