Cómo limpiar un vaso de cerveza para servirla perfectamente
El primer paso es enjuagar el polvo y otras partículas secas del vaso con agua limpia. Luego, usa un cepillo para botellas con un poco de detergente y agua para frotar bien el vaso, asegurándote de cubrir todas las superficies. Después, enjuaga el vaso y colócalo en un escurridor elevado (como el que usarías para enfriar galletas) para que se seque rápida y uniformemente. Una vez seco, puedes colocar el vaso boca abajo en un armario para evitar que se llene de polvo mientras está guardado.
Antes de beber, simplemente saca el vaso, enjuágalo rápidamente con agua y sirve la cerveza. El enjuague final con agua (verás que en los bares hay rociadores especiales para este propósito) es clave para asegurar que nada se seque de forma extraña en el vaso antes de guardarlo, y también lo enfría un poco antes de servir la cerveza, lo que ayuda a evitar el exceso de espuma. Por cierto: no hay nada de malo en tener vasos de cerveza fríos para ciertos estilos. (Me encanta una cerveza japonesa bien fría en un vaso de pinta congelado, como a cualquiera). Pero querrás mantenerlos lo más limpios posible y no enjuagarlos antes de servir la cerveza. Es más difícil tener un vaso helado «limpio de cerveza» que uno que puedas enjuagar desde la despensa, y ten en cuenta qué más tienes en el congelador, para evitar que los vasos huelan raro.
Para las personas perezosas
Foto: Parker Hall
Si te gana la pereza como a mí y tiendes a lavar cosas en el lavaplatos automático en grandes cantidades, puedes hacer todo el proceso de «limpieza de cerveza» del vaso (incluido el fregado y el detergente) justo antes de servir la cerveza y luego usar un paño de cocina para secar el exterior del vaso.
Si lavas vasos de cerveza en el lavaplatos (mucha gente recomienda no hacerlo, pero yo lo hago siempre con buenos resultados), es fundamental asegurarse de que el recipiente del abrillantador esté bien lleno y que el desagüe funcione correctamente. Los abrillantadores son muy eficaces para prevenir la acumulación de agua dura con el tiempo y, en general, facilitan la limpieza de los vasos. Además, ten en cuenta que los logotipos y la pintura se desgastan con el tiempo en el lavavajillas, así que lava a mano cualquier cosa que realmente desees conservar.
Si tienes un vaso que crees que no se puede salvar, he tenido suerte con un cepillo especial y un limpiador de bar, que también ayuda a limpiar electrodomésticos de acero inoxidable. También puedes usar vinagre (algunos lo usan en lugar de abrillantador en el lavavajillas), que disuelve las manchas difíciles.
Una vez que tu vaso esté limpio y enjuagado, es hora de tomar una cerveza: ¡Sláinte, kanpai, na zdrowie, prost y a disfrutar!
Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.