Dos fallecidos por escape de gas en vivienda de Las Tunas
MADRID, España.- Las autoridades de la provincia de Las Tunas informaron este domingo sobre un trágico suceso que ha sacudido a la comunidad de “Camblor”, en la Circunscripción No. 58 del Consejo Popular #1 “La Carretera”, en el municipio de Amancio Rodríguez. Desde el pasado 24 de agosto, los residentes de esta localidad están conmocionados por la noticia de un fatal incidente ocurrido en una vivienda situada en la calle “20 Aniversario”.
De acuerdo con el reporte oficial emitido por el Gobierno Provincial del Poder Popular de Las Tunas en Facebook, una familia de tres integrantes fue encontrada en su domicilio, con dos de ellos sin vida y uno gravemente afectado. Enrique Hernández Zulueta, un joven de 30 años, fue hallado muerto en el baño de la casa, mientras que la pequeña Vanesa Hernández Ortiz, de tan solo dos años, fue encontrada sin vida en la cama, en los brazos de su madre, Denia Ortiz Rivera, de 31 años. La madre, aunque con serias dificultades respiratorias y dolor en el pecho, fue la única sobreviviente de esta tragedia.
Las primeras investigaciones realizadas por las autoridades de Salud Pública y Medicina Legal del territorio indican que la causa del suceso parece estar relacionada con la inhalación de monóxido de carbono. Este gas tóxico habría sido emitido por una planta eléctrica de 1.200 watts, marca “Saco”, que era propiedad de la familia y que había sido utilizada para generar electricidad durante la noche. La planta, que se encontraba operando dentro del domicilio, habría producido la fuga de gas y con ello la intoxicación mortal de los habitantes de la vivienda.
De acuerdo con la información, las investigaciones continúan para esclarecer los detalles de la tragedia.
Las plantas eléctricas son muy comunes entre las familias cubanas que pueden permitírselas como una alternativa frente a los prolongados apagones que sufre el país debido a la crisis energética y a la mala gestión gubernamental.
En los últimos tres años, el gobierno cubano ha extendido el plazo para la importación —sin carácter comercial— de plantas eléctricas con una potencia superior a los 900 vatios, lo que ha incrementado su uso en los hogares cubanos y en los negocios particulares.
Por otro lado, no es la primera vez que un escape de gas causa una tragedia en Cuba. En junio pasado, un trabajador falleció tras inhalar gas mientras intentaba corregir una fuga en la empresa de petróleo EPEP-Centro de Varadero. El trabajador, Renier García Gómez, jefe del Centro Colector 7, perdió la vida cuando, junto a otro joven, intentó reparar un escape de gas que se encontraba bajo tierra, y al abrir el área, ambos inhalaron gases tóxicos.
En febrero de este año, tres trabajadores del Puerto Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba, fallecieron por asfixia al inhalar un gas tóxico mientras se disponían a descargar un buque con arroz importado. Mientras que en 2022 un escape de gas causó la explosión en el hotel Saratoga de La Habana, un accidente que ocurrió mientras se habilitaba una bala de gas licuado en el hotel, lo que dejó 47 fallecidos y casi un centenar heridos.
Explosiones de motorinas: Otro riesgo mortal en los hogares cubanos
Además de los accidentes por escapes de gas, otro peligro que se ha vuelto frecuente en Cuba es el de las explosiones de motos eléctricas, conocidas como motorinas. La sobrecarga de las baterías de litio y su conexión prolongada a la corriente eléctrica suelen ser las causas principales de estos siniestros. En muchos casos, las motos se encuentran estacionadas dentro de las casas, lo que agrava el riesgo de incendios devastadores que dejan a las familias en la ruina.
Hace apenas unos días, cinco miembros de una familia en La Habana fallecieron tras la explosión de una moto eléctrica dentro de su casa en el municipio Diez de Octubre.
En junio, otro incidente similar ocurrió en el municipio capitalino La Lisa, cuando un matrimonio falleció y sus tres hijos fueron hospitalizados tras la explosión de una moto eléctrica en su vivienda. El incendio, que se desató mientras la familia dormía, dejó a un niño de nueve años y a dos gemelas de 21 años en estado crítico.