martes, octubre 7, 2025
Ciencia y Salud

Muere Jane Goodall la primatóloga que redefinió el vínculo de la humanidad con la naturaleza


Los resultados de sus investigaciones de campo, difundidos mundialmente a través de los documentales de National Geographic, marcaron a la comunidad científica y fascinaron al público. El trabajo de Goodall arrojó luz sobre un mundo hasta entonces desconocido, revelando que los chimpancés tienen una rica vida social, que forman lazos materno-filiales duraderos, que son capaces de altruismo y compasión, pero también de brutalidad y violencia, llegando a observar una «guerra» de cuatro años entre dos grupos. Su trabajo demostró que la línea que separa a la humanidad del resto del reino animal era mucho más fina de lo que se pensaba.

«Puedes tener empatía y ser objetivo al mismo tiempo», defendió en una entrevista en mayo. “Recuerdo una vez que una cría se había roto su brazo, así que cada vez que su madre se movía, el bebé lloraba… Yo estaba llorando. Pero si lees mis notas, recogen al pie de la letra cada minuto». Esta capacidad para combinar el rigor con la compasión definió su legado, plasmado en una treintena de libros y más de 20 producciones televisivas. El documental biográfico El viaje de Jane(2010), de Lorenz Knauer, fue preseleccionado para los Oscar.

A mediados de la década de 1980, en una conferencia científica, Goodall se dio cuenta de que el mundo que ella había llegado a conocer tan íntimamente estaba desapareciendo. La devastación medioambiental, la caza furtiva y la pérdida de hábitat amenazaban a los chimpancés en toda África. Ese fue el momento de su transformación de científica a activista. Dejó su hogar en la selva para viajar por el mundo, advirtiendo sobre la aceleración de la desaparición de la biodiversidad y la intensificación del cambio climático. «Cuando empecé, no existían estos problemas. O, al menos, si los había, no los conocíamos y nadie hablaba de ellos», recordaba.

En 1991, en Tanzania, fundó el movimiento juvenil Roots & Shoots (Raíces y Brotes) con un grupo de doce estudiantes locales. El programa se basa en un principio simple: cada individuo puede marcar la diferencia. Hoy, opera en setenta países, capacitando a decenas de miles de jóvenes para que identifiquen y resuelvan problemas ecológicos y humanitarios en sus propias comunidades.

Incluso a sus noventa años, Jane Goodall mantuvo un ritmo de viaje agotador, visitando decenas de países al año para difundir su mensaje de esperanza y acción. Mantenía la convicción de que la humanidad, a pesar de su capacidad destructiva, también posee el intelecto y la innovación para resolver las crisis que ha creado. Su porte sereno y zen, a menudo salpicado de anécdotas humorísticas, inspiró a generaciones de amantes de la naturaleza, científicos y activistas.

Su fascinación por la investigación con chimpancés persistió hasta el final, y siguió de cerca a la nueva generación de científicos que, equipados con tecnologías como el análisis de ADN y la cartografía por satélite, continúan el trabajo pionero que ella comenzó con un par de binoculares y un cuaderno. Jane Goodall no solo nos enseñó sobre los chimpancés; nos obligó a mirarnos en el espejo, a reconocer nuestro lugar en el tapiz de la vida y a asumir la responsabilidad de protegerlo. Su legado perdura en la selva de Gombe, en cada miembro de Roots & Shoots y en la conciencia colectiva que ella ayudó a despertar.



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