Familia confirma que ‘aún no tenemos seguridad’ de que el régimen destierre a Ferrer
La familia del líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), José Daniel Ferrer, confirmó que él continúa preso en la cárcel de Mar Verde, Santiago de Cuba y que ‘aún no tienen seguridad’ de que el régimen lo destierre.
La hermana del líder opositor, Ana Belkis Ferrer, agradeció los mensajes de apoyo que han recibido en los últimos días, luego de que anunciaran que Ferrer aceptaba el exilio forzado, pero sin condicionamientos.
«Muy agradecidos con tanto apoyo, solidaridad y muestras de afecto y cariño hacia mi valiente hermano Ferrer y familia, tras la publicación de su carta anunciando haber aceptado el destierro.
Decirles que aún no tenemos la seguridad de que finalmente se concrete dicha determinación, ya que la dictadura ha hecho lo posible e imposible para obtener ciertos beneficios, que obviamente no han logrado, ni lograrán», añadió en un post de Facebook el sábado.
Por último, dijo que «la dignidad no tiene precio alguno y los valores y principios no son negociables».
Su esposa, Dra. Nelva Ismarays Ortega declaró el viernes anterior a Martí Noticias que el preso político había aceptado la posibilidad del exilio para proteger a su familia y «por todo el horror que ha vivido en prisión».
«Lo han golpeado, humillado, amenazado y privado hasta de alimentos y medicinas. Ha tenido que sobrevivir en condiciones infrahumanas, junto a delincuentes comunes y bajo la vigilancia de oficiales del Estado”, agregó Ortega.
“Desde hace meses estamos a la espera de que le den una fecha para salir, pero siguen reteniendo nuestros documentos y presionándolo para que haga declaraciones favorables a un diálogo entre el régimen y Estados Unidos, algo que él no aceptará”, confirmó la esposa.
En una carta enviada desde prisión y publicada por sus familiares, con fecha del 10 de septiembre, Ferrer escribió que había aceptado el exilio, pero sin condiciones por parte de la dictadura. De salir, lo haría «con mi dignidad y honor en alto».
El régimen insiste en que él realice declaraciones o pida a la Embajada de Estados Unidos y a la Iglesia Católica, que inicien un supuesto diálogo para el levantamiento de sanciones.
Ferrer se niega a lo anterior: «Si mi vida y la de mi familia depende de que pida tales cosas, prefiero mi muerte en este campo de concentración al estilo nazi y hasta el sacrificio de mi familia. De Cuba solo salgo con mi dignidad y honor en alto y no por mucho tiempo».