miércoles, octubre 8, 2025
Cuba

Cuba pierde más de 5.000 médicos en un año


Las cifras oficiales confirman que el éxodo del personal de salud es una tendencia sostenida que cuestiona la viabilidad del modelo sanitario cubano y pone en riesgo la salud pública nacional.

DUBLÍN, Irlanda.- Unos 5.399 médicos cubanos abandonaron los centros de salud en el último año, lo que representa una disminución del 7 % respecto al año anterior, según cifras oficiales. El número de galenos del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) pasó de 80.763 en 2023 a 75.364 en 2024, lo que refleja una contracción sostenida en el sector sanitario.

Como consecuencia, la cantidad de habitantes por médico aumentó de 103 a 131 en los últimos cuatro años, una cifra que incluye a los profesionales enviados al extranjero dentro de las llamadas “misiones internacionalistas”, aunque el número real de estos ya no se publica oficialmente.

Los datos, publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en el Anuario Estadístico de Cuba 2024, muestran tendencias negativas en todas las especialidades de facultativos cubanos con respecto al año anterior.

La caída más pronunciada se registra entre los médicos de familia, pilar del sistema comunitario cubano, cuyo número descendió de 27.535 a solo 12.912 en un año, lo que equivale a una pérdida del 53 %. 

La ausencia de datos desglosados sobre el personal destinado fuera del país impide evaluar con precisión el impacto del éxodo en la atención primaria, considerada la pieza clave de un sistema sanitario que sufre una sangría en el último cuatrienio.

Desde el inicio del éxodo en el Sistema Nacional de Salud (SNS) en 2021, tras la crisis de la COVID-19, Cuba ha perdido más de 77.500 trabajadores sanitarios, según datos oficiales. Solo los médicos representan 30.767 bajas, equivalentes a casi el 40 % de las salidas registradas en el sector en el periodo.

Entre 2021 y 2024, el SNS también registró la salida de 8.472 estomatólogos, 1.629 farmacéuticos, 15.035 enfermeros, 8.143 técnicos y 13.476 tecnólogos y otros licenciados. La magnitud de estas bajas confirma una crisis estructural de retención y motivación del personal sanitario, con impacto directo sobre la prestación de los servicios básicos de salud en todo el país.

El año 2024 también cerró con 1.413 camas menos en los servicios asistenciales respecto a 2023, para 4.782 menos en apenas dos años, si se suman las que desaparecieron en 2022, lo que evidencia un deterioro progresivo de la infraestructura hospitalaria.

La combinación de bajos salarios, sobrecarga laboral, escasez de insumos y deterioro de las condiciones de vida y trabajo ha convertido al sector sanitario cubano en uno de los más golpeados por la emigración y la desidia gubernamental. Mientras el Estado prioriza el envío de personal médico al exterior como fuente de divisas —de las que menos del 2 % se reinvierte en el sistema público—, los hospitales y policlínicos dentro de la isla enfrentan una escasez creciente de profesionales y recursos, lo que compromete la atención básica y agrava la desigualdad en el acceso a los servicios.

Las cifras oficiales, aunque incompletas y parciales, confirman que el éxodo del personal de salud no es un fenómeno coyuntural, sino una tendencia sostenida que cuestiona la viabilidad del modelo sanitario cubano y pone en riesgo la salud pública nacional.



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