jueves, noviembre 6, 2025
Cuba

diez delitos, una hija protestando y un juicio que nadie explica Cubanet


La causa abierta contra un ex viceprimer ministro cubano por delitos graves sigue despertando un interés natural en la prensa independiente de la Isla.

LA HABANA.-El pasado 31 de octubre, tras más de año y medio de silencio, las autoridades cubanas finalmente divulgaron algunos detalles sobre el proceso penal contra Alejandro Gil Fernández. La Fiscalía General de la República escogió, curiosamente, el Día de las Brujas para ofrecer una nota oficial en la que expone parte de la acusación contra el ex funcionario y otros imputados cuyos nombres aún no han sido revelados.

Los medios oficiales se limitaron a reproducir esa escueta comunicación, acompañada de un corto añadido que informaba que “el Tribunal Supremo Popular radicó causa en esa instancia contra los acusados”. En otras palabras, el juicio tendrá lugar ante la Sala Especial del máximo órgano judicial, aunque sin fecha definida.

Sobre este punto, vale hacer una precisión jurídica: no podía haberse anunciado todavía. Tras la presentación de la acusación fiscal, esta debe ser notificada a los imputados; quienes no tengan abogado deberán designarlo. Luego, los defensores responderán al escrito de Fiscalía y propondrán sus pruebas. Solo después de esa fase el Tribunal decidirá qué pruebas admite y, entonces sí, fijará el día del juicio.

Como suele ocurrir en Cuba, la prensa independiente ha ofrecido una cobertura mucho más amplia que los medios estatales. Diversos portales han explorado distintas aristas del caso. En CubaNet, por ejemplo, se reseñó la postura de la familia del acusado: Alejandro Gil no reconocerá ningún delito y exige un juicio público”, reveló su hija. También se publicó recientemente un análisis titulado “Affaire Gil, la tormenta perfecta”.

Y no es extraño que el caso despierte enorme interés. A diferencia de otros altos dirigentes defenestrados en los últimos años —Carlos Lage, Roberto Robaina o Carlos Aldana—, Gil no solo cayó políticamente: ahora enfrenta un proceso penal en toda regla.

Otro elemento que ha sorprendido es la variedad de delitos imputados. Lo que muchos vieron al principio como un episodio más de corrupción administrativa se transformó en un expediente mucho más complejo. A los cargos habituales en estos casos —malversación, cohecho, evasión fiscal, tráfico de influencias, lavado de activos— se añade uno extraordinariamente grave: espionaje.

Aquí conviene subrayar algo: la nota de la Fiscalía, demasiado parca, no especifica si ese delito de espionaje recae específicamente sobre Gil. Se menciona que hay varios acusados y que todos enfrentarán distintos cargos, pero no se aclara cuáles corresponden al ex viceprimer ministro.

También han generado atención las declaraciones de Laura María Gil González, hija del ex funcionario. Según 14yMedio, pocas horas después de conocerse la acusación de espionaje, exigió transparencia y un juicio público y televisado, abierto a la prensa internacional e independiente. Preguntó directamente: “¿Qué medidas propuso al país por orden de otro Estado?, ¿qué pruebas tienen?, ¿cuál era su seudónimo?”

Es cierto que Laura María se benefició durante años del estatus privilegiado de su padre e incluso colaboró con el régimen; no escapa a su responsabilidad. Pero, llegado este momento, tampoco lo ha abandonado. Y eso es más de lo que otros familiares de dirigentes caídos pueden decir. Según CiberCuba, su tía —la ex presentadora de televisión María Victoria Gil, residente en España— declaró sentirse “dolida y avergonzada”. Incluso dijo: “Si Alejandro Gil ha sido capaz de traicionar sus principios, no dudaré en desear que caiga sobre él todo el peso de la ley”…

Para terminar, yo quisiera llamar la atención de los lectores sobre otro aspecto jurídico de la escueta información brindada por el régimen. En la notica de la Fiscalía se mencionan numerosos delitos. A tipos delictivos que no sorprenden en un contexto de supuesta corrupción administrativa (como malversación, cohecho, evasión fiscal, tráfico de influencias y lavado de activos), se suma también el de espionaje…

Aquí debo llamar la atención sobre un aspecto importante: en la notica de la Fiscalía no se afirma que la gravísima acusación de espionaje recaiga de modo específico sobre el señor Gil. Sabemos que en el caso hay varios acusados (aunque el único cuyo nombre aparece es el ex Viceprimer Ministro); se solicitó responsabilidad por esos diversos delitos, pero no se especifica cuáles de estos últimos son los imputados a ese único encartado conocido…

¿Se tratará de una treta deliberada o de una omisión perpetrada por una simple desatención! ¡Sería el colmo que esto último hubiese sucedido en un texto tan importante y tan breve! Pero con “Esta Gente” uno nunca sabe… Veremos más adelante si el “espía” resulta ser en verdad Gil Fernández o alguno de los otros acusados hasta ahora desconocidos…



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *