El cometa C/2025 K1 Atlas alcanza su punto más cercano al Sol
Aunque eclipsado por la fama del cometa 3I/Atlas, el recientemente descubierto cometa C/2025 K1 Atlas, apodado «el otro Atlas», ha ofrecido un espectáculo extraordinario. Nuevas imágenes lo muestran en el momento del perihelio, el punto de su viaje más cercano al Sol, donde se convirtió en una llamativa raya dorada, sobreviviendo al encuentro cercano con nuestra estrella que muchos expertos creían que marcaría su final.
El cometa C/2025 K1 Atlas fue descubierto en mayo de 2025 por los astrónomos del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) y alcanzó el perihelio el 8 de octubre, llegando a solo 50 millones de kilómetros de nuestra estrella. Una distancia, según Live Science, excepcionalmente baja: está cuatro veces más cerca de lo que logró estar el cometa 3I/Atlas durante su perihelio el 29 de octubre. Y fue el revuelo causado por este último cometa, descubierto en julio por astrónomos de ATLAS, lo que puso de manifiesto que C/2025 K1 había permanecido sin observación alguna.
Aunque la órbita del C/2025 K1 es extremadamente alargada y proviene de la Nube de Oort, la región más distante del sistema solar, no se le considera un cometa interestelar. Para ser considerado «interestelar», un cometa debe tener una órbita claramente hiperbólica y un origen fuera del sistema solar, como sucedió con el Oumuamua, descubierto en 2017.
El otro comenta Atlas
Debido a tan corta distancia, o más bien a la intensa fuerza gravitatoria de este encuentro cercano, muchos expertos creían que el cometa C/2025 K1 Atlas no habría sobrevivido al perihelio, sino que se habría desintegrado. Sin embargo, el astrónomo aficionado Dan Bartlett fue quien se dio cuenta de que el cometa sobrevivió. El 29 de octubre, cuando 3I/Atlas alcanzaba el perihelio, tomó una foto de C/2025 K1 desde June Lake, California, en la que se veía al cometa con un distintivo brillo dorado y una larga cola.
«Este cometa no debería haber sobrevivido al perihelio del 8 de octubre. Pero lo hizo, y ahora muestra una coloración roja/marrón/dorada raramente observada en cometas», comentó Bartlett a Spaceweather.com. Un color único que también observaron al menos otros dos fotógrafos, en California y Arizona.
El color del C/2025 K1 Atlas
Según informa el sitio Spaceweather.com, la mayoría de los cometas son verdes o, a veces, azules. Esto se debe a que, bajo la luz solar, los gases se vuelven verdes por el carbono diatómico y azules por el monóxido de carbono ionizado. La química de este cometa de la Nube de Oort es, por tanto, particularmente extraña: carecería de los compuestos de carbono que se encuentran normalmente en los cometas, según una entrada en el blog Telegrama del astrónomo David Schleicher, del Observatorio Lowell.
«Todas las especies que contienen carbono son inusualmente bajas», escribió el experto. Aparentemente, al restar los colores verde y azul, se obtiene el dorado, aunque todavía no se explicar por qué.
«El cometa es bastante notable en su magnitud 9», afirma Bartlett, señalando que será visible hasta principios de diciembre con un telescopio ordinario, apuntando hacia el límite entre las constelaciones de Virgo y Leo justo antes del amanecer.
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.

