Díaz-Canel pierde los estribos con una damnificada
El régimen opta por repetir consignas y discursos triunfalistas mientras miles de cubanos pierden sus bienes y se hunden en el desamparo.
LIMA, Perú – El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel perdió la compostura ante uno de los damnificados del huracán Melissa en el Oriente de Cuba. Según trascendió este fin de semana en un video que ya se hace viral en redes sociales, el dictador realizaba una visita a los territorios más dañados por el ciclón y fue interpelado por una mujer afectada.
El dirigente castrista se encontraba en medio de un grupo de pobladores de El Cobre, repitiendo el acostumbrado discurso oficial de apoyo estatal y futura recuperación, cuando una señora toma la palabra: “No tenemos cama”, le comenta a Díaz-Canel.
“¡Y yo tampoco tengo pa’ dártela ahora!”, espeta el gobernante cubano en voz alta y tono exaltado.
El video ha generado indignación entre los internautas de distintas plataformas, evidenciando la falta de respuestas de la dictadura cubana ante la devastación provocada en varias provincias por el evento meteorológico a finales de octubre.
Este intercambio se suma a otro que trascendió este fin de semana durante las visitas de Díaz-Canel en Santiago de Cuba, donde un poblador inquirió al mandatario sobre el abandono gubernamental y la falta de ayuda a los damnificados en Guamuta.
La primera reacción del dictador cubano fue cuestionar por qué el hombre estaba grabando y si era una directa. “Ahí no hay ido nadie (…) la gente del barrio estamos haciendo el levantamiento pera hay casas en el piso con niños”, denunció el santiaguero.
Ante los daños causados, la falta de empatía de los dirigentes ha resaltado como en desastres naturales pasados. El régimen opta por repetir consignas y discursos triunfalistas mientras miles de cubanos pierden sus bienes y se hunden en el desamparo.
Mientras Díaz-Canel insistió en destacar la “organización” y la “resiliencia” como elementos claves de la respuesta estatal, la realidad en el terreno muestra familias sin techo, barrios inundados, caminos intransitables, servicios eléctricos colapsados y comunidades que sobreviven mayoritariamente gracias a la solidaridad entre vecinos y al apoyo de familiares en el exterior, no a las instituciones del Estado.
Más de 70.000 hogares afectados
Días después del paso del huracán Melissa por el oriente de Cuba, el régimen cubano presentó cifras preliminares sobre la magnitud del desastre, en una sesión del Consejo de Defensa Nacional transmitida por el programa oficialista Mesa Redonda y encabezada por Miguel Díaz-Canel. La información llega tarde y de forma parcial, mientras la situación en las provincias afectadas revela un escenario de devastación profunda y abandono.
Los datos oficiales indican que al menos 76.789 hogares resultaron dañados. Dentro de ese total, más de 4.700 viviendas quedaron reducidas a escombros y otros más de 12.000 hogares perdieron completamente sus techos. Además, se registran más de 47.000 viviendas con afectaciones parciales, un golpe severo en una región donde el fondo habitacional ya venía deteriorado por décadas de abandono y falta de mantenimiento.
La pérdida de cultivos afectará directamente la ya pésima alimentación de la población en los próximos meses. En el sector agrícola, el huracán arrasó cientos de miles de hectáreas de cultivos, incluyendo áreas destinadas a la producción de alimentos básicos y plantaciones de café en plena temporada. La pérdida no solo afecta el abastecimiento local inmediato, sino que compromete la capacidad productiva de la región.
En cuanto al sistema eléctrico, los reportes oficiales reconocen daños severos en la infraestructura, con más de mil postes derribados y al menos 279 transformadores averiados, lo que dejó a numerosas comunidades sin servicio durante días y, en algunos casos, completamente aisladas.
Sin embargo, los daños no se explican únicamente por el fenómeno meteorológico. Décadas de deterioro estructural, falta de mantenimiento, políticas improductivas y corrupción han dejado a las comunidades orientales extremadamente vulnerables. Melissa no hizo más que profundizar el colapso de un país que ya estaba en ruinas.
