“Hace tres meses dejaron de pagarnos la moneda nacional”: denuncian campesinos en Cienfuegos
AREQUIPA, Perú – Los campesinos de Cienfuegos manifestaron sus insatisfacciones y preocupaciones dentro de la debacle de la agricultura y ganadería en la Isla. Ello, durante la primera asamblea de la provincia rumbo al decimotercer congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).
Un reporte del diario estatal 5 de septiembre indica entre los principales problemas la acumulación de impagos a productores de arroz y leche, junto a los inconvenientes de la bancarización impulsada por el régimen cubano desde mediados del 2023.
Tal es el caso de Juan Carlos Durán Rodríguez, propietario de ganado y tierra, quien expuso que aun cuando él y su hijo cumplen con las cifras pactadas en la entrega de leche a la Empresa de Productos Lácteos Escambray, entre 13 y 18 litros diarios, el Estado cubano no cumple con su parte.
“Desde hace tres meses dejaron de pagarnos la moneda nacional, y nunca nos han retribuido la divisa pendiente por sobrecumplimiento”, denuncia el campesino.
Al vivir de la producción lechera y no disponer del dinero en tiempo, Durán Rodríguez reconoce que ha estado a punto de abandonar sus actividades.
“Así mantenemos a la familia, pagamos la electricidad e invertimos, por ejemplo, en los cercados, algo bien caro, pues un rollo de alambre cuesta hasta 18.000 pesos”, dijo.
Las deudas afectan en mayor proporción a los campesinos que se dedican al cultivo de arroz en Aguada de Pasajeros, quienes desde hace cuatro meses esperan por el pago de la Empresa Agroindustrial de Granos, una entidad marcada como “sin liquidez”.
“Ya el año pasado estuve cinco meses sin cobrar, y ahora lo mismo. Es una situación muy difícil, porque yo soy un productor grande, poseo más de tres caballerías de tierra, con costos de producción altos que rondan los cuatro millones de pesos. Además, tengo familia, equipos que arreglar, y la reparación hoy de una tractor cuesta entre 200.000 y 300.000 pesos”, reclama Pedro López Izquierdo, quien siembra arroz, caña y cultivos varios.
Según subrayó, los impagos de las autoridades cubanas también frenan la producción. “Y uno vive de lo que produce”, agrega.
Por su parte, Taymí Torres Machín, presidenta de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Pedro Filgueiras, explica que los problemas con los recursos y los impagos de las empresas provocan una disminución sensible de las producciones.
“De otro modo, tuviésemos incrementos en la producción de arroz, pero la realidad es que no vemos soluciones y los campesinos están bien disgustados con estos temas. Si en 2018 aportamos 68.0000 quintales (q), en la reciente campaña entregamos solo 160 toneladas”, equivalentes a 1 600 q.
Algunas de los impagos en Cienfuegos alcanzan cifras millonarias. Caridad Capote Core, directora adjunta de la Empresa Agroindustrial de Granos, aseguró que su entidad pidió un crédito al Banco y espera que la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios salde los 16 millones de pesos que les debe, para así poder pagarles a los arroceros.
La ausencia en el proceso asambleario de las autoridades bancarias impidió arrojar luz sobre otro de los asuntos que inquietan a los cooperativistas de la CCS Pedro Filgueiras Solís: la bancarización.
“Aquí no existen unidades grandes para realizar caja extra”, expresó Durán Rodríguez. “Vas a la bodega y nunca hay dinero, en el Banco tampoco tienen fondos, y esto limita mucho, porque nosotros tenemos que pagar las cosas en efectivo. El combustible, cuando aparece ‘por la izquierda’, es a 8.000 pesos en mano”, añadió.
La exposición de estos problemas a nivel provincial, es una realidad que a mayor escala, a nivel nacional, se evidencia en la cotidianidad del pueblo cubano. La Isla atraviesa una crisis profunda, marcada por la escasez de alimentos, cuyo origen puede encontrarse (entre otras causas), en la baja productividad de la esfera agrícola y ganadera.
Los campesinos vienen manifestando por años insatisfacciones con el modelo impuesto por el régimen cubano, agravado con las fallidas políticas económicas del Gobierno y el excesivo control de las autoridades. Lejos de mejorar, el panorama de los campesinos parece complicarse con nuevos desafíos como la bancarización y la inflación.