Goteo de filtraciones sobre los Urdangarin: quién habla sobre los hijos de la infanta Cristina
Algo ha cambiado en el entorno de
la familia Urdangarin Borbón
en los últimos meses. Aunque quizá haya que hablar de cierta aceleración de una tendencia que comenzó con la separación, en enero de 2022, de Iñaki y la infanta Cristina. Ya entonces, quizá por lo dramático de la situación y
la confusión entre rumores e informaciones, hubo línea directa con fuentes que se decían cercanas, o cercanísimas, a la ex duquesa de Palma. Ahora ya no hay tanto caos, pero las filtraciones menudean.
La situación es llamativa, sobre todo por las circunstancias que provee el contexto. Partimos del ya conocido
deseo de discreción y, si es posible, invisibilidad que se trasmite desde Casa Real, donde cualquier movimiento se considera al respecto de lo bien, mal o regular que pueda afectar a la institución. En este sentido,
el discurrir vital de la infanta Elena
es ejemplar: su aversión a los periodistas es conocida.
Otro rasgo particular del contexto es, de hecho, el silencio que mantienen desde hace algunos meses los Marichalar. La situación de
descontrol de Felipe Juan Froilán logró atajarse
y, aunque Victoria Federica porfía en su decisión de convertirse en una figura pública y
triunfa hasta en El Hormiguero
, el mutismo acerca de su relación con la familia real es total. Con la infanta Elena prácticamente desaparecida del ojo público, se han convertido contra todo pronóstico en los
personajes más inofensivos para Zarzuela.
Quizá por el silencio administrativo que rodea a los Marichalar Borbón, el
creciente protagonismo de los Urdangarin sorprende tanto. Es cierto que la atención de los periodistas a los hijos de
la infanta Cristina
es enorme y que las idas y venidas de algunos de ellos han entrado en el ciclo de contenidos virales. Sin embargo, no son todos ellos los que ven cómo su
peso mediático va aumentando por semanas. Pablo, el jugador profesional de balonmano, lo ha evitado.
Pablo ya es el más anónimo de los Urdangarin
El caso de Pablo Urdangarin, afincado en Barcelona desde hace años, es significativo. En un principio, concitó la atención de los medios debido a su imponente presencia física y su carisma frente a las cámaras. Acude a los mismos eventos familiares que sus hermanos y, sin embargo, lleva una vida totalmente
normal y anónima junto a
su novia, Johanna Zott, en Pedralbes
. No es objeto de ninguna elucubración.
En realidad, lo mismo ocurría con Juan Valentín cuando vivía en Madrid, justo antes de encontrar trabajo en Londres, en la
empresa de Alejandro Agag
. Sus idas y venidas eran prácticamente anónimas. Si acaso se publicaba
alguna foto borrosa en la que se le veía tomando algo en una terraza y poco más. ¿Qué ha cambiado para que se convierta en un personaje más de la viralidad aplicada a los royals?
Miguel e Irene Urdangarin, los dos nietos de la reina Sofía que han vivido con ella en Zarzuela. /
Lo que ha ocurrido con Juan, que Pablo ha sabido evitar a toda costa, es evidente: ha buscado refugio, cercanía o apoyo en Zarzuela. Lo mismo puede achacársele a
Miguel Urdangarin, absolutamente misterioso
durante su estancia en Londres y, una vez residente en el palacio madrileño, convertido en personaje de interés para periodistas y fotógrafos. Irene, es cierto, lo tenía difícil para pasar inadvertida.
Vivir en Zarzuela, sin embargo, no facilitó la discreción.
Cuanta más proximidad a la familia real, mayor el interés, la demanda de información y la
aparición de rumores. Unos rumores que cualquier experto en comunicación viral recomienda ignorar. Sin embargo, algunas noticias sin confirmar (¿
quiso Juan Valentín vivir en Zarzuela
, o no? ¿le han roto el corazón, o no?) encuentran desmentido de fuentes cercanas a los Urdangarin Borbón. Resultado: se dobla el impacto y la demanda de contenido alrededor de los primos de Leonor.
Las filtraciones animan la viralidad no deseada
¿Existe un interés de algún tipo por mantener a los jóvenes Urdangarin en el ciclo de noticias vinculadas a la familia real? ¿A qué responden las aclaraciones, declaraciones, desmentidos y
filtraciones de ‘fuentes cercanas’ que se refieren a los hijos de la infanta Cristina? Es inevitable pensar que, de alguna manera, las respuestas estimulan la demanda y que la visibilidad de Juan, Miguel e Irene en la sociedad española no se recorta, sino todo lo contrario.
Entre unas cosas y otras, entre la multiplicación de la visibilidad mediática de sus hijos y la suya propia, la proyección pública de la infanta Cristina se ha disparado en los últimos meses. No se le puede achacar a los Urdangarin Borbón
ningún interés crematístico asociado a este protagonismo, más un estorbo que otra cosa. Recordemos, además, que el futuro del clan habría quedado absolutamente asegurado con la
resolución jurídico-financiera de la herencia del rey Juan Carlos en la forma de una fundación que quedaría en manos de sus dos hijas.
Lo cierto es que toda esta visibilidad de los Urdangarin Borbón no tiene explicación, más allá de reforzar la
sensación de arraigo en España
de una familia que tuvo que exiliarse durante casi veinte años. La sensación de que todos los hijos de la infanta Cristina
prefieren Madrid (o Barcelona) a cualquier otra residencia es evidente. Y lleva a pensar que la misma hija del rey Juan Carlos y la reina Sofía querría volver. Tiene aquí a casi todos sus afectos.