¿Qué es la fruta del pan? El alimento que podría soportar los embates del calentamiento global
El calentamiento de las temperaturas está dificultando mucho la agricultura en los trópicos. Los sistemas alimenticios de las naciones insulares del Caribe y el Pacífico son especialmente vulnerables, ya que se ven duramente afectados por una combinación de olas de calor, sequías y lluvias fuera de temporada. Y es probable que el impacto del cambio climático en estas zonas aumente significativamente en la próxima década, especialmente para los agricultores de los alimentos básicos más comunes como el maíz, el trigo y la soja.
Amante del calor
Pero hay un cultivo al que le encanta el calor y no se desanima fácilmente por las oscilaciones del tiempo. Se trata del árbol del pan, que está experimentando un silencioso renacimiento en las islas del Pacífico y el Caribe, donde la gente espera que el árbol y sus productos prosperen en un futuro con cambio climático.
«No hay un clima demasiado cálido para el árbol del pan», sostiene Russell Fielding, geógrafo de la Universidad de Carolina del Norte. El árbol del pan, una de las plantas alimenticias más productivas del mundo, es un árbol perenne de hoja grande de la familia de las jackfruits (yaca o jaca) que produce abundantes frutos nudosos que pueden utilizarse en una deslumbrante variedad de platos.
El área de crecimiento de estos árboles se amplía constantemente a medida que aumentan las temperaturas en todo el mundo y, gracias a su extenso sistema radicular, son prácticamente indestructibles. Sobreviven a los huracanes, asegura Fielding, y también pueden crecer cerca de aguas saladas o salobres, una gran ventaja a medida que el nivel de los océanos sigue subiendo. También estabilizan y enriquecen los suelos más degradados. Un árbol grande absorberá 1.3 toneladas de carbono en su madurez, según los cálculos de la Trees That Feed Foundation, una organización sin fines de lucro con sede en Illinois que proporciona árboles del pan para ayudar a alimentar a la gente y crear empleo en los trópicos.
Árbol mágico
«La gente está empezando a reconocer el increíble potencial del árbol del pan», refiere Fielding, «es uno de los árboles más productivos en términos de calorías anuales por unidad de superficie. Un árbol del pan podría suministrar fácilmente toda la fruta que necesita una familia».
Si viste la película Motín del HMS Bounty, ya estará familiarizado con el árbol del pan. Eran los árboles frutales que se transportaban durante el fatídico viaje del barco mercante. Pero si no has estado últimamente en una remota isla del Pacífico, o en el Caribe, lo más probable es que nunca hayas comido esta fruta verde del tamaño de un balón de fútbol con una pulpa cremosa. La fruta del pan se conserva poco tiempo y rara vez se exporta fuera de los países tropicales.
Originaria del Pacífico y antaño un alimento básico en Tahití, Hawái y Jamaica, la fruta del pan fue cayendo en desgracia, sustituida en estas regiones por una dieta occidental estándar rica en alimentos procesados, grasas saturadas y carbohidratos refinados. Su sabor es insípido, un cruce entre el puré de papas y el pan de masa madre; su consistencia viscosa cuando está madura se ha comparado con el engrudo del papel tapiz. Sin embargo, a pesar de sus escasas cualidades, algunos creen que es el próximo gran superalimento.
¿El próximo superalimento?
Diane Ragone lleva obsesionada con esta humilde fruta desde los años ochenta. Es directora emérita del Instituto del Árbol del Pan, un grupo de investigación y defensa con sede en la isla hawaiana de Kauai. La fruta del pan es mucho más nutritiva que alimentos básicos como el arroz y el maíz, ya que es rica en micronutrientes y vitaminas. También es relativamente rica en proteínas; una variedad samoana llamada Ma’afala supera incluso a la soja en contenido proteínico.
La fruta del pan crece rápidamente, es increíblemente prolífica y no necesita fertilizantes ni otros insumos agroquímicos. Y el hecho de que no tenga un fuerte sabor propio la convierte en gran aliada para muchos otros alimentos. Se puede añadir a sopas, guisos, ensaladas, tamales, pudines y tartas. Cada vez se elaboran más productos comerciales, como vodka en las Islas Vírgenes, papas fritas en Jamaica, galletas en Barbados y tostones (buñuelos caribeños) en la República Dominicana.