miércoles, abril 16, 2025
Cuba

A las bodegas cubanas no llega casi nada


SAN LUIS POTOSÍ, México.- Este miércoles 28 de agosto, el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) informó sobre la distribución de la cuota de la canasta familiar correspondiente a agosto pero los cubanos confirmaron que realmente a las bodegas no ha llegado casi nada, y desmintieron las afirmaciones de las autoridades.

Una nota en el perfil de Facebook del Gobierno de La Habana socializó que en los establecimientos de la capital se había comenzado la distribución de cinco libras de arroz por persona, dos de azúcar, 10 onzas de frijoles, 30 de chícharos.

Junto a esos productos, aseguraron que concluía la entrega de 14 cajitas para niños de 0 a 2 años, y de 11 meses y 29 días.

Por último, incluyeron la sal, cuya distribución correspondiente al tercer trimestre (junio, julio y agosto), “continuaba.”

En un post de Facebook creado por nuestra redacción, la población desmintió al MINCIN y visibilizó que a pocos días de culminar el mes, los productos no aparecían en los estantes de las desvencijadas bodegas.

Usuarios de Centro Habana coincidieron en que a las suyas había llegado únicamente una bolsita de arroz y una libra de azúcar blanca, algo insólito para los de otras provincias que han dejado hace tiempo de recibirla.

En Guanabacoa, expusieron que solo entró una bolsita de 1 kg de arroz gratuito, frijol negro y chícharo pero ni siquiera habían entregado la leche que le toca a los niños, “triste realidad”.

En Cojímar confirman el mismo panorama: azúcar, arroz de bolsita y chícharo “con bichos” pero en Marianao solo se refieren a los chícharos y la bolsita de arroz “y ya el mes se acaba”.

Las otras provincias cubanas

Fuera de La Habana uno de los escenarios menos lúgubres lo ostenta Santa Clara, donde recibieron las exiguas porciones de de azúcar, junto a dos kilogramos de arroz gratuito, 20 onzas de chícharos por persona, la cuota de cigarros, además de carne para niños.

“Vivo en Cárdenas (Matanzas) y lo único que ha entrado en la bodega donde me toca comprar es el bodeguero”, bromeó una persona sobre la falta de opciones de su establecimiento.

Un residente en Palma Soriano, municipio de la provincia de Santiago de Cuba, contó que a su bodega llegaron 10 onzas de chícharos, cinco libras de arroz y dos de azúcar, “sin palabras”.

En Colón, Matanzas, obtuvieron dos libras de arroz, dos de azúcar “mojada” y el resto de los productos “brillan por su ausencia”.

A Camagüey le correspondieron la bolsita de arroz de dos libras, y dos de azúcar “turbinada”: “a mí nadie me puede decir que es blanca”, y nada más.

Lo mismo tocó a los habitantes de Sancti Spíritus (dos libras de arroz y dos de azúcar), más un “puñado” de frijoles que “hay que comérselo rápido porque vienen picándose nada más”.

Para Guantánamo hubo “arroz de donativo”, chícharos, frijoles negros, dos libras de azúcar blanca “y para de contar”.

A Manzanillo, Granma, dos libras de zúcar y dos de arroz, pero opinó una internauta: “Creo que con eso ya es bastante porque como dicen ‘ellos’ ‘hacer más con menos’”.

 ¿Desaparecerá la canasta básica?

Los retrasos en la distribución de la canasta familiar normada “han sobrepasado los límites” en los últimos meses.

Productos como el aceite, los granos, los cárnicos y el tan preciado azúcar, han estado continuamente ausentes de las bodegas, algo que “ha empeorado la ya terrible situación alimentaria, al punto de que muchos no pueden ni siquiera garantizar una comida al día”, según santiagueros consultados por CubaNet

Garantizar la existencia y distribución de la canasta normada es una tarea que ha excedido las capacidades del Gobierno cubano, que suele deshacerse en justificaciones y depositar la responsabilidad de los incumplimientos a la gestión portuaria, los mecanismos de repartición e incluso al clima.

Con ese escenario, muchos cubanos vuelven a plantearse el fin de la libreta de abastecimiento, un temor que antes había sido negado por el régimen.

No obstante, a principios de junio, el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel llamó a no esperar lo que traiga la canasta básica y a “guapear los alimentos”. Sus declaraciones causaron gran descontento a la par que avivaron las opiniones que pronostican el final de la cartilla de racionamiento.



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