lunes, febrero 3, 2025
Cuba

Apagones en Cuba y Venezuela: El régimen miente


LA HABANA, Cuba.- Uno de los lugares comunes que, con gran autosuficiencia, más publicitan los socialistas en su propaganda mentirosa, es que el sistema que ellos propugnan —supuestamente— pone fin a lo que ellos llaman “la anarquía de la producción” inherente al capitalismo. Quienes hemos tenido la desgracia de padecer bajo regímenes de tendencia roja sabemos que ello es una patraña más que propalan sus agitadores.

Para empezar, es monstruosa la mera idea de que un puñado de burócratas barrigones, sentados alrededor de la mesa de un ministerio, puedan ser capaces de determinar cuáles serán los requerimientos de millones de personas, qué productos necesitarán ellas y en qué proporciones. Menor aún será su acierto si pretenden determinar qué insumos deberán ser destinados a las diferentes fábricas y qué producción se alcanzará en cada una de ellas.

Bajo la “anarquía de la producción”, millones de emprendedores tratan de satisfacer las más disímiles necesidades de las personas. Guiados por el libre mercado y por los precios que de manera democrática y espontánea se van formando, esos emprendedores procuran complacer hasta a los más exigentes consumidores. Es así como la producción experimenta una constante diversificación y perfeccionamiento.

La energía eléctrica

Todo esto brilla por su ausencia bajo la grisura del socialismo. ¡No es sólo que falten las innovaciones; a menudo escasean hasta los renglones básicos de la economía! ¡Si lo sabremos nosotros los cubanos, que de unos años a esta parte nos hemos visto obligados a comprar azúcar importada para suplir la esmirriada cuotica que se nos asigna por la “libreta de abastecimientos”, que suele llegar tarde y mal!

Una involución análoga se ha observado en la Venezuela chavista con la producción de petróleo y sus derivados. Yo comento: ¡Menos mal que en España no triunfaron los rojos que idealizaban al tirano genocida José Stalin! ¡Si ellos se hubiesen salido con la suya, en nuestra Madre Patria habrían desaparecido el vino y el aceite de oliva!

Estas amargas consideraciones vienen al caso cuando, precisamente en Cuba y Venezuela, nos enfocamos en un renglón fundamental de la economía cual es la generación de energía eléctrica. El instaurador del llamado “socialismo real”, el genocida conocido por su alias delincuencial de “Lenin”, proclamó muy orondo que “el socialismo es el poder soviético y la electrificación de todo el país”.

¿Y el avance en la electrificación?

Pero en los países caribeños del socialismo las cosas marchan por otro rumbo. Es verdad que en nuestra Isla, en los años iniciales del nuevo régimen, hubo algunos avances en la electrificación de áreas rurales remotas. Esto se debió a que los rojos pudieron aprovechar los residuos de la próspera economía que encontraron al trepar al poder. Pero eso es agua pasada.

Desde hace lustros, los castrocomunistas, pese a su muy publicitada “planificación socialista”, no han previsto ni hecho nada para apuntalar la producción de energía eléctrica. Las plantas que existen son, en esencia, los mismos vejestorios instalados en los tiempos en que aún existía el “campo socialista”. Para colmo, estos han funcionado con el pésimo crudo nacional, que los deteriora de manera más acelerada debido a su alto contenido de azufre.

La “solución” (algún nombre hay que darle) ha consistido en convertir lo que debería ser algo excepcional (el déficit de generación) en algo “normal”. Para ello, en cada noticiario televisivo nunca falta un aburrido reportaje, en el que un funcionario de la Unión Eléctrica hace un apretado inventario de las unidades que están fuera de servicio, la demanda prevista y la consiguiente duración de los apagones que deberán sufrir los cubanos de a pie.

El sistema eléctrico de Venezuela

En la fraterna Venezuela las cosas marchan por otro camino. De tiempo en tiempo, cada vez que se interrumpe el suministro del servicio eléctrico, el dictador Maduro o alguno de sus paniaguados denuncia la existencia de un supuesto “sabotaje” perpetrado por los opositores vendepatrias (ahora se ha puesto de moda llamarlos “fascistas”). Los cotorrones afirman que se trata de una forma de hostigar y martirizar al pueblo.

Jamás se ofrecen detalles sobre en qué ha consistido el hipotético “sabotaje”, qué actos concretos han sido perpetrados ni quiénes son sus autores directos. Tampoco hay fotos de los estragos supuestamente ocasionados. En todo caso, se insinúa la responsabilidad de la jefatura opositora, que, con todo y la “inhabilitación” arbitraria de la cual fue víctima, continúa ostentando la fundadora de Vente, Venezuela, la gran luchadora María Corina Machado.

Interrogada al respecto para el diario Maduradas, la destacada lideresa declaró este lunes: “Es un reflejo inequívoco de que hay un proceso de descalabro interno”. Algunos profesionales especializados en el tema energético han preferido hacer manifestaciones más concretas. Es el caso de Juan Aguilar, a quien Panam Post describe como “consultor internacional de generación de energía y riesgos”.

El régimen miente

Según el señor Aguilar, “el régimen miente continuamente a la nación. Ya lleva 5.035 días consecutivos ocultando la verdad” sobre el “verdadero estado del sistema eléctrico venezolano”. Con respecto al más reciente apagón generalizado sufrido en la Patria del Libertador, don Juan niega que se deba a un sabotaje, y lo atribuye a “una ‘persistente inhabilidad’ del régimen de Nicolás Maduro para poder controlar sus operaciones”.

El usuario que se identifica como José, con un lenguaje más irreverente, pone el dedo en la llaga en un trino de X (antes Twitter). Él se pregunta: “¡Cómo carajo hace la oposición para hacer un sabotaje al Sistema Eléctrico y causar un Apagón Nacional si todas las instalaciones eléctricas están militarizadas?”. Y, refiriéndose por su sigla a la corporación energética del país sudamericano, concluye: “La culpa es de Corpoelec”.

Y es así, entre apagones y alumbrones, que los desdichados súbditos caribeños del “socialismo del siglo XXI” malviven en sus países respectivos. Las excusas que se presentan desde el poder, con la pretensión de tapar el Sol con un dedo, son diversas. Pero ellas no pasan de ser pretextos que intentan justificar la triste realidad socialista, caracterizada por el hambre, la miseria y la desesperación.



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