Así es la casa de Cari Lapique en Marbella, un hogar cargado de recuerdos felices y muy duros
Uno de los momentos más duros para una persona que ha perdido un ser querido es abrir los armarios, repartir los enseres de esa persona, adentrarse en una maraña de recuerdos. Ese era el planteamiento que una reconocida obra teatral de Sebastián Junyent, ‘Hay que deshacer la casa’, que llevó al cine José Luis García Sánchez con
dos grandes actrices, Amparo Soler Leal y Amparo Rivelles, que daban vida a dos hermanas que se reencontraban para repartirse la herencia. Es la situación a la que deben hacer frente
Cari Lapique
y su hija, Carla Goyanes.
Después del agosto terrible que han vivido, en el que la socialité ha perdido a su marido,
el empresario Carlos Goyanes
, a su cuñado Tito Goyanes, y un día más tarde,
a su hija Caritina Goyanes
, tiene que dar pasos adelante. En el programa ‘Y ahora Sonsoles’ se manifestó que tiene intención de
vender su propiedad de Marbella donde falleció su hija, aunque aún es prematuro para calibrar verdaderamente los pasos que va a dar por la rapidez con la que ha sucedido todo.
Ha sido la casa de Marbella el lugar donde perdieron su vida de manera repentina Carlos Goyanes y
su hija, Caritina
, pero también el emplazamiento que posiblemente la familia asocia a más momentos felices, porque fue allí donde disfrutaron de muchos de los acontecimientos personales y así lo hicieron saber los distintos miembros de la saga en diversas entrevista.
En Marbella atesoran recuerdos preciosos y muy preciados para ellos.
Antes de fallecer, Carlos Goyanes, hijo del
legendario productor cinematográfico Manuel J. Goyanes, había dejado la presidencia de su compañía, en la que están englobadas sus propiedades, a su mujer, Cari Lapique, según publicaba Vanitatis. Las dos propiedades más importantes del legado material que dejó fue la casa donde vivían en Madrid, cerca del Paseo de La Habana, y el mencionado chalet marbellí.
La familia Goyanes Lapique siempre ha estado muy unida
En 2021, después de la pandemia, los Goyanes Lapique se reunían al completo (padres, hijos y nietos) en su casa marbellí, y publicaban con profusión imágenes de ese verano soñado, como tantos otros de su pasado.
Carla ya había regresado de Miami, donde había estado viviendo una temporada por el trabajo de su marido, y los primos podían pasar mucho más tiempo juntos que cuando les separaba un océano. Las más refrescantes eran las imágenes de la playa a la que se tiene acceso directo desde la propiedad.
La propiedad
está situada en Guadalmina Beach, una de las urbanizaciones más conocidas de Marbella, que aporta a sus residentes una gran privacidad y seguridad, pues disponen de entrada privada. En las zonas comunes destacan los grandes espacios verdes y la piscina comunitaria, pero, como ya hemos dicho, sobre todo la privilegiada ubicación en plena Costa del Sol.
En Guadalmina Beach hay propiedades a la venta que se adaptan a distintas capacidades adquisitivas. Hay villas que pueden alcanzar un valor de cinco millones de euros y apartamentos de dos dormitorios que cuestan unos 300.000. Es una zona muy popular entre el turismo por el excelente clima, las playas, los campos de golf,
tiendas y boutiques de alta gama y excelentes centros de restauración.
La gran diferencia entre los apartamentos de la planta baja y los de las superiores es que los primeros tienen el acceso directo a la playa. Los segundos, en cambio, también gozan de unas estupendas terrazas con vistas inmejorables. En una entrevista con Rosa Villacastín, Cari Lapique manifestaba
su absoluto amor por Marbella: «Yo a esta ciudad le tengo un amor especial. Si tuviera el mar de las Baleares sería el no va más».
Cari Lapique hablaba con conocimiento de causa, porque precisamente en las islas Baleares ha pasado mucho tiempo. En Mallorca
tiene su hermana, Myriam Lapique, un chalet en la zona de Formentor, donde se ha refugiado ahora parte de la familia tras la tragedia de Caritina, a quien despidieron
en el tanatorio de Tres Cantos
, en Madrid, sus seres más queridos. El chalet al que nos referimos se encuentra ubicado en una urbanización muy cercana al mítico hotel Formentor, donde recalaron en plena luna de miel
Grace Kelly y Rainiero de Mónaco
y el lugar favorito de vacaciones de Concha Velasco y su gran amigo Paco Valladares.