Así le ha cambiado la vida a Marta Ortega su marido, Carlos Torretta
No es nada fácil
seguirle los pasos a Marta Ortega, la heredera del imperio Inditex, la hija pequeña de Amancio y Flora, la millonaria más perseguida de España.
Su vida es tan críptica como dice el mito de las auténticas gallegas, famosas por contestar a las preguntas con más preguntas. Tras su sonrisa misteriosamente renacentista no sabemos realmente lo que hay, más allá de lo contante y sonante: una cantidad de millones pasmosa, tres hijos a los que evidentemente adora y
un matrimonio con Carlos Torretta
del que
hoy, 16 de noviembre, se cumplen seis años y que es a todas luces feliz. Match perfecto.
Marta (40 años) y Carlos (40) cumplen
ocho años de amor, seis de casados y cuatro como padres de Matilda y Manuel (aún un bebé). Amancio (11), el hijo mayor de Ortega, es producto de su primer matrimonio con
el jinete asturiano Sergio Álvarez Moya
, finalizado en 2015. Se dijo que el jinete no quiso ser «marido de» por más tiempo, aunque años después él mismo reconoció que aún
estaba enamorado cuando se separó. La versión oficial de la ruptura fue la dedicación de él a su carrera hípica: es el únicio español entre los 50 mejores jinetes del mundo.
Imposible no tomar nota del
giro vital que la hija de Amancio ha ido dando en esta
casi década de relación con Torretta. El hijo del diseñador Roberto Torretta y Carmen Echevarría, mucho más que una mano derecha en el negocio familiar, parece haber entendido a la perfección
la dedicación que requiere Marta Ortega
: no le conocemos empresas personales y sí le vemos acompañando constantemente a la flamante presidenta no ejecutiva de Inditex. Este es un equipo sin aparentes fisuras.
En la compatibilidad evidente entre
Marta Ortega
y Carlos Torretta ha debido pesar que él no llegó a encontrar un destino laboral que le satisficiera del todo, aunque
trabajó como booker de modelos tan importantes como Adriana Lima en Nueva York. La empresa familiar tampoco pudo convertirse en un objetivo de futuro: en los últimos años había sufrido pérdidas y hasta un importante robo, aunque ahora parece haberse asegurado un relevo gracias a
su hermana pequeña, María.
Marta y Carlos parecen priorizar su proyecto familiar
Sea como fuere, el matrimonio Ortega Torretta es su propio objetivo, como prueba la
reciente maternidad de Marta, a la que vemos felicísima cargando su bebé casi a todas partes mientras Carlos empuja con una sola mano su carrito. Además de los tres niños que ocupan su trajín diario,
la pareja ha alumbrado un museo, la Marta Ortega Pérez Foundation (MOP), dedicado a la fotografía de moda.
Apenas
nada se sabe de la rutina de Marta y Carlos, protegidos como todos los Ortega por la discreción de sus vecinos en el barrio de Justicia de Madrid y los altos muros de su pazo en Sigrás (A Coruña). Eso no significa que no tengan vida social, aunque solo cuando
acuden a conciertos, bodas o restaurantes podamos verles divertirse como el común de los mortales.
Uno de los mejores amigos de la pareja Ortega Torretta es Álvaro Falcó, con quien acudieron al concierto de Taylor Swift en mayo.
Al 40 cumpleaños de Marta acudieron todos sus íntimos: Eugenia Silva y Alfonso de Borbón, los marqueses de Cubas, Carlos Cortina y Carla Vega-Penichet… Todos ellos se mueven por lugares a los que rara vez llega un periodista. En verano se refugian en alguno de sus yates. Carlos y Marta viajan
en su propio avión privado
.
Inexpugnables hasta para los más ávidos investigadores, solo cabe observar los movimientos públicos de la pareja, a los que
rara vez vemos por separado. Excepto en la presentación de resultados ante la junta de accionistas cada año, cuando Marta Ortega preside la mesa y hasta pronuncia un pequeño discurso, Carlos Torretta no se separa de ella. Juntos recibieron a Rosalía en la sede de Inditex en Arteixo y juntos fueron a su 32 cumpleaños, el pasado septiembre en París.
Marta Ortega ya es la cara global de Inditex
Lo que tampoco puede ignorarse, pues sucede a la vista de todos, es el goteo de apariciones de Marta Ortega en las grandes capitales de la moda (París, Nueva York, Londres) o flanqueada por personajes influyentes y poderosos del negocio. No tanto en calidad de benefactora cultural, aunque muchas de ellas tienen que ver con su museo, ni por supuesto como socialite, sino como
la cara amable de una corporación que necesitaba hacerse visible cuanto antes.
Con Marta Ortega como cara reconocible de Inditex, el imperio textil español ya puede figurar en las listas de poderosos e influyentes de la moda y codearse con los talentos creativos que mueven el negocio. Zara jamás quiso asociarse a ninguna cara femenina de referencia, ni en el plano del diseño ni a ninguna musa modelo. Su
filosofía volcada en la invisibilidad de sus talentos pudo funcionar en su momento, pero en este punto del siglo XIX requiere encarnarse en alguien para evolucionar. Ese alguien es Marta. Una Marta apoyada, escoltada y afirmada por Carlos Torretta.