Así lucen todos los planetas con anillos que conocemos del Sistema Solar
Cualquiera que haya visto alguna vez Saturno a través del lente de un telescopio sabe que su espléndido disco de anillos planetarios hechiza. Aunque parecen un cuerpo único y rígido rodeando al planeta, son en realidad un legión de pequeños fragmentos de roca, polvo y hielo, apretujados en el plano ecuatorial del astro.
Los de Saturno son los más famosos, pero no son los únicos. Todos los gigantes del Sistema Solar, tanto gaseosos como helados, los tienen.
Saturno
AFP/Getty Images
Saturno es el «señor de los anillos» no por casualidad. Los fragmentos que componen los anillos varían de tamaño, desde polvo de unas micras de diámetro hasta rocas de unos metros de largo, pero la masa total no es tanta: aproximadamente la mitad de la de una plataforma de hielo antártica. La división de Cassini separa los anillos A y B. Más hacia el interior se encuentra el anillo C, descubierto a mediados del siglo XIX, y a continuación el anillo D, el más cercano al planeta. La división de Roche separa exteriormente el anillo A del F y, por último, están los anillos G y E. Algunas de estas rupturas se deben a la presencia de lunas que orbitan dentro o cerca de los anillos, los llamados «satélites pastores».
Júpiter
NASA/JPL/Cornell University
Los anillos de Júpiter son los más sencillos de los gigantes. Son muy tenues, están hechos de polvo y solo los hemos descubierto una vez en el espacio, con la sonda Pioneer 11. Antes, desde la Tierra, no habíamos tenido ninguna pista sobre ellos, ni por observaciones directas ni indirectas. Júpiter tiene un anillo extremadamente débil cerca del planeta, un anillo principal un poco más allá, entre las órbitas de los satélites Adrastea y Metis, y finalmente los dos anillos de Gossamer, llamados Tebas y Amaltea.
Urano
Oficina de Difusión Pública del Space Telescope Science Institute, NASA, ESA, CSA, STScI, PROCESAMIENTO DE IMÁGENES: Joseph DePasquale (STScI)
Son los anillos más fascinantes después de los de Saturno. Trece anillos, casi impalpables, rodean al gigante helado. Su extensión total es bastante reducida, menos del doble del radio del planeta. No sabemos exactamente cuál es su composición, pero están formados por granos oscuros, posiblemente hielo de agua cubierto de materia orgánica. En 2023, el telescopio espacial James Webb obtuvo una impresionante imagen infrarroja que muestra once de estos trece anillos.
Neptuno
NASA, ESA, CSA, STScI
Los anillos de Neptuno son aún menos densos que los de su primo Urano, y también están más alejados del planeta, más ricos en polvo y con límites menos nítidos. Le Verrier, Arago y Adams son anillos delgados, mientras que Galle y Lassell son más difusos y polvorientos. Con la Voyager 2 vimos en el anillo Adams unas estructuras en forma de arco especialmente brillantes, llamadas así por los ideales de la Revolución Francesa: Liberté, Egalité, Fraternité y Courage. Son engrosamientos de material, aunque no sabemos por qué se forman ni cómo desaparecen.
Haumea
NASA/ESA/Hubble Space Telescope
Haumea, uno de los planetas enanos, también tiene anillos. Los descubrimos mediante ocultación estelar, es decir, estudiando la luz de una estrella lejana que atraviesa estos anillos. Se trata en realidad de un único anillo, de 70 kilómetros de ancho y situado a 2,287 del centro del planeta enano.
Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.