Ataque coordinado contra Trump en Chicago: las frases por las que será recordada la convención demócrata | Elecciones USA
Del “me comprometo con ustedes y conmigo mismo a alcanzar un nuevo acuerdo” con el que Roosevelt lanzó en 1932 el New Deal a la apelación de Richard Nixon en 1968 a los “estadunidenses olvidados” o aquello que dijo Barack Obama en 2004 de que “no existe una América liberal y una América conservadora: existen los Estados Unidos de América”. Las convenciones demócratas y republicanas han servido a lo largo de su historia, además de para enardecer a los miembros del partido y convencer a los votantes, para producir un buen montón de frases memorables. La que cerró las puertas este jueves en Chicago entre el desbordado entusiasmo de los demócratas, unidos tras la improbable candidatura de Kamala Harris, no fue una excepción en un tiempo en el que la política se consume a fogonazos, listos para ser troceados y consumidos millones de veces en las redes sociales y en los programas de comentario político, más allá de la vieja retransmisión en directo.
Harris protagonizó el jueves la más esperada de las intervenciones, con la que aceptó su destino con una llamada a la unidad y con la promesa de que será “la presidenta de todos los estadounidenses”. Antes, hubo discursos de despedida ―como el del presidente Joe Biden, que renunció en julio a perseguir la reelección (”amo mi trabajo, pero amo más a mi país”, dijo)― y otros de bienvenida, como el de Alexandria Ocasio-Cortez al selecto club de los líderes del partido; la congresista habló brillantemente durante 10 minutos, frente a los 90 segundos que le dejaron en la de 2020.
Hubo hasta declaraciones de amor como la de Douglas Emhoff, esposo de Harris. Pero, sobre todo, se sucedieron ataques con armas cargadas de ironía y de burla contra Donald Trump, el candidato republicano, en lo que parece un cambio de estrategia de los demócratas nueve años después de su irrupción del magnate inmobiliario y estrella de la telerrealidad en política. Ese nuevo estilo pasa por dejar de preocuparse por el talento para la crueldad y la intimidación del rival y pasar a ridiculizarlo y hacerle de menos a golpe de chistes y de frases ingeniosas.
Estas son 11 de esas frases por las que será recordada la Convención Nacional Demócrata de la coronación de Harris, que a ratos hizo sospechar que los oradores habían contado con la ayuda de profesionales de la comedia para escribir sus discursos.
“¿Quién le dirá que el trabajo al que aspira podría ser uno de esos ‘empleos negros?”
Tal vez la jornada más vibrante de la semana fue la del martes, gracias a la intervención de los que aún siguen siendo los más dotados comunicadores del partido: Barack y Michelle Obama. Aunque fue ella la que se llevó la más universal admiración de los delegados con un discurso sincero, cercano y con el punto justo de humor, durante el que defendió a Harris y se la devolvió a Trump tras años de sufrir que este hiciera “todo lo que estuvo en su mano para intentar que la gente” les “temiera” a ella y a su esposo. Trump difundió el bulo de que Barack Obama no era estadounidense. “Su limitada y estrecha visión del mundo le llevó a sentirse amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, altamente cualificadas y exitosas que resultan ser negras”, dijo Michelle Obama sobre su matrimonio, antes de, con envidiable dominio del arte del monólogo, dejar espacio para los aplausos y volver a la carga:. “Me gustaría saber… ¿Quién le dirá que el trabajo al que aspira podría ser uno de esos ’empleos negros’?”.
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La ex primera dama se refería al puesto de presidente de Estados Unidos, claro, pero sobre todo a una de las declaraciones del candidato republicano que más polvareda levantó durante el debate que lo enfrentó a Biden y que precipitó la renuncia de este. Trump argumentó entonces que la llegada de inmigrantes al país afecta a la comunidad afroamericana más que al resto, porque se quedan con los “empleos negros”. Más allá del tinte xenófobo de la declaración, los datos no indican que los inmigrantes estén arrebatando sus trabajos a los ciudadanos estadounidenses, independientemente de su raza.
“No contéis sus mentiras, contad sus ‘yoes”
Bill Clinton arremetió contra los ramalazos narcisistas de Trump una y otra vez en su intervención del miércoles, recibida con cierta tibieza por el público del estadio de los Chicago Bulls en el que se celebró la convención. Dijo: “Kamala será la presidenta de ‘nosotros, el pueblo’; Trump, el de ‘yo, mí, me, conmigo”. También pidió a los asistentes que no contaran sus mentiras, “sino los yoes de un hombre que solo se interesa por sí mismo”. La frase en inglés jugaba, además, con las palabras: “lies” ―mentiras, pronunciada lais― y “I’s” (yoes, ais).
“Están los apodos infantiles, las locas conspiranoias. Y luego está su obsesión con el tamaño de las multitudes”
Otra de las grandes frases de la convención. Precisa, eso sí, del acompañamiento del video del momento en el que Barack Obama insinuó que Trump está obsesionado con su hombría… o algo peor. La clave no estuvo tanto en lo que dijo (“Están los apodos infantiles, las locas conspiranoias. Y luego está su obsesión con el tamaño de las multitudes”) sino en cómo lo dijo, con el gesto de juntar y separar las manos que Obama introdujo con gran dominio de la vis cómica. La pulla recordó a la que el senador de Florida Marco Rubio le lanzó en 2016 al magnate cuando ambos peleaban en las primarias republicanas. De él, afirmó que tenía “las manos pequeñas”, deslizando una comparativa no tan elegante con otras partes de su anatomía.
“También tratamos de salvar al gato, aunque sea de una mujer sin hijos”
Oprah Winfrey apareció por (semi)sorpresa el miércoles para emplear su enorme popularidad como magnate de la comunicación para pedir el voto para Harris y, de paso, aprovechó para meterse con Trump y, más aún, con el candidato que ha elegido para la vicepresidencia, J. D. Vance, cuyas declaraciones pasadas y actuales le meten en serios problemas. El más gordo tal vez sea el que llegó con la resurrección de una entrevista en 2021 con el entonces presentador de Fox News, Tucker Carlson, en la que Vance dijo que el futuro del Partido Demócrata está en manos de “un puñado de mujeres con gatos y sin hijos” que, como se sienten “desgraciadas con sus vidas y con sus decisiones, quieren que el resto del país también se sienta desgraciado”. Vance se refería a políticas como Harris u Ocasio-Cortez. Al hilo de aquello, Winfrey dijo, trazando un paralelismo con la situación de Estados Unidos: “Cuando una casa se incendia, no preguntamos por la raza o la religión del propietario. No nos preguntamos quién es su pareja o cómo votó. Simplemente, tratamos de salvar a esas personas. Y si resulta que la casa pertenece a una mujer con gatos y sin hijos, también tratamos de salvar al gato”.
“Estamos en el último cuarto y vamos uno por debajo, pero nos toca atacar y tenemos el balón”
Uno de los objetivos del cónclave demócrata era dar a conocer un poco más a Tim Walz. Candidato a la vicepresidencia escogido por Harris, era hasta hace tres semanas un político de escaso perfil nacional. Es gobernador de Minnesota (aunque nació un poco más al sur, en una comunidad rural de Nebraska) y tiene un pasado como profesor de Geografía y entrenador de fútbol americano en un instituto de una pequeña ciudad de su Estado de adopción. De ahí que, en su discurso de aceptación del encargo de Harris, hiciera fortuna la referencia deportiva de la remontada en el último minuto, ahora que faltan 71 días de la cita con las urnas y hace tan solo 37 el candidato demócrata aún era Biden. “Nos toca ir a muerte, a presionar, a meternos hasta la cocina, pase a pase, donación a donación, llamada telefónica a llamada telefónica, toque en la puerta, tras toque en la puerta”, sentenció. “Estamos en el último cuarto y vamos uno por debajo, pero nos toca atacar y tenemos el balón”.
Durante la convención, los delegados se mostraron optimistas con la elección de la candidata y hablaban del “entrenador Walz” para referirse al enérgico aspirante a la vicepresidencia, que se presentó ante sus compatriotas como un tipo corriente capaz de entender sus problemas.
“Es un hombre poco serio, pero las consecuencias de elegirlo son extremadamente serias”
El discurso de Harris será recordado ―sobre todo si se convierte en noviembre en la primera mujer en sentarse en el Despacho Oval― por muchos motivos; entre ellos, por su cortejo a los votantes más allá del espectro demócrata y por un llamamiento a la unidad que no impidió que atacara a su rival. “En muchos sentidos, es un hombre poco serio, pero las consecuencias de elegirlo de nuevo en la Casa Blanca son extremadamente serias”, advirtió. “Imagínense a un Trump sin frenos y cómo emplearía los inmensos poderes que otorga la presidencia de los Estados Unidos; no para mejorar sus vidas ni para fortalecer nuestra seguridad nacional, sino para servir al único cliente que ha tenido: él mismo”.
“Se quedó dormido en su propio juicio y, cuando despertó, hizo historia”
Hillary Clinton fue uno de los platos fuertes de la primera noche de la convención, mientras los delegados esperaban la salida del presidente Biden para agradecerle los servicios prestados. Clinton se centró en Harris y en sus esperanzas de que esta logre al fin algo que ella no pudo conseguir: romper “el más duro de los techos de cristal”. Después, abrió la veda de los ataques a su viejo enemigo. Habló de sus líos con la justicia (cuatro causas penales abiertas, de las cuales una fue sobreseída en julio), y recordó cómo este dio alguna que otra cabezada mientras estaba sentado cada mañana en el banquillo del juicio que se siguió contra él por crímenes asociados con el pago en negro de la actriz porno Stormy Daniels, en el que un jurado lo halló culpable. Al despertarse”, continuó la ex secretaria de Estado, “hizo historia como la primera persona condenada por 34 delitos graves en presentarse a presidente”. Trump está pendiente de conocer la condena del juez por esos cargos. Su lectura, si no logra de nuevo retrasarla, está prevista para el 18 de septiembre.
“Es como ese novio que no te deja en paz. Hermano, pírate”
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, comparó el miércoles a Trump con una de esas relaciones sentimentales a las que cuesta poner fin, porque la otra parte se empeña en no aceptar la realidad. “Intentó destruir nuestra democracia mintiendo sobre las elecciones [de 2020] e incitando a una turba violenta a atacar el Capitolio. También puso a tres jueces extremistas en el Tribunal Supremo que tumbaron [el precedente] Roe contra Wade [y con él, la protección federal al aborto]. Rompimos contigo por una razón”, dijo, en su comparación de Trump con ese “exnovio que no te deja en paz” y según la cual, el republicano llevaría cuatro años, desde su derrota en las urnas, tratando de regresar con su pareja, en este caso, Estados Unidos. “Hermano, pírate, que no pensamos volver contigo”, añadió.
“Os lo dice un multimillonario de verdad: él solo es rico en una cosa, en estupidez”
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, también sonó en las primeras quinielas para el puesto que finalmente ocupó Walz. A su favor, decían, jugaba su perfil progresista y su tendencia a atacar con alegría a los republicanos. En contra, su riqueza, que tal vez no lograra conectar con eso que llaman “el americano medio”. Pritzker es heredero de una de las grandes dinastías hoteleras de Estados Unidos, y el martes no se escondió por ello. Más bien al contrario. “Trump cree que debemos confiar en él en materia económica porque afirma ser muy rico”, dijo Pritzker. “Os lo dice un multimillonario de verdad, Trump es rico en una sola cosa: en estupidez”. Los delegados aplaudieron a rabiar un ataque al enemigo en uno de los flancos que más le duelen: que se pongan en duda el tamaño de su fortuna, que, según determinó un juez, ha inflado fraudulentamente a lo largo de los años, y su talento para los negocios.
“Habrá que decirle, a la manera del gran Steph Curry: ¡buenas noches, a dormir!”
Nadie sabía muy bien qué esperar durante la primera noche de la intervención del entrenador de baloncesto Steve Kerr, que este mes llevó en París a la selección nacional a conseguir el oro olímpico. Tal vez por esa incógnita fue uno de los triunfos de la noche. También cargó contra Trump. “Tras el recuento de votos [de la noche electoral] habrá que decirle, a la manera del gran Steph Curry: ¡buenas noches, a dormir!”, dijo. Curry, que también intervino en la convención, es la gran estrella de los Golden State Warriors y el mejor triplista de la historia del deporte. Dos de sus cosas favoritas son resolver los partidos con una canasta providencial y, a continuación, hacer con las manos el gesto de la almohada para mandar metafóricamente a sus rivales a la cama.
“¿Confiaríais a ellos el cuidado de vuestra familia? Yo no me fiaría ni para que movieran mi sofá”
Hasta la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren, mujer poco dada a la frivolidad, se sumó al pelotón de las burlas contra el candidato republicano, y, en su caso, también contra Vance. Lo hizo a partir de una historia falsa que se hizo viral en julio y que aseguraba que el aspirante a vicepresidente contó en sus memorias que tenía relaciones sexuales con su sofá, lo cual desató, claro, una tormenta de memes. “¿Confiaríais en Trump y Vance para que cuiden de vuestra familia?”, preguntó Warren a la audiencia tras defender la solvencia de Harris, “la fiscal”, frente a Trump, “el criminal convicto”. “Yo no me fiaría ni para que movieran mi sofá”, añadió. El público estalló en carcajadas. Y, una vez más, la cancha de baloncesto reconvertida en escenario de la convención mutó en otra cosa. Y esa cosa se parecía más a un club de la comedia que a un acto político.
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