lunes, marzo 10, 2025
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Atlético de Madrid: “Los Rosicky hemos hablado muchísimas veces sobre lo que podía haber sido en el Atleti”


No se entiende el Sparta de Praga sin la familia Rosicky. Primero por Jiri, compañero de Panenka en la gran Checoslovaquia y por último por Tomas, leyenda también del Dortmund y el Arsenal que en clave rojiblanca constituye uno de los fichajes de mayor talento que no llegaría a fructificar pese a haber volado incluso a Madrid para firmar. Sin embargo, el célebre apellido sí tendría su huella en el Atlético gracias a otro de sus miembros. Otro Jiri, su hermano mayor. Ahora, como Jefe de Scouting y secundando el cargo de director deportivo que ocupa el ‘pequeño Mozart’, abre a MARCA las puertas de su oficina en el Generali Arena para rememorar sus cuatro años en el filial, entonces en Segunda.

“Es el partido de mi vida, lo deseaba desde el sorteo”, reconoce desempolvando su aterrizaje en el Atlético antes de cumplir los 19 años. “En el verano de 1996 Miguel Ángel Gil vino a Praga para fichar a Bejbl y se llevó mi nombre, me conocieron por la selección sub 18. Éramos jugadores diferentes, él con mucha capacidad para robar, yo también pero con salida de balón. El director deportivo, Miguel Ángel Ruiz, pensaba que yo podría ser su sustituto cuando cumpliera su tiempo en el Atlético. Fui a Madrid diez días a hace una prueba y me ficharon, fue un cambio de vida tremendo porque era muy joven”, explica.

Jiri Rosicky, en el Generali Arena.

Jiri Rosicky, en el Generali Arena.

Pese a que aún tendría que cumplir la promesa que le hizo a su padre de que acabaría los estudios, Jiri tomaría, junto a Baraja, el mando de la sala de máquinas de un filial que incluso miraba a Primera. “Fortune, Carcedo, Tevenet, Santi Ezquerro, Paunovic, Iván Rocha… había jugadores de mucho talento. El problema fue que a mi cuarta temporada el Atlético bajó y nos arrastró”, lamenta.

No obstante, su mayor pesar venía de antes. “Es algo que aún me duele ahora. Empecé de titular y en febrero de 1997, en plena concentración para un partido ante la Yugoslavia de Paunovic sub 21 (nos expulsaron a los dos, imagínate las bromas en el vestuario), Miguel Ángel Ruiz me llamó y me dijo que si seguía así al final de curso subiría al primer equipo. Y a la vuelta, en el siguiente partido en Las Palmas me rompo el cruzado anterior”, explica.

“Pasé un año fuera con Antic diciéndome que levantara la cabeza, que iba a volver. Y volví, empecé otra vez y me rompí la otra rodilla. De cuatro temporadas pasé más de dos y media en el dique seco, por eso me quedó esa espina clavada. Me duele no haber podido enseñar todo el talento y el potencial que tuve”, profundiza. “Luego con el descenso obligado a Segunda B ya no me pude quedar tras siete meses fuera. Por eso me fui a un equipo más pequeño en Austria para empezar de nuevo”, añade como fin de su aventura.

El ‘pequeño Mozart’, un sueño imposible para el Atlético 

Diez años después, en 2006, un Rosicky volvía a ser el gran objeto de deseo del Atlético. En este caso, Tomas, que tras acabar su gloriosa etapa en un Dortmund al que haría campeón, llegaría a hacer las maletas. Pero finalmente, el fichaje se cayó tras romperse las negociaciones con el club alemán. “Lo vivió conmigo y yo lo viví todo con él como si fuera yo. Cuando el Borussia le abrió las puertas, el Atleti estaba ahí y él se iba. Tenía el sueño de fichar por el Atlético”, desvela. “No había tenido que convencerle, lo había visto claro de cuando yo estuve. Era el mejor sitio para que Thomas enseñara aún más”, añade.

Jiri Rosicky desvela lo cerca que estuvo Tomas de ser rojiblanco

No obstante, el sueño imposible del Atlético había vivido su primer capítulo mucho antes, ya mientras Yiri trataba de cumplir el suyo en rojiblanco. “Él venía a verme y ya por entonces Miguel Ángel Gil y Miguel Ángel Ruiz intentaron traerlo antes que se convirtiera en una estrella mundial. Ya se sabía que tiene mucho talento, debutó en el Sparta con 17 años. Pero mis padres no lo permitieron que saliera tan joven”, destaca.

Un fichaje que podría haber cambiado la historia de la familia y del Atlético, como tantas veces han imaginado los hermanos. “Muchísimas veces”, responde sin titubear sobre cuántas conversaciones habían tenido sobre lo que podría haber sido de consumarse la operación. “Incluso Miguel Ángel Gil quiso venir a Praga y hablar con mis padres, lo intentó todo, pero no pasó”, lamenta.

“Lo que está viviendo el Sparta es un honor”

Jiri, ejerciendo como jefe de Scouting, y Tomas como director deportivo, emplean ahora su experiencia al primer nivel en un Sparta al que han llevado a lo más alto. “Era algo que siempre quisimos o estuvimos hablando de hacer después de retirarnos. Los juegos de manager en el ordenador en los que jugábamos uno contra otro, eligiendo equipo, fichando, vendiendo… Ahora lo estamos viviendo en vivo y sobre todo con el club de nuestro corazón. Nos peleamos como desde pequeños, pero con la ventaja de que siempre llegamos a un punto donde decimos ‘así bien’”, bromea.

Jiri Rosicky atiende a MARCA.

Jiri Rosicky atiende a MARCA.

“Tener esta posibilidad de llevarlo es un honor para nosotros. Y lo que estamos viviendo. En las últimas dos temporadas ganamos dos títulos, un doblete en los últimos cinco años tras tener que cambiar todo. Ahora mismo podemos decir que el Sparta merece esto. Llegar a la Champions después de 20 años era el último pasito que logramos, estamos orgullosos”, repasa sobre su labor.

Ahora el Atlético, palabras mayores. “Aunque somos el mejor club República Checa, lo confirmamos también en Europa. Ahora quieren fichar a nuestros jugadores y vamos a venderlos a buenos equipos. Para ellos enfrentarse a unos de los mejores jugadores es una motivación, es natural. Para mí, va a ser algo especial también”, reconoce. 

Jiri Rosicky, en su oficina.

Jiri Rosicky, en su oficina.

Un ‘español’ en Praga adelantado a su tiempo

Pese a que no pudo dar más sobre el verde, el Atlético forjó la personalidad de Jiri. “Estoy agradecido por todo, a nivel personal la vida en España me enseñó un poquito a ser diferente por la forma de ser de la gente, muy abierta y amistosa”, reconoce, llegando a contrastar en sus primeras vueltas a casa con la mentalidad de la República Checa. Un adelantado a su tiempo también sobre el verde. “Cuando decía en la sub 21 que jugábamos 4-2-3-1 no conocían el sistema”, recuerda. También se llevó infinidad de contactos, amigos y recuerdos imborrables: “Jugar contra el Sevilla o Las Palmas, contra Xavi y Puyol cuando empezaban en el Barca… o las primas de Jesús Gil por ganar al Málaga siendo alcalde de Marbella y tras descender al Castilla”.





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