domingo, diciembre 22, 2024
Ciencia y Salud

Buscaban el ‘eslabón perdido’ de los agujeros negros, pero encontraron un extraño cúmulo de singularidades gravitacionales


Hay aproximadamente 10 millones de estrellas en Omega Centauri, el cúmulo estelar más grande de la Vía Láctea, y se comporta de manera anómala. Algunas en su centro se mueven más rápido que las de los extremos. Se han contemplado dos posibles explicaciones igualmente atractivas: el cúmulo podría albergar un agujero negro de masa intermedia, conocido como el “eslabón perdido”, o varios agujeros negros de masa estelar agrupados. Ahora, un reciente estudio de varios científicos de distintos centros de astronomía y física afirma haber encontrado una respuesta a este debate. La evidencia observacional, obtenida a través de un nuevo enfoque, sugiere que el cúmulo de estrellas más grande de la Vía Láctea alberga un cúmulo de agujeros negros de masa estelar.


Ilustración de un agujero negro primordial.

Décadas de investigación sobre agujeros negros primordiales no han dado con ellos. Es tiempo de pensar fuera de la caja.


Púlsares resolver el enigma

Los astrónomos resolvieron el enigma utilizando púlsares como puntos de referencia. Estos son estrellas de neutrones, restos de estrellas convencionales que rotan extremadamente rápido y emiten pulsos de radiación electromagnética a ritmos muy precisos. Algunos científicos consideran los pulsares tan útiles como un reloj atómico, y sus aplicaciones incluyen incluso el análisis de ondas gravitacionales.

“Al medir cuidadosamente los cambios en la velocidad de giro de los púlsares, los astrónomos pueden calcular cómo se están acelerando, sondeando directamente la intensidad del campo gravitacional en el centro de Omega Centauri. Combinando estas nuevas medidas de aceleración con las velocidades estelares, los investigadores han logrado diferenciar entre un agujero negro de masa intermedia y un cúmulo de agujeros negros”, explica un comunicado del Universidad de Surrey, en Reino Unido.



Una respuesta inesperada

El hallazgo no dejó completamente satisfechos a los investigadores. El equipo buscaba encontrar el primer agujero negro de masa intermedia. Hasta ahora, quienes investigan las anomalías gravitacionales han identificado agujeros negros supermasivos, con miles de millones de masas solares, o muy pequeños, con apenas decenas de masas solares. Nadie sabe con certeza cómo se originan los agujeros negros colosales en los centros de las galaxias. Descubrir y estudiar uno de masa intermedia podría resolver este rompecabezas. De ahí el apodo de ‘el eslabón perdido de los agujeros negros’.

Aunque el centro de Omega Centauri no ofreció la respuesta que buscaban los astrónomos, el método para llegar a ella ha demostrado ser bastante preciso. Utilizar los púlsares cercanos para medir el campo gravitacional y determinar el tamaño de un agujero negro es una fórmula que podría aplicarse en otras regiones del espacio en el futuro.

“Hemos podido refinar nuestros métodos y dar un paso adelante en la comprensión de si estos agujeros negros existen y qué papel podrían desempeñar en la evolución de los cúmulos estelares y las galaxias. Este trabajo ayuda a resolver un debate de dos décadas y abre nuevas puertas para futuras exploraciones”, dijo Andrés Bañares Hernández, coautor del estudio.



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