China despliega un sistema satelital global que compite cara a cara con el GPS
En chino, BeiDou puede traducirse como «Osa Mayor». Al igual que las estrellas de la Osa Mayor servían para orientarse en la antigüedad, el sistema sirve para la geolocalización en el mundo moderno. Las autoridades chinas anunciaron la finalización de la constelación antes de lo previsto, tras el reciente posicionamiento del último satélite de la tercera generación, BeiDou-3.
Lanzado y colocado en órbita geoestacionaria, este último satélite ha consolidado una red de 30 satélites operativos, que proporcionan una cobertura mundial de alta precisión. Para China, no se trata solo de un paso adelante: es el cierre de un círculo que comenzó hace décadas, cuando el país se dio cuenta de que depender del sistema GPS estadounidense constituía una vulnerabilidad estratégica.
Más de un billón de solicitudes de localización diarias
Las autoridades chinas ofrecen una medida concreta de la amplia integración del sistema en la vida civil, industrial y militar de China, y más allá. Millones de camiones, taxis, autobuses y vehículos eléctricos (VE) utilizan BeiDou para la navegación y el seguimiento en tiempo real. Pero el ecosistema satelital chino también está ampliamente integrado en la agricultura de precisión: los tractores automatizados y los drones funcionan gracias a la geolocalización.
Del mismo modo, los robots y las flotas de reparto rastrean cada paquete por metros. Los sistemas bancarios y de telecomunicaciones utilizan el reloj atómico de BeiDou para la sincronización de redes. Por no hablar de las ciudades inteligentes: los semáforos, los drones, los sistemas de gestión del tráfico y el transporte público dependen de BeiDou. Cada dispositivo o aplicación que requiere triangulación o localización genera decenas, cientos o miles de solicitudes al día. Si lo sumamos todo, las cifras son astronómicas. En resumen, BeiDou se ha convertido en la infraestructura silenciosa pero indispensable de la China de Xi Jinping.
Por qué se creó BeiDou y cómo funciona
Durante décadas, China dependió del sistema GPS estadounidense para aplicaciones civiles y, dentro de ciertos límites, también para operaciones militares. La Guerra del Golfo de 1991 y el bombardeo de la embajada china en Belgrado en 1999, por el que Pekín acusó a Estados Unidos de manipular las coordenadas GPS, contribuyeron a la percepción de que esta dependencia tecnológica representaba una vulnerabilidad nacional. De ahí surgió la aceleración de un proyecto que inicialmente parecía muy difícil de realizar, en un momento en que la competencia tecnológica entre China y Estados Unidos aún estaba lejos de manifestarse.
La constelación BeiDou no es un simple duplicado del GPS: posee funcionalidades únicas. Su precisión para uso civil es comparable (entre 2 y 5 metros), pero puede alcanzar niveles centimétricos o incluso subcentimétricos mediante estaciones terrestres y servicios premium. Además, incluye un sistema de alerta temprana de terremotos y otras emergencias naturales, y cuenta con una infraestructura híbrida que ofrece redundancia y capacidades avanzadas de localización en grandes áreas.
Comparado con el GPS, BeiDou ofrece algunas características exclusivas. Entre ellas, un servicio de mensajería por satélite que permite enviar mensajes cortos de texto a través de terminales BeiDou incluso en ausencia de red celular. La localización es más rápida y la precisión más avanzada, al menos en la región Asia-Pacífico.
Autosuficiencia del satélite
Con la pronta finalización del sistema, China ha conseguido algo que hasta ahora solo Estados Unidos había logrado con el GPS: construir un GNSS (sistema global de navegación por satélite) operativo, global, preciso y autónomo. De hecho, Pekín ha alcanzado la autosuficiencia en materia de satélites.
Mediante acuerdos con más de 120 países, BeiDou se está consolidando como el estándar alternativo en Asia, África, Oriente Medio y América Latina. Drones agrícolas, vehículos conectados, telecomunicaciones: todos pueden ser «compatibles con BeiDou». En muchos países en desarrollo, China ofrece acceso gratuito y formación sobre BeiDou, integrándolo con el 5G de Huawei, los satélites de observación de la Tierra y los proyectos de la Iniciativa Belt and Road (Nueva Ruta de la Seda). Así se crean ecosistemas tecnológicos paralelos difíciles de desactivar.